“Frente de Frentes”: quién es quién es la pelea interna de la oposición por la sucesión de Perotti
El radicalismo oficia de nexo coordinante para intentar acercar posiciones y formar una alianza de peso ante el justicialismo rumbo al 2023. La distancia entre el socialismo y el PRO. “Es el partido de la embajada de EEUU”, critican desde el Frente Progresista.
A partir de junio, los diputados santafesinos darán inicio a la discusión por la modificación de la Constitución. Como ya dio a conocer este medio son seis los proyectos que, actualmente, buscan cambiarle la letra a una Carta Magna que en abril pasado cumplió 60 años.
De fondo, claro, la discusión trae aparejada la posibilidad de que se habilite a partir de 2031 la reelección para la categoría de gobernador, algo que en la actualidad no ocurre. Siendo Santa Fe la única provincia del país que no lo permite.
Con este escenario de fondo, los hilos políticos ya comenzaron a moverse rumbo a lo que será la votación más directa. En 2023, el mandatario provincial del Frente de Todos, Omar Perotti, dejará el sillón de la Casa Gris, y desde la oposición los nombres por la sucesión comienzan a girar cada vez con más fuerza.
La idea de un frente de frentes para competir contra el justicialismo resulta la opción más lógica para intentar quedarse con la provincia. Sin embargo, pese a las negociaciones internas desde el socialismo ponen trabas. A la cabeza del diálogo interpartidario se encuentra la UCR. Es, sin dudas, el nexo coordinante y el partido que busca encabezar una alianza extensa que, por el momento, mantiene serias diferencias.
Los socialistas son los más difíciles de convencer. Así lo dejó en claro en las últimas horas durante un encuentro en el Centro de Empleados de Comercio el exdiputado Eduardo Di Pollina, quien volvió a rechazar una alianza con el macrismo, algo que es alentado por el exgobernador Antonio Bonfatti y la diputada nacional Mónica Fein. “La embajada estadounidense tiene un partido orgánico en Argentina; ese partido es el PRO y su herramienta electoral es Juntos por el Cambio. Estos partidos políticos y los personajes nefastos de la ultraderecha que han surgido en los últimos tiempos, abonan al mismo proyecto: el regreso del neoliberalismo al gobierno”, dijo Di Pollina. En la convocatoria también se sumaron otros radicales disidentes más cercanos al peronismo
Claro, el radicalismo mantiene una sociedad con el socialismo que ya tiene más de 20 años a nivel local. La diferencia interna entre ambos partidos pasa por dónde poner la prioridad. Para la UCR el debate por la reforma de la Constitución debería quedar para luego de las elecciones. Para el socialismo, por el contrario, hoy no es prioridad definir candidatos.
Dentro de este panorama el radicalismo también cuenta con tres líneas internas hoy dentro de Juntos por el Cambio. O, mejor dicho, tres aspirantes a la gobernación que harán lo que esté a su alcance para poder quedar al frente de un espacio con mayor volumen.
Se trata del intendente de Rosario, Pablo Javkin; la senadora nacional, Carolina Losada; y el diputado provincial y exministro de Seguridad de Santa Fe, Maximiliano Pullaro.
Claro, el expresidente Mauricio Macri también quiere meter la cola y busca potenciar la figura del diputado nacional Federico Angelini. Pero dentro de las discusiones internas del frente sobre hasta qué margen de derecha se puede aceptar y cuál es el límite de la izquierda, no parece haber un acuerdo. Lo mismo, pero a la inversa, ocurre con Clara García, por el lado del socialismo.
El titular de la UCR santafesina Felipe Michlig recorrió Rosario y busca seguir llegando a otros puntos de la Provincia para conformar ese frente de frentes. Javkin ya dejó en claro que quiere jugar, Pullaro tiene el empuje de Martín Lousteau como parte del espacio Evolución (y hasta podría sumar el apoyo de Horacio Rodríguez Larreta); mientras que Carolina Losada cuenta con el arrastre del 40 por ciento triunfante de las elecciones de 2021.
Ahora lo que resta saber es de qué manera se irán acomodando las fichas para conformar o no una alianza que contenga a todos sin dejar afuera a nadie en busca de retomar el control del sillón gris.