Pese a la profunda crisis que atraviesa el país –una década de estancamiento económico, más de la mitad de los chicos en situación de pobreza, la perspectiva de llegar a 100.000 muertos por coronavirus-, la dirigencia política -oficialismo y oposición- debaten sus internas y aspiraciones electorales poniendo en primer lugar de sus agendas los comicios.  

Por caso en el gobierno porteño confían que la población valorará el operativo de vacunación que implementaron y se traducirá en buenos resultados electorales. La Ciudad de Buenos Aires es el territorio con mayor proporción de la población vacunada -42%-, unos 10 puntos por encima de promedio nacional.  

Sobre este tema hay una mirada coincidente con el Frente de Todos ya que el oficialismo también cree que los avances en la vacunación tenderán a mejorar el ánimo de la población y posibilitarán sostener la apertura de la economía. “La vacuna es una puerta de esperanza, genera buena onda después de tanto padecimiento”, coinciden los políticos.

El Gobierno nacional apura el arribo de vacunas del exterior y su aplicación tratando de llegar a los segmentos más jóvenes, uno de los más desencantados por la gestión oficial, según muestran las encuestas.

En este sentido, se presenta un conflicto entre el interés electoral -que mayor cantidad de jóvenes reciban la vacuna- y el sanitario- algunos especialistas recomiendan acelerar la segunda vacuna para los mayores y grupos de riesgo que son los que registran mayor mortalidad-.

Recuperación

En la Casa Rosada se entusiasman con el avance de la recuperación económica. “Argentina es uno de los países que más creció en el mundo en materia de industria” señaló esta semana el ministro de Producción, Matías Kulfas. También a tono con las buenas noticias, desde el Ministerio de Trabajo señalan que está mejorando el empleo y el titular del Palacio de Hacienda, Martín Guzmán sostiene que están dadas las condiciones para que baje la inflación.

Efectivamente, los datos del primer trimestre (últimos disponibles) muestran una reducción de 0,2 puntos porcentuales en la tasa de desempleo, que se ubica en 10,2% de la población. Sin embargo, el crecimiento del empleo se concentra en el sector público -creció 9% interanual- y en el cuentapropismo -5% de suba-, es decir empleo de baja calidad en este último caso, según advierte Ecolatina. En cambio, la cantidad de asalariados en blanco cayó 2% y los informales 5,5%.

En relación a la suba de precios las consultoras privadas efectivamente prevén una desaceleración de los índices para los próximos meses, pero la baja es lenta particularmente en el rubro que más preocupa: alimentos y bebidas. Según la consultora Eco Go, la inflación de alimentos en junio registraría una suba de 3,8%.

Los precios, la batalla que está perdiendo el Gobierno

En este contexto se explica que el Gobierno avale los aumentos logrados en las últimas negociaciones paritarias, que tienen a ubicarse bastante por encima del 40%. Ha quedado olvidada la pauta de inflación del presupuesto (29%) y las autoridades creen que la gente tolera mucho mejor un poco más de suba de los precios que un recorte en los salarios.

Con los nuevos acuerdos o las reaperturas de las paritarias, estimaciones privadas anticipan que se registraría una moderada recuperación del poder adquisitivo del salario en la segunda parte del año, del orden del 2%.

Ajuste

Tras un comienzo de año en que las cuentas fiscales se ajustaron fuertemente -en mayo el Tesoro registró superávit contemplando los ingresos derivados del impuesto a la riqueza- en las próximas semanas el Gobierno se apresta a inyectar dinero para reactivar el consumo.

Entre otras medidas, se está por definir el monto  un bono para los jubilados con los menores haberes, se estudian medias de ayudas a inquilinos y propietarios afectados por deudas y ya se implementó que quienes reciben planes puedan contar con telefonía e internet gratis. Y, no se descartan nuevas medidas en función de los reclamos.

Los resultados fiscales de la primera parte del año apuntaban a un déficit presupuestario de 3% del producto bruto interno, 1,2 puntos por debajo de la estimación oficial. En dinero son $529.000 millones según los cálculos del economista Martín Vauthier. Esta es la cifra, producto del ajuste que llevo a cabo Guzmán que el gobierno intentará utilizar para ganar las elecciones.  

