¿Cárcel por prender la estufa? La desesperada medida de Suiza para paliar la crisis energética
El gobierno del país europeo fijó un límite de 19 grados para la temperatura en las viviendas. Si es superado, podrían aplicarse multas y hasta penas de prisión.
La crisis energética global por los efectos de la guerra en Ucrania puso en jaque el estilo de vida de los países más desarrollados, los cuales tuvieron que avanzar a un período de racionalización del recurso. Es el caso de Suiza, que aplicará multas y penas de cárcel de hasta tres años para quienes calienten sus casas a más de 19 grados este invierno.
Como muchos de sus vecinos europeos, el país comenzó un proceso de racionalización. El Gobierno nacional puso como meta la reducción del consumo de gas natural residencial en 15% durante el crudo invierno que ya se avecina en el viejo continente, para evitar posibles cortes y sobrecostos estatales.
A partir de un comunicado emitido por las autoridades suizas, se informó que se lanzó una campaña de ahorro voluntario para reducir la demanda y consumo de gas natural en todo el país entre octubre de 2022 y marzo de 2023 en medio de crecientes temores por cortes de energía.
En este contexto, los suizos que calefaccionen sus casas a más de 19 grados este invierno, violando las directivas del Gobierno en caso de escasez de gas, podrían enfrentarse a multas y penas de cárcel de hasta tres años, dijo el martes el portavoz del departamento económico suizo, Markus Spörndli, al periódico Blick. La medida sólo regirá en caso de que el país se viera obligado a racionar el gas debido a la guerra entre Rusia