¿Qué son las tareas de cuidado y por qué importan a la hora de elaborar políticas públicas?
En un contexto de crisis económica, en plena discusión por el Presupuesto 2023 y de cara a un año electoral, Argentina es sede del principal foro sobre los derechos de las mujeres y la igualdad de género.
Argentina inauguró este martes la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, el principal foro intergubernamental regional de las Naciones Unidas sobre los derechos de las mujeres y la igualdad de género, con actividades que se extenderán durante toda la semana.
Bajo la consigna "La sociedad del cuidado: horizonte para una recuperación sostenible con igualdad de género", la ministra de Mujeres, Género y Diversidad, Ayelén Mazzina fue la principal oradora del acto que se realizó en el Hotel Sheraton, del que participó también el Presidente Alberto Fernández.
Los cuidados sostienen toda la vida social y productiva de un país y del mundo, pero su organización es históricamente desigual: las mujeres realizan las tres cuartas partes de las tareas domésticas y de cuidados y les dedican, en promedio, 6,5 horas diarias, casi 3 horas más que las que dedican los varones, y eso podría ser el único argumento para entender la importancia de los cuidados a la hora de elaborar políticas públicas.
Si se desmenuza esta realidad, los datos muestran que la brecha de tiempo y cuidado tiene un alto costo para las mujeres, ya que les resta tiempo y oportunidades para formarse, participar en el mercado laboral, capacitarse, descansar y realizar otras actividades.
Por esta razón, las mujeres tienen menores tasas de empleo y actividad, y mayores niveles de desocupación y subocupación (en especial las más jóvenes). También, mayores niveles de informalidad: de las mujeres que trabajan de manera asalariada, el 38,2% lo hace de manera informal (4,2 puntos porcentuales por encima de la tasa de informalidad de los varones).
Mientras que las mujeres que más horas dedican al trabajo remunerado, ocupan menos horas para las tareas dentro de los hogares. Por este motivo, quienes trabajan hasta 34 horas semanales de manera remunerada (6,8 horas diarias), dedican casi la misma cantidad de horas a ambos trabajos por día, lo que constituye literalmente una doble jornada laboral.
Esta relación no se aplica a los varones: en promedio, un varón que trabaja hasta 34 horas por semana de forma remunerada, le dedica prácticamente el mismo tiempo a las tareas de cuidado que un varón que tiene una jornada de trabajo remunerado de 45 horas o más semanales.
Entre los factores que sostienen la desigual distribución del cuidado se encuentra el régimen tradicional de licencias, que reproduce la carga desigual de los cuidados: otorga apenas dos días a las personas no gestantes (en general, varones) por el nacimiento de niño/a y 90 días para las personas gestantes (en general, mujeres).