¿Quiénes son los difusores del pensamiento reaccionario oculto detrás de la fachada libertaria?
Los grupos de extrema derecha que combinan discursos negacionistas, neonazis o pseudo-religiosos se presentan como surgidos espontáneamente entre jóvenes desencantados con la política convencional. Sin embargo, detrás de estos núcleos aparentemente inconexos, hay un plan político y económico que cuenta con sus propios medios y mediadores, replicados a través de las redes sociales por usinas de trolls que elevan a la enésima potencia sus efectos comunicacionales.
Berlín, 1923. Un paquete de tabaco cuesta 40 billones de marcos. Abel, un trapecista judio norteamericano y alcohólico encuentra el cadáver de su hermano en la habitación que ambos comparten. Se ha suicidado y ahora él se siente responsable de su cuñada, Manuela, que trabaja en un cabaret. Entre ambos surge una relación de mutua dependencia, en un mundo golpeado por la crisis, la violencia y la muerte.
La sinopsis apretada de la monumental obra de Ingmar Bergman “El huevo de la serpiente” representa una metáfora del proceso que condujo a la destrucción de la democracia alemana y su paulatina sustitución por un régimen totalitario. Ese “huevo” es el virus infeccioso que engendra la práctica sistemática de la represión en nombre de la defensa de la propiedad y el desprecio de las personas por su origen étnico o ideológico.
El avance de las ideas de extrema derecha camuflada de "libertaria" es un hecho global. Los grupos del "wasp" de Estados Unidos, que llegaron a tomar el Capitolio vestidos con remeras amarillas con una serpiente para denunciar un supuesto fraude contra Donald Trump en enero de 2021, utilizaron los mismos atuendos, banderas y consignas que los que asaltaron el Congreso en Brasil a principios de este año tras la asunción de Lula da Silva, con los mismos argumentos. Los mismos que aparecieron en Chile, negándose a la reforma Constitucional que propuso el gobierno de Gabriel Boric.
La representación de ese fenómeno en Argentina es Javier Milei, cuyo espacio viene creciendo silenciosamente en los sondeos de opinión de casi todas las consultoras que se dedican a relevar las preferencias electorales. Su imagen y su entramado político crece y todos hablamos de él, porque hay una estrategia comunicacional aceitada para lograr que las ideas “libertarias” se instalen en el centro de la escena política.
Sus primeras apariciones con la bandera de Gadsden -de fondo amarillo, una serpiente cascabel en posición defensiva y la frase “No me pises”- fueron en actos de "rebelión" contra las medidas de gobierno para combatir la pandemia, con los integrantes del Ministerio del Odio. Surgieron como hongos "influencers" en las redes sociales, todos jóvenes, negacionistas de la dictadura o aún peor, reivindicadores de ella; con formación política, con actitud canchera, ácida.
El abanico es diverso: va desde emprendedores exitosos que se hicieron a si mismos y pasaron de mendigos a millonarios en un santiamén, a adolescentes líderes políticos de saco, corbata y pelo engominado; pasando por mujeres jóvenes y bonitas, con actitud belicosa y contestataria. ¿Quienes construyen, patrocinan y difunden a estos personajes que van desde Milei a Delfina Wagner?
Desde el corazón de Puerto Madero
Madero Group es un conglomerado de más de treinta medios y mediadores digitales entre los que se destacan La Derecha Diario, Madero Radio, Agarrá la Pala e influencers de youtube, radio y redes sociales. Todos ellos se retroalimentan entre sí con el contenido y su difusión. Tienen sus oficinas en Chateu Madero, el edificio más sofisticado de la zona más cara de Buenos Aires.
La difusión de ese contenido propio no se realiza solo con los medios propios, sino con usinas de trolls que actúan en redes sociales y foros de medios. La estrategia es aceitada y eficiente en la viralización de fake news, "carpetazos", difusión e instalación de consignas propias. Y lo logran por bots y trolls.
Con solo ver los perfiles de cada uno de los integrantes de estos grupos y los medios, puede apreciarse que todos tienen cientos de miles de seguidores, incluso personas que no son reconocidas públicamente. Lo mismo sucede con la viralización: cada uno de esos bots reproduce consignas, conceptos y noticias falsas. Incluso conceptos instalados masivamente en el inconsciente colectivo como asociar el trabajo con una pala.
