Luego del Mansión Gate, hay incertidumbre en Sri Lanka para definir el nuevo rumbo político
Los manifestantes no se van de la residencia del presidente y aseguran que "su lucha no ha terminado". Se registraron incendios, disparos de la policía y cientos de heridos, entre ellos periodistas.
Tras la invasión de protestantes en la mansión del presidente de Sri Lanka, las personas se niegan a salir de la residencia hasta que no renuncie Gotabaya Rajapaksa y se convoque a nuevas elecciones.
Cientos de miles de personas se congregaron en la capital, Colombo, para exigir que Rajapaksa asuma su responsabilidad por la escasez de medicinas, comida y combustible que llevaron al colapso la economía de un país relativamente próspero.
Los hechos fueron la culminación de una ola de protestas en la isla ubicada frente a la costa sur de India y sumida en una crisis económica y política sin precedentes, que los manifestantes atribuyen a la gestión del presidente Rajapaksa.
Estados Unidos dijo hoy que el bloqueo a las exportaciones de granos de Ucrania impuesto por Rusia puede haber contribuido a los disturbios en Sri Lanka y expresó su temor de que esto pueda generar otras crisis.
"Estamos viendo el impacto de esta agresión rusa en todos lados. Puede haber contribuido a la situación en Sri Lanka, estamos preocupados por las implicaciones en todo el mundo", afirmó el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.
En Colombo, manifestantes que seguían ocupando el palacio presidencial afirmaron que hoy no se irán hasta que Rajapaksa salga del poder de forma efectiva. "Nuestra lucha no ha concluido", dijo a la prensa el líder estudiantil Lahiru Weerasekara.
Tras irrumpir en el palacio presidencial, que data de la era colonial, la multitud recorrió las ostentosas habitaciones, algunos saltaron a la piscina y revisaron el armario y las pertenencias de Rajapaksa, quien terminó huyendo en un buque de la Armada.
Por la noche, el presidente del Parlamento anunció por televisión que, "para garantizar una transición pacífica, el presidente dijo que presentaría su renuncia el 13 de julio".
El despacho de Rajapaksa, situado en la línea costera, también fue tomado por los manifestantes, y otro grupo prendió fuego a la residencia del primer ministro, Ranil Wickremesinghe, pese a que éste también anunció su renuncia.
Más temprano, las fuerzas de seguridad intentaron dispersar a las inmensas multitudes congregadas en el distrito administrativo, lo que generó disturbios. El principal hospital de Colombo informó que recibió 105 heridos ayer y que 55 seguían ingresados hoy. Entre los pacientes admitidos hay siete periodistas heridos.
Sri Lanka lleva meses soportando la escasez de alimentos básicos, cortes de luz y una inflación desatada, después de que el país agotara sus reservas de divisas que son necesarias para las importaciones.
El Gobierno declaró una moratoria de su deuda por 51.000 millones de dólares y busca un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI).