Los economistas coincidieron hoy en que el futuro acuerdo entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI), para renegociar la deuda de US$ 44.000 millones que el país le debe al organismo estará unida a un ajuste en el déficit fiscal y el debate será en qué magnitud y plazo deberá hacerse ese ahorro.

“En la práctica, el FMI no extiende plazos ni hace reestructuraciones. Hay que encarar una nueva asistencia basada en un programa acordado”, destacaron desde la consultora Quantum, que dirige el economista Daniel Marx.

En este marco, lo más probable es que el Gobierno podría acceder a un programa Stand By (SBAs) que dura tres años, u otro de Facilidades Extendidas, hasta cuatro años, ambos con condicionalidades, y revisiones trimestrales.

El acuerdo con el Fondo “puede servir debido a que Argentina tiene una deuda importante  y el país, de alguna manera tiene que estar al corriente, porque eso le abre también el financiamiento de otros organismos multilaterales de crédito”, explicó Marx a Data Clave.

Sin embargo, alerto a que “habrá que ver cómo el Gobierno prepara su propio programa económico, monetario y fiscal, y lo discute con el Fondo. Será una transición compleja. La resolución de la deuda es un primer paso pero lo fundamental es que Argentina y su economía recuperen algún dinamismo que habían perdido ya antes de la pandemia”

Marx no ve que "haya una contradicción” entre un eventual ajuste fiscal y el crecimiento de la economía: “Eso es una cuestión de que es primero si ‘el huevo o la gallina. Yo creo que a medida que la economía se va recuperando, se va reduciendo el déficit fiscal y con eso, en el caso de Argentina, se hace más estable”. 

Desde Ecolatina, su director, Lorenzo Sigaut Gravina, apuntó a que “primero hay que bajar la incertidumbre sobre una de las grandes incógnitas que quedan, que es el desequilibrio fiscal y monetario”.

En 2019 el déficit fiscal fue de medio punto del Producto, este año andaríamos en 7 puntos del producto. “¿El año que viene será intermedio? Eso es importante, porque en la medida que vos sigas teniendo un déficit grande, no va a haber financiamiento externo de un día para otro”.
El economista consideró que el año próximo, con un rebote del 5 % de la economía tras una caída del 12% “tendrá una mayor recaudación de impuestos, asociada con la recuperación de la actividad, y se espera una reducción de gastos actuales ligados a la pandemia, lo que podría acelerar la convergencia fiscal”, algo necesario para negociar con el Fondo.

A comienzos de mes, el presidente de YPF, Guillermo Nielsen, había calificado como “un cuento de hadas” pensar que no habrá condicionalidades en las venideras negociaciones con el Fondo. Había señalado que "el FMI siempre ha sido durísmo o duro. Hay un espíritu de cuerpo en el FMI que se modifica poco a través del tiempo. Un test muy importante es el que se avecina porque (el de Argentina) es el préstamo más grande de la historia del Fondo y me parece que va a tener que mostrar particularidades”.

“Que no pongan condiciones es un cuento de hadas, El Fondo Monetario siempre pone condiciones”, advirtió Nielsen, quien negoció con el organismo durante las presidencias de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner, en declaraciones a Radio Con Vos.