El primer año de Javier Milei como presidente estuvo lejos de ser tranquilo. Su estilo combativo, que ya mostraba en campaña, se trasladó sin escalas a la Casa Rosada. Dentro de sus enfrentamientos más ruidosos pelea el podio los que tuvo con su vicepresidenta, Victoria Villarruel, quien no solo quedó excluida de las decisiones clave del Gobierno, sino que fue blanco de duros comentarios por parte del mandatario.

Ella no tiene injerencia en la toma de decisiones del Gobierno; está más cerca del círculo rojo que de nuestra línea libertaria”, afirmó Milei en una entrevista. La tensión quedó expuesta cuando Villarruel presidió una sesión en el Senado que derivó en la expulsión de Edgardo Kueider, lo que Milei calificó de “inválido”. La vicepresidenta, por su parte, le respondió desde sus redes: “Hasta que no me traspasan el poder, soy vicepresidente. Lo firmé a las 19”.

La relación entre ambos ya había mostrado grietas durante la campaña, cuando circularon pancartas que señalaban intenciones políticas propias de Villarruel. Sin embargo, la falta de confianza se consolidó cuando Milei dejó de lado a su compañera de fórmula al designar a Patricia Bullrich y Luis Petri como cabezas de Seguridad y Defensa.

Peleas que marcaron el año

La lista de enfrentamientos del mandatario no termina ahí. Milei cargó contra Cristina Kirchner, afirmando que le gustaría “poner el último clavo al cajón del kirchnerismo”, y contra el gobernador bonaerense Axel Kicillof, al que calificó como “enano comunista”. También generó revuelo al dar su apoyo en redes sociales a un meme que ridiculizaba al gobernador de Chubut, Ignacio Torres, usando imágenes ofensivas vinculadas al síndrome de Down.

A poco más de un año de gestión, los choques de Milei con Villarruel y otros diez funcionarios

En el plano internacional, el conflicto con el Gobierno de Pedro Sánchez en España tensó la relación bilateral, luego de que Milei acusara a la primera dama española, Begoña Gómez, de corrupción y al mandatario europeo de ser un “cobarde totalitario”. Las declaraciones del presidente argentino provocaron la retirada de la embajadora española por seis meses.

No se salvó tampoco el periodista Jorge Fontevecchia, fundador de Perfil, a quien Milei tildó de “Tinturelli” y aseguró que su medio estaba “camino a la quiebra”. Fontevecchia le respondió públicamente: “No pudieron quebrarnos gobiernos anteriores, tampoco lo logrará usted”.

Incluso aliados como Carlos Melconian fueron blanco de críticas. Milei descalificó sus comentarios sobre la falta de dólares para la dolarización, diciendo: “Es más fácil tirar estiércol que reconocer un error”. Melconian replicó con ironía: “Me gusta más como me imita Tarico”.

Uno de los puntos más cuestionados de su gestión ha sido el uso del aparato de trolls vinculados a su asesor Santiago Caputo. Periodistas fueron víctimas de campañas de desprestigio impulsadas desde las redes oficiales y extraoficiales del presidente. Las amenazas, agravios y hasta demandas judiciales se han convertido en parte del clima de hostilidad hacia la prensa.

Los constantes cruces, agravios y provocaciones de Javier Milei han marcado un estilo de gobierno poco convencional que divide opiniones dentro y fuera del país. A un año de gestión, el mandatario no ha mostrado señales de cambiar su postura combativa, mientras los conflictos con sus funcionarios, opositores y periodistas continúan acumulándose.