“Reserve turno en el hospital”: condenaron a un hombre por el ataque mafioso al dueño de un supermercado chino
El agresor admitió haber disparado tras dejarle una amenaza. El hecho quedó registrado en las cámaras de seguridad del lugar y ocurrió en una zona muy concurrida de Villa Urquiza en abril de este año.
Eran las 19:30 del 7 de abril de 2022 cuando dos hombres ingresaron a un supermercado ubicado en Monroe al 5400, en Villa Urquiza. Sin hablar, se dirigieron hacia el dueño y tras exhibirle un papel con un mensaje escrito en chino, le dispararon directamente en la pierna. “Jefe, añada como amigo el número/usuario XXXX por WeChat en un plazo de 3 días o reserve turno en el hospital”, decía el escrito que tuvo que traducir la Embajada de China.
Los dos agresores huyeron corriendo después del ataque pero el que disparó fue alcanzado por la policía a unas cuadras de allí. Seis meses después y tras admitir su responsabilidad en el hecho, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 19 de la Ciudad de Buenos Aires le fijó a Roque Edgardo Gómez una pena de tres años de prisión de cumplimiento efectivo.
La secuencia del ataque quedó grabada en las cámaras de seguridad del supermercado, donde se ve a los dos hombres acercarse al dueño que estaba en uno de los pasillos. Con el papel en la mano, se lo mostraron y directamente le dispararon. La víctima quedó en el suelo y otro ciudadano chino salió a perseguir a los agresores con un arma, lo que llamó la atención de una policía que estaba en la zona.
Tras pedir refuerzos, Gómez fue capturado en Olazábal al 5200, Antes había intentado descartar la pistola Bersa que utilizó. El dueño del super fue trasladado al Hospital Tornú debido a que perdía mucha sangre. Allí se confirmó que la herida que tenía en el muslo izquierdo era por un balazo y registraba “orificio de entrada y de salida”.
Al comienzo de la investigación, que estuvo a cargo del juez Luis Schelgel, se le tomó declaración a la víctima, que contó con un traductor oficial y que fue la primera referencia que se tuvo sobre la amenaza recibida en ese papel. La traducción aportada por el Consulado de China en Argentina corroboró su testimonio.
Hay que destacar que no era la primera vez que existía un episodio de estas características: la oficial que intervino en la persecución estaba allí como consigna policial debido a que los habitantes del supermercado ya habían sido amenazados. Lo otro que se determinó es que la pistola Bersa no estaba registrada pero tampoco tenía un pedido de secuestro.
Tras el cierre de la etapa de investigación, la causa llegó al Tribunal y allí la situación se resolvió a partir de un proceso que se denomina “juicio abreviado”, donde fiscalía y defensa acuerdan sobre la responsabilidad y la calificación del hecho. Esto significa que no se hace el debate oral ni se citan testigos, sino que se tienen como incorporados y reproducidos. El rol del juez se limita a evaluar ese acuerdo y verificar que todo esté en orden.
Gómez aceptó el 19 de septiembre su participación en los hechos. “Del hecho traído a decisión del tribunal surge prístino que el imputado amenazó al damnificado valiéndose de una nota escrita”, marcó el magistrado Pablo Vega. “Ahora bien, el contenido de la nota es sumamente relevante, porque permitirá sostener que las amenazas fueron con el propósito de obligar a la víctima a hacer algo contra su voluntad”, destacó.
“Además, esas amenazas coactivas fueron complementadas con la actuación inmediatamente posterior del imputado, ya que le disparó a la víctima en el muslo de su pierna izquierda con una pistola marca Bersa, calibre 22, provocándole lesiones”, continuó.
No es la primera vez que Gómez tiene un conflicto con la ley. Ya registraba varias condenas por “portación ilegítima de arma de guerra, encubrimiento por receptación, robo agravado por haber sido cometido con armas de fuego, privación ilegítima de la libertad y tenencia ilegítima de dispositivos celulares”. Por todo eso se le había determinado una pena única de diez años y tres meses de prisión.
Con esta nueva condena, su pena única será de doce años de prisión, ya que por el ataque al dueño del super se lo consideró responsable por los delitos de “amenazas coactivas agravadas por el uso de arma de fuego, lesiones leves agravadas para cometer otro delito y portación ilegítima de arma de fuego de uso civil”.