Argentina se abstendrá en la votación del BID y Trump avanza en romper una tradición de 60 años
Entre el sábado y el domingo se llevará a cabo la asamblea anual que define al próximo presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y que designará al candidato norteamericano impulsado por Donald Trump, Mauricio Claver-Carone. Argentina se abstendrá y desistirá de la candidatura de Gustavo Beliz.
Por primera vez desde que se fundó el organismo, en 1959, el banco con sede en Washington y cuyo objetivo es financiar proyectos en Latinoamérica y el Caribe, será presidido por un estadounidense. Argentina intentó en las últimas semanas sumar apoyos para postergar la elección, pero no lo logró y está todo encaminado para que Mauricio Claver-Carone gane la elección.
Argentina, además, había impulsado la candidatura del secretario de Asuntos Estratégicos de Presidencia, Gustavo Beliz, pero quedó relegado tras la estrategia de Trump de romper con la tradición y ganar posición en la presidencia del BID.
Así las cosas, en la asamblea que se desarrollará este fin de semana el país se abstendrá para dejar marcada la posición respecto a “la inconveniencia para América Latina y el Caribe de vulnerar una tradición de gobernanza regional de una institución que se ha mantenido durante sus 60 años de existencia como un ámbito plural”.
El comunicado que publicó el Gobierno desde la cuenta de Casa Rosada, hace hincapié en “la inoportunidad de su celebración, en medio de una pandemia que no ha permitido un adecuado debate sobre el futuro del BID y que, muy por el contrario, corre el riesgo de profundizar la división de nuestra región”.
Desde Cancillería agregan que el Banco debería “servir para la reconstrucción de América Latina en post pandemia y no para la competencia entre China y Estados Unidos”.
La decisión de Trump de avanzar en el BID dividió a la región. La estrategia opositora era la de postergar la asamblea para marzo y votar este puesto clave con la certidumbre de quién ganará la elección presidencial de Estados Unidos en noviembre, evento que condicionó la posición de los países del continente respecto al BID.