El juez federal Daniel Rafecas liberó al acusado del atentado del jueves pasado en La Rural, Alberto Santiago Soria, porque información aportada en la causa evidenció que a la misma hora del envío del explosivo desde Barracas a la sede del predio en Palermo, se encontraba en otro lugar. Por este motivo, el juez le dictó la falta de mérito al hombre de 40 años, que había sido detenido el viernes pasado en su domicilio.

Según fuentes judiciales, se habría confirmado la coartada que Soria expuso durante su declaración indagatoria. El agente inmobiliario afirmó que él no había sido la persona que entregó la encomienda explosiva dirigida al presidente de la SRA, Nicolás Pino, en la sucursal Barracas de Andreani, porque en ese momento estuvo en una capacitación en un salón de eventos de Palermo.

Según se informó en su momento, la encomienda fue despachada el martes pasado a las 8.53. Fue entregada el jueves pasado a las 10.23 en la sede de la SRA, en Juncal al 4400. El artefacto se detonó en el escritorio de Pamela Sousa, la secretaria del presidente de la SRA.

De acuerdo con los resultados de las más recientes medidas de prueba dispuestas durante el fin de semana, se pudo corroborar que Soria, de 40 años, entre las 10 y las 13 del martes, "participó de una capacitación en un salón de eventos en el local denominado ‘Salguero Plaza’, en Barrio Norte, y por lo tanto, no sería quien entregó el paquete explosivo en la sede de Andreani Postal, en el barrio de Barracas", se explica en el texto difundido desde el juzgado.

Luego, el comunicado informa que "la detención provisoria de Soria se había basado en los movimientos de su tarjeta SUBE (que registra el lugar de ascenso, más no el descenso del pasajero; en un análisis antropomórfico elaborado por los especialistas del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad, que había dado resultado positivo (pero que evidentemente ello ha quedado descartado); y el hallazgo en su domicilio de una guía "T" en donde el detenido había inscripto a mano "La Rural" y su ubicación". 

Al respecto, el detenido reconoció tales grafías, pero dijo que tenían más de diez años, tiempo en el que dejó de usar esa guía, y que dicha inscripción era un punto de referencia de la ciudad para agilizar la búsqueda..., por lo que se trataría nada que de una coincidencia con los hechos que se investigan", indicaron.