De ahí la puesta en escena del “influencer” Mauro Stendel, por caso, que depositó palas en la puerta del Congreso, una para cada diputado, menos la que correspondería a Milei. La difusión de ese "evento", emanó de estas usinas mediáticas.
El “tridente” de Madero
Fernando Cerimedo es quien dirige toda la red. Se presenta como publicista y es la cabeza de Numen, la agencia de publicidad digital desde donde también imparte cursos de marketing político y comunicacional. Es el “(Jaime) Durán Barba” de la extrema derecha y él mismo dice que quiere ser el "nuevo (Héctor) Magnetto".
Precisamente en un curso que dictaba Durán Barba en Estados Unidos, Cerimedo conoció al diputado y referente del Partido Liberal brasileño Eduardo Bolsonaro, se hicieron amigos, y empezaron a elaborar estrategias para la región. Gracias a las gestiones del “gurú” ecuatoriano llegaron a Steve Bannon, el hombre detrás de la construcción de Donald Trump y el monje negro de las “fake news” demoledoras con las que construyó su llegada a la Casa Blanca, hoy condenado a prisión por la toma del Capitolio. Bannon, Durán Barba, Cerimedo son parte de una misma estrategia.
Ezequiel Acuña, responsable de contenidos y director de Madero Radio, es la mano derecha de Cerimedo. Ambos fueron los anfitriones de la venida de Bolsonaro hijo a la Argentina y quienes organizaron esa difundida cena en donde estuvieron todos los referentes políticos de la derecha argentina, en el quincho del Chateu Madero.
Allí estuvieron desde Miguel Ángel Pichetto a Milei, todos orgullosos de tomarse fotos con el referente libertario de Brasil. Cerimedo fue el responsable también de la campaña del NO a la reforma constitucional en Chile, por lo que la alianza con la derecha trasandina es concreta, y fundamentalmente, es el constructor de la embestida contra Lula y la toma del Parlamento, por lo que arrastra una denuncia judicial en ese país.
Agustín Romo es el responsable del equipo de trolls que tiene por objetivo principal instalar las consignas dictadas por los otros dos. Él se encarga de manipular en redes las campañas, posicionar hashtags y conceptos, adquirir bots y organizar la manada de fantasmas pagos que pululan en las redes redistribuyendo los mensajes confeccionados por la usina principal.
¿De dónde sale el financiamiento de estos grupos?
Fundaciones internacionales que se entrecruzan, sellos de goma de lavado de dinero que sirve para pagar campañas. Bannon digita varias de ellas entre las cuales se encuentran los integrantes del Ministerio del Odio, influencers de redes que forman parte de la trama libertaria. Algunas de las que más se destacan son la Fundación Bases, una ONG patrocinada por la Fundación Internacional Bases; la Spanish Libertarian; y la Friedrich Naumann Stiftung entre otras.
También existen aportes de empresas y empresarios locales. Pero además, hay otra supra estructura que financia estos medios: algunos sectores de las iglesias evangélicas. En los 80 aparecieron como pastores telepredicadores como Billy Graham, claramente financiados por la derecha norteamericana y que tuvieron enorme peso en América del Sud y Central, favorecidas por las dictaduras regionales. En ese listado también aparece Pat Robertson, responsable del "Club 700" que tuvo un rol fundamental en el financiamiento de los contras en Nicaragua, con él mismo arengandolos en el territorio.
En Argentina uno de ellos sigue vigente Carlos Annacondia que recorre el país y suma miles de fieles en cada concentración. Y Luis Palau, el predicador argentino nacionalizado estadounidense discípulo de Graham, que en Argentina hizo actos masivos de apoyo a Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta frente al Obelisco en 2015.
En el nuevo siglo, el pentecostalismo de Brasil copó la parada. La Iglesia Universal Reino de Dios, dirigida por el brasilero Moair Macedo, fue quien financió, ordenó y puso a sus propios diputados cuando aseguró la victoria de Bolsonaro. En Buenos Aires tiene una sede inmensa en la Avenida Corrientes, por donde pasa mucho dinero, parte del cual llega a los medios de Madero Group.