Dólar

Los operadores más experimentados del mercado de cambios observan como una señal preocupante el repunte verificado en el dólar blue en los últimos días. Se atribuye a que se anticipó la desconfianza pre electoral. “No es de extrañar que el blue sea el destino de parte del aguinaldo”, explican en la City.

Si bien, a nivel oficial se minimiza la importancia del blue por considerarlo un mercado pequeño,  el impacto que tiene la suba es más perjudicial que el volumen de dólares que mueve. “Es un termómetro que alerta a todos de que algo malo pasa con la economía”, explican los operadores y señalan que una de las consecuencias es que alienta suba de precios “por las dudas”.

El repunte de los dólares alternativos fue en sentido contrario al freno que el Banco Central viene poniendo al tipo de cambio oficial. En las últimas ruedas redujo la devaluación a cerca de 15%, es decir la tercera parte del aumento que proyectan las consultoras privadas para la inflación (cerca de 45%).

Para algunos economistas el tipo de cambio oficial no esta muy desalineado. Señalan que juega a favor del fortalecimiento del peso la suba en los precios de las materias primas y la apreciación del real brasileño (de cotizar a casi 6 reales por dólar bajó a menos de 5).

El tipo de cambio actual se aproxima al promedio histórico. El dólar, a precios de hoy, llegó a un pico de 180 pesos con la salida de la Convertibilidad hacia 2002, según datos de la consultora Anker, de donde el blue a los 175 pesos actuales se estaría ubicando en niveles muy elevados.

Para otros analistas, en cambio, el promedio histórico del tipo de cambio no refleja un nivel apropiado (como demuestra el estancamiento de la economía en la última década) y advierten que no es de extrañar que de ahora en más se den presiones sobre el mercado.

Con todo, en el Gobierno confían en que con la recomposición lograda en las reservas en divisa en poder del Banco Central -las netas rondan los 6.800 a 8.600 millones de dólares, según distintas mediciones privadas- y el diferimiento de los pagos a los organismos multilaterales de crédito se podrá llegar a las elecciones sin mayores sobresaltos en el frente cambiario.

Con el superávit comercial estimado para este año en 8.200 millones de dólares y los 4.300 millones de dólares que ingresarán por la ampliación de los Derechos Especiales de Giro “la plata está” según el economista Leonardo Chialva.  

Desequilibrios

Eso sí, acumulando desequilibrios para más adelante -retraso del dólar, de las tarifas, de los precios controlados-, entre otros problemas.

Estas soluciones de corto plazo implican mayores presiones sobre las empresas. Un estudio de IDESA señala que en los últimos años se perdieron 100.000 empleadores. En el 2017, la cantidad total de empleadores era de 600.000, y ahora ronda los 500.000. Advierte que en la actual crisis se estaría destruyendo el doble de empresas que en la crisis de fines de los 90 y comienzos del 2000.

Fuente: IDESA

Tomando como base datos del Ministerio de Trabajo, demuestra que en la crisis de 1998-2002, la economía se contrajo 18% y se destruyeron 50 mil empresas, o sea, se destruyeron 3 mil empresas por cada punto que cayó el PBI.

La situación se agrava en la crisis de 2017-2019, cuando la economía se contrajo 4,6% y se destruyeron 28 mil empresas, o sea, se destruyeron 6 mil empresas por cada punto que cayó el PBI.  

Con relación a la ocupación, al empleo asalariado registrado en empresas privadas en marzo 2021 fue de 5,9 millones de trabajadores, cuando en marzo 2019 eran 6,2 millones.

El problema de la desocupación es particularmente grave entre los jóvenes. El porcentaje de los llamados ni-nis -es decir quienes ni estudian ni trabajan-, promediaba un 15%. En el segundo trimestre del año pasado esta tasa se disparó hasta un 22%, señala IDESA, en parte por quienes desistieron de buscar trabajo por las condiciones adversas y, por otro lado, quienes no pudieron continuar sus estudios de manera virtual.

