No es la Celac ni la OEA: es China, estúpido
La cumbre en México tuvo fuego entre los mandatarios latinoamericanos con el fin de lucirse ante los Estados Unidos. Sin embargo, el único tema importante para Washington es y será en el próximo medio siglo una sola nación: China.
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, escuchaba con molestia las criticas de los tres mandatarios que los criticaban con dureza y se limitaba a unos cuantos mohines. Esperó, paciente, que sus colegas de Uruguay, Luis Lacalle Pou, de Ecuador, Guillermo Lasso y de Paraguay, Mario Abdo, terminan sus sendos discursos de desaprobación al chavismo y los desafió a un debate sobre democracia. Otra vez, como desde su nacimiento en 2010, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) fue el escenario de una zarzuela en donde cada uno de los 33 países que la forman le hablaron veladamente a su interlocutor mas importante, que no integra el grupo y que no habla español: EEUU.
El "actuando" de algunos presidentes en contra de Cuba, Venezuela y Nicaragua, las tres naciones enemigas del departamento de Estado de los EEUU, como la interpretada por el uruguayo Lacalle Pou, que antes de empezar su discurso reivindico la importancia de la Organización de los Estados Americanos (OEA), sorprendería incluso al hombre mas importante para América Latina en el ultimo medio siglo, el asesor en seguridad y monje negro de la política exterior de los EEUU, Henry Kissinger, quien solía afirmar que “Estados Unidos no tiene amigos ni enemigos permanentes, solo intereses”.
Las razones de la sorpresa del nonagenario Kissinger, que con sus 98 años aun sigue escribiendo libros y ofertando ideas para que el poder imperial de los Estados Unidos no se agriete, no sería por la genuflexion de muchos jefes de Estado latinoamericanos, a la que esta acostumbrado, sino simplemente porque “nadie les pidió tanto”.
Pero para todos los países la CELAC no significa lo mismo. Para la Argentina, estar en el evento, era importante porque el país sería elegido como presidente protémpore y el golpeado presidente Alberto Fernández podría por fin llevar adelante al plan gestado con su par mexicano Andrés Manuel López Obrador el fortalecimiento del bloque regional para contrapesar el poder de la OEA. La crisis política en la Argentina post paso, que hizo que echaran al canciller Felipe Sola por phone y lo reemplazaran por Santiago Cafiero, derrumbo el plan inicial.
Lo cierto es que mas allá de los problemas domésticos de la Argentina, el inconveniente para los EEUU no es Maduro en Venezuela, ni Díaz Canel en Cuba, Ortega en Nicaragua. El único tema importante para Washington es y será en el próximo medio siglo una sola nación: China.
Los nuevos marines para los mandarines
En un artículo de comienzos de este año, el poderoso think tank estadounidense The Atlantic Council publicó un informe sobre China titulado “The Longer Telegram”. El encabezado y título del texto no es menor: es el mismo que uso en 1946 el diplomático estadounidense George Kennan, uno de los principales arquitectos de la política exterior de los Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial y que determinó que el enemigo principal por los próximos cincuenta años sería para los americanos los soviéticos y la URSS. Ahora parece tocarle el turno a la República Popular China.
Lo que se escribe en The Atlantic Council es importante. Muy importante. Sólo hace falta mirar quiénes son sus promotores: las multinacionales y millonarios mas grandes del mundo y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). El ya nombrado Henry Kissinger forma parte de su consejo de administración y entre sus directores honorarios donde se encuentran los ex secretarios de Estado estadounidenses Condoleezza Rice y el general Colin Powell.
En 2018, el Atlantic Council le otorgo el premio "Global Citizen Award" a Mauricio Macri, entonces presidente de Argentina. "Cuando Mauricio Macri asumió el cargo en 2015, heredó un legado de mala gestión y enormes déficit presupuestarios, con Argentina enfrentando profundos problemas estructurales. En casi tres años como presidente, ha devuelto a Argentina a su posición de líder regional y mundial, restaurando la credibilidad mediante una nueva oficina de estadística transparente y una reapertura a los mercados financieros internacionales", se justifico el Atlantic Council para darle el premio.
A los cowboys también les gustan los pingüinos
Pero no son sólo ideas las que promueven desde el Pentágono. En abril de este año, visita la Argentina el almirante Craig Faller, jefe del Comando Sur y que tiene sede en Miami, controla las bases de Estados Unidos en América Latina (Guantánamo, incluida), y proporciona entrenamiento, inteligencia y coordinación militar a todas las fuerzas armadas regionales bajo las recomendaciones del Departamento de Estado. Formalmente Faller llego al país para donar tres hospitales contra el COVID-19 y transmitir la posición de la Casa Blanca sobre Venezuela, China, Rusia y Cuba. Para eso, señalan las fuentes oficiales con el entonces ministro Agustín Rossi en su despacho del Ministerio de Defensa.
Sin embargo, tres meses después, el 15 de junio de 2021 y en el marco de su discurso sobre el Project 2049 (que es como denominan en el Pentágono el proyecto de Estados Unidos para competir contra China en el hemisferio occidental) Faller le relato a sus compañeros de armas (todos de mas de 4 estrellas): “Recientemente viajé a Uruguay y Argentina, demócratas vibrantes, ambas han pasado por elecciones en el último año, me reuní con el ministro de Defensa, altos líderes de defensa, e incluso en Argentina, expresaron su deseo de quedarse con Estados Unidos. Visitamos el Puerto de Ushuaia, el puerto más lejano del hemisferio sur, antes de saltar a la Antártida. Y es un puerto estratégico para acceder al Estrecho de Magallanes. Recursos. Y es un puerto en el que China tiene objetivos, objetivos comerciales legítimos, que podrían ser necesarias para realizar investigaciones científicas o para escalar a otros intereses. Hemos hablado de esto. También nos centramos en la estación espacial china y Neuquén”.
Las palabras de Faller no impresionaron a nadie en los Estados Unidos. Pero en la Argentina es otra cosa. Y es que el almirante es en los hechos un enviado de Joe Biden al, acaso con mas peso en la Casa Blanca que el Director Senior para el Hemisferio Occidental, Juan González, de excelente relación con el presidente Alberto Fernández y con el titular de la cámara de Diputados, Sergio Massa, quien ya posee un trato mas estrecho con Biden, la cual quiere donarle al propio Alberto.
¿Billetera, mata galán?
El desafió de China al poder americano en el mundo y la región no es nuevo: a finales de la década de 1990, el comercio total (importaciones más exportaciones) entre China y América Latina era de aproximadamente 5.000 a 8.000 millones de dólares al año. El comercio bilateral creció de forma espectacular desde el cambio de siglo, llegando a superar los 255.000 millones de dólares en 2014. Entre 1999 y 2014, las importaciones chinas desde América Latina se multiplicaron por más de cuarenta y las exportaciones a la región por más de veinticinco. En 2019, China supero a Brasil como socio comercial argentino por tres meses consecutivos, abril, mayo y junio.
Por eso todas las miradas de los EEUU están puestas no ya en los gobiernos populares (quienes usaron durante toda la primera década de este siglo la billetera China para financiar rojos fiscales y proyectos), sino en empezar a seducir a los países de Latinoamérica con comercio, pero también con mayor presencia militar. Una apuesta que el mismo Faller parece admitir y que probablemente lleve los deseos de los EEUU al fin del mundo ya Tierra del Fuego. Acaso porque como decía Kissinger, los amigos y las estrategias, nunca son permanentes. Pero los intereses de los imperios, si.