Un pequeño marco teórico
La periodista, docente e investigadora del Conicet Natalia Aruguete autora del libro “Fake news, trolls y otros encantos”, realizado junto al politólogo Ernesto Calvo, analizó la relación medios-público en las redes sociales y la "percepción selectiva" de los usuarios. La especialista sostuvo que "el elenco estable de trolls es preocupante" y precisó que "ocho de los 10 principales influencers de la burbuja de la derecha son trolls", al tiempo que señaló que "son cuentas no verificadas, tienen sofisticación y financiación y, además, están coordinadas entre ellas".
En ese marco, sostuvo que "en las redes sociales hay una co-construcción de sentidos" y manifestó que "las fake news son una de las formas de violencia".
Tal como se desprende de diversos estudios empíricos, al encontrarse con informaciones de distinto tipo, los usuarios seleccionan qué mensajes “activar” (mediante la denominada “activación en cascada”) y, por ende, habilitar en su red de contactos, y cuáles ignorar (a partir de una “atención selectiva” sobre el contenido circulado en la red).
Esta decisión se basa tanto en sesgos ideológicos e intereses conscientes cuanto en el diseño y estructura de las redes que propician la formación de burbujas, dentro de de las cuales circulan mensajes que son en su mayoría congruentes con las creencias y preferencias de cada usuario. Esto último se vincula directamente con la existencia de filtros personalizados y mecanismos de funcionamiento basados en algoritmos que “aprenden” a servir, en mayor medida, aquellos contenidos con los que el usuario está más predispuesto a interactuar. “La combinación de los sesgos de los usuarios y las propiedades de las redes, evidencia el texto, introduce una mirada de distorsiones en la circulación de mensajes y en la forma en que se dan las interacciones”, explican los autores.
Uno de los conceptos más importantes es el de la “polarización en redes sociales”, que se explica por la polarización afectiva. La polarización “no constituye solo un alineamiento cognitivo con la interpretación del evento sino, ante todo, una defensa encendida de creencias propias ante los objetivos comunicacionales del otro” (p. 60). La polarización, pensada en estos términos, nos permite entender, afirman, que “odiar las redes es un acto afectivo, cognitivo y político”, afirman.
En un sentido similar, se destaca la conceptualización de las fake news, entendidas como un acto performativo, que provoca la ruptura de tres consensos básicos (el cognitivo, el político y el ciudadano). La ruptura del consenso cognitivo “nos mueve a aceptar enseguida la evidencia que apoya nuestras creencias, induce a su vez a emitir enunciados falsos para producir un daño al oponente, como una forma de violencia política”.
En el último plano, la ruptura del consenso ciudadano “promueve que las creencias y la evidencia que sostienen los enunciados se distingan entre comunidades”. Por ello es posible advertir que las fake news no conforman una estrategia informativa, encierran más bien una acción política, fundamentalmente ejercida por usuarios de alto rango o autoridades de la red.
Estas elaboraciones se complementan con el análisis de la confirmación singular de encuadres mediáticos en twitter, a partir de la agregación de contenidos que constituyen y dan forma a un evento comunicacional. Los encuadres colaboran a crear narrativas localmente coherentes en una determinada región de la red. Estos encuadres definen efectos o condiciones como problemáticas, que, a su vez, apoyan juicios y promueven soluciones respecto a diferentes temas.
“Aunque las redes sociales están habitadas por actores dominantes, el control de la narrativa no reside en ellos, sino que depende también de la decisión de los usuarios de compartir algunos de los contenidos a los que están expuestos. La misma dinámica, explicada por la activación de encuadres en red, también habilita la configuración de contraencuadres, entendidos como aquellos que se forman en los planos inferiores del circuito comunicacional y que pueden desafiar la definición oficial de la situación. En esta dirección, observan también situaciones de asimetría, al advertir que sólo un porcentaje ínfimo de cuentas generan el volumen mayoritario de temas o contenidos”, concluye el análisis de los especialistas