Los empresarios responsabilizan por la falta de creación de empresas y de trabajo al Gobierno y en temas laborales también a los sindicatos que, acusan, están más preocupados por mantener sus actuales afiliados que en ensanchar el empleo.

Elogios

Pero los analistas también reparten culpas entre los propios empresarios. Como botón de muestra señalan que días atrás el ministro de Economía fue recibido por Daniel Funes de Rioja, presidente del CICyP -entidad conformada por las principales agrupaciones empresarias del país- por con una catarata de elogios y sin ninguna defensa del sector patronal.

Guzmán les espetó: “Para resolver la inflación, la cooperación de todos los agentes de la economía, incluyéndolos a ustedes, es fundamental” y pasó luego a elogiar a los gremios. “Encontramos una conducción responsable por parte de los sindicatos”. Es que en la Casa Rosada están convencidos que las empresas no han colaborado en la contención de los precios.

Otro de los permanentes reclamos empresarios es la presión tributaria. El ministro de Economía no tuvo empacho alguno al sostener que “no es nuestra idea un país de impuestos bajos y gasto público bajo”.

Al respecto, el economista Federico Poli preguntó si “¿le parece bien al ministro una presión fiscal del 34% del PIB que ajustada por informalidad alcanza el 45%? Siendo, según el Banco Mundial, la segunda más alta del mundo”.

“Lo que se paga en la Argentina de impuestos es algo razonable. “Creo que se paga, en términos internacionales, algo razonable. Un poco por debajo de muchos países desarrollados, un poquito más arriba que otros países en desarrolloEstos conceptos los dijo en TN este jueves pasado, Matías Kulfas, ministro de la Producción, el interlocutor por excelencia del sector empresario.

Matías Kulfas | “Lo que se paga en la Argentina de impuestos es algo razonable”

En el encuentro del CICyP no le recordaron a Guzmán que muchas empresas tuvieron Precios Máximos por más de un año y que realizaron un aporte adicional a través del Impuesto a la Riqueza. “En la Argentina nos cuesta mucho decir las cosas como son” se excusaba un importante empresario.

Dos realidades

Muchas veces se dice que los funcionarios viven otra realidad y este comentario se agudiza cuando se enfrentan momentos de crisis.

Una frase común para reflejar el aislamiento de la dirigencia con los problemas es mencionar el “Diario de Irigoyen”. Cabe recordar, en el segundo mandato de Hipólito Irigoyen tuvo que enfrentar una crisis que trajo mucho malestar social. Ante esta situación, dicen que en su entorno más estrecho, con la intención de no preocuparlo, le hacía imprimir un diario con noticias que no reflejaban la realidad.

Hoy es difícil para las dirigencias evitar que la información llegue a sus oídos, pero los entornos encuentran la manera de minimizar las malas noticias. “Es lo que instala la oposición”, “es una campaña de un sector molesto con nosotros por las medidas que impusimos”; “son operaciones de prensa”, “de los servicios” y, más recientemente, son “trolls que operan en las redes”.

De una manera u otra, siempre se encuentran argumentos para contrarrestar o no tomar en cuenta las críticas. Asimismo, los funcionarios suelen defender enfáticamente sus acciones en un microclima que termina conformando de hecho “un diario de Irigoyen no escrito”.

Y, cuando los políticos salen de sus oficinas y van a actos se encuentran con una dirigencia que, generalmente, se deshace en elogios.

Empresarios, sindicalistas, organizaciones sociales parecen caer en la seducción del poder y en dichos encuentros todo es “armonía”. Pocas veces, incluso en reuniones a puertas cerradas, se escuchan diagnósticos crudos de la realidad y si alguno se atreve, luego los colaboradores se ocupan de desprestigiarlo y demostrar que los datos no son ciertos.

De esta forma se construye un abismo entre las dirigencias y la realidad que lleva a errores de diagnóstico. Y ésta es una de las causas de la falta de consensos que requiere la resolución de los graves problemas que arrastra el país.