La crisis económica mundial que potencia la fragilidad de las finanzas nacionales plantea una oportunidad para la oposición de dar el zarpazo en las elecciones del año que viene. Si a eso se le suma un oficialismo endeble, hiperfragmentado, que debió recurrir a un volantazo en busca de un “salvador”, el escenario asoma muy propicio para un cambio de gobierno. Claro que, eso es en la teoría. La práctica suele ser bastante más compleja, por varios motivos. 

Para empezar, el principal espacio opositor, Juntos por el Cambio, no está exento de internas. Además de la rivalidad entre los integrantes de la alianza (PRO, UCR, CC-ARI y Peronismo republicano) cada fuerza tiene diferencias domésticas que resolver. Incluso pueden dirimirse en las PASO del 2023. Pero aún en un hipotético caso de consensos, los cambiemitas saben que no pueden ni deben subestimar al Frente de Todos. Si de algo sabe el peronismo es de reinventarse, amontonarse así sea atados con alambre por una causa común. La jugada de sumar a Sergio Massa al gabinete, a priori, es un claro ejemplo. De golpe, se silenciaron las internas (para afuera).

Por este motivo, no son pocos los referentes que abren el paraguas y llaman a no dormirse en los laureles. En las últimas horas, Miguel Pichetto advirtió que el oficialismo va a dar la pelea en las elecciones presidenciales del año que viene. Si bien remarcó que JxC tiene una gran oportunidad para llegar al poder, subrayó que no debe subestimarse al FdT. Por ello, no es casual que el exsenador sea uno de los artífices de sumar un nuevo actor al espacio, proveniente del sur. Semanas atrás, compartió un encuentro con el expresidente Mauricio Macri y el exgobernador de Neuquén Jorge Sobisch.

Hace poco más de un mes, Macri se reunió con Pichetto y Sobisch y abrieron la puerta a un gran acuerdo.

El ingreso del otrora mandatario y fundador del Partido Demócrata Cristiano se viene trabajando desde hace tiempo. En la previa a las PASO del 2021 hubo un intento fallido, por un fuerte rechazo de la Unión Cívica Radical. A casi un año de aquella foto, hoy las posiciones se acercaron. En efecto, en Neuquén capital ya trabajan juntos en el Concejo Deliberante. El camino está un poco más allanado. A nivel provincial, el rival a vencer es el Movimiento Popular Neuquino, partido que gobierna la provincia desde hace más de medio siglo. Y para eso hay que sumar.

Hay que señalar que en Neuquén habrá comicios desdoblados de los nacionales para dirimir la sucesión del gobernador Omar Gutiérrez. Sin embargo, un buen resultado allí puede ser un envión para la elección presidencial meses más tarde. En las legislativas del año pasado, Juntos por el Cambio quedó expectante en un segundo lugar, a pesar de ir dividido. Si logran juntar las partes y potenciarlas con agentes externos, pueden dar el golpe sobre la mesa.

El radicalismo pone primera en Chubut

Facundo Manes es uno de los que lleva la voz cantante dentro de Juntos por el Cambio a la hora de plantear que se necesita ampliar la base de sustentación y ya busca sumar a Juan Schiaretti al espacio. Incluso sonó como fórmula. El dato es que el neurocientífico viaja a Chubut el 30 de agosto. Y no es casual su visita. En Trelew, se está gestando una jugada interesante y no menos polémica: suena como candidato del radicalismo (como aliado) Federico Massoni, exministro de Seguridad de la provincia. El otrora funcionario del gobernador Mariano Arcioni rompió filas con el oficialismo y está trabajando en la conformación de un partido vecinal allí. 

El presidente de bloque de la UCR en la Legislatura chubutense, Manuel Pagliaroni, es el impulsor de la jugada.

“A Massoni lo conozco desde hace más de 20 años, de cuando él militaba en el radicalismo. Además compartimos trabajo en el ámbito privado. Me viene dando una mano desde hace varios meses, en temas judiciales. No solo como abogado sino por su experiencia en la gestión pública”, explicó a Data Clave el diputado provincial del radicalismo Manuel Pagliaroni, quien en los últimos días sumó de manera oficial al otrora titular de Seguridad como asesor legislativo.

Respecto de alianzas electorales, el presidente del bloque UCR en la Legislatura señaló que “estamos hablando exclusivamente de Trelew, lo estamos discutiendo con radicales de esa ciudad. El resto son de palo”. Y aclaró: “Massoni se va a sumar como aliado, como hay otros. Estamos trabajando firmemente sobre la posibilidad de que él sea candidato y con un proyecto de planificación a 20 o 30 años. Iremos a internas con todos los que tengan aspiraciones y luego nos encolumnaremos todos detrás de un proyecto único”.

La defensa de la decisión viene a cuenta de que distintos referentes provinciales del radicalismo arremetieron contra el ingreso del que hasta hace unos meses oficiaba de escudo de Arcioni, llevándose las marcas de las críticas. "Entendemos que no es posible sumar a quienes han sido funcionarios del actual gobierno provincial, habiendo tenido el mismo protagonismo y responsabilidad en las decisiones tomadas arbitrariamente en la pandemia”, enfatizaron en un comunicado. 

En tanto, Pagliaroni envió un dardo a sus socios del PRO, tras las críticas a su reciente alianza: “A nivel provincial, cada uno habla con el que quiere. Ciudad por ciudad, depende de cada actor de cada distrito. En Comodoro, el peronismo está conversando con el PRO. Ahí dependerá de ellos. Nuestro límite son funcionarios condenados por corrupción del dasnevismo duro”. Y disparó: “¿Cuál es el tema ideológico? En muchos temas estamos todos de acuerdo, incluido Massoni, como por ejemplo el tema planes sociales o la posición respecto de la Resistencia Ancestral Mapuche”.

Respecto de la estrategia para expandir la alianza opositora, el legislador provincial subrayó: “A nivel provincial ya sumamos el año pasado al Polo Social. Pero desde mi punto de vista, hay agrupaciones sociales y vecinales que se pueden ir sumando a nivel local. Y sumar desde lo local a lo provincial es una buena manera de entender el crecimiento del frente”.

Por su parte, el PRO se mantiene al margen de la jugada de los correligionarios. “Nosotros lo que vimos es que es un dilema radical. Ni nos estamos metiendo. Y ellos se están matando. Salieron los presidentes de comité de toda la provincia a cuestionarlo. Fue una jugada muy torpe. Pero no tenemos nada para decir porque no se está sumando al frente, si no que sería un aliado radical”, confió un dirigente de primera línea del PRO chubutense y con llegada nacional a Data Clave.

La postura es clara: no se oponen porque en todo caso irían a internas eventualmente en las PASO. No compartirían una boleta y sigue sumando en la acumulada. Es un sapo que no se tienen que tragar y puede arrimar algún voto extra. Es un win win. Será que, parafraseando a Rafaella Carrá, "¿para hacer bien las alianzas hay que ir al sur?". Ver para creer.