Plataformas freelance y la creación de una cultura compartida
El desarrollo de las nuevas tecnologías y el intercambio permanente. Las ventajas de un nuevo mundo con la flexibilidad en los horarios y la posibilidad de poder trabajar en cualquier parte del mundo.
No hay dudas de que la sabiduría popular se condensa en frases o dichos repetidos a lo largo del tiempo, y cuando hablamos de las Plataformas Freelance, varias de estas expresiones del día a día aplican. Por ejemplo, podemos partir de aquella que afirma que “lo importante no es el destino sino el camino” para introducir el tema. Ese destino que nos proponemos, que a veces puede parecer idílico, vale la pena ser abordado con un poco más de detalle y perspectiva, para poder transitarlo de la mejor manera.
Las plataformas freelance ofrecen grandes ventajas como la flexibilidad en los horarios y organización, e incluso la posibilidad de trabajar desde cualquier parte del mundo. En conjunto, presenta un escenario perfecto para ahorrar tiempo y dinero en viajes hacia y desde la oficina, pero su diferencial con otros tipos de trabajo remoto está en que, además, esta modalidad trabaja con pagos en monedas extranjeras más sólidas, lo que mejora de forma considerable la posición salarial y la estabilidad económica en países como el nuestro.
No todo lo que brilla es oro
Sin embargo, a pesar de las ventajas de este formato, plantea también dificultades que pueden empañar sus tentadores atractivos. Es que estas plataformas funcionan con modalidades de proyecciones a corto plazo, y promueven una producción individual, más o menos autónoma, que prescinde de la red de trabajo comunitario sostenido que se enriquece por el valor del trabajo en equipo. Así, el problema para el plano corporativo es profundo y puede volverse peligroso, ya que las plataformas freelance no propician la cultura compartida, lo que particularmente en el entorno tecnológico es un diferencial importante en base a las dinámicas de colaboración e innovación.
De ahí la importancia de remarcar que la cooperación y el orgullo de pertenecer a un equipo de trabajo o a un logro colectivo son parte esencial del día a día profesional para mantener el foco en el servicio. Es esencial que estas claves sean compartidas y alentadas por las posiciones directivas para replicarlas en políticas que las alienten.
Además, tampoco se encuentran posibilidades de formación en estos espacios, por lo que muchas veces no hay condiciones para el crecimiento profesional, más allá de lo que cada uno pueda invertir en ese plano. Es así que la cadena formativa se rompe, ya que el círculo virtuoso del desarrollador experimentado formando al junior no tiene lugar. Es falso que el desarrollador solo se forma en lo técnico.
Por lo demás, hoy en día la libertad y flexibilidad también son cotidianos en el entorno corporativo, a diferencia de los esquemas de trabajo en relación de dependencia tradicionales que vivieron, por ejemplo, nuestros padres y abuelos, dado que los paradigmas de trabajo están cambiando y buscan proyectarse en ese sentido, tanto para beneficio de los colaboradores como del desarrollo corporativo.
En conclusión, sin dejar de reconocer que hablamos de un fenómeno actual que sin duda goza de un éxito, mi experiencia trabajando con equipos diversos, compartiendo aprendizajes y creciendo junto a profesionales de todo tipo, me aseguran que la cultura y el valor de compartir es más fuerte. Quizás sirva plantear una última reflexión al respecto: si todos pensáramos y trabajamos de la manera que proponen estas plataformas, la calidad de vida y las perspectivas a futuro serían peores para cada vez más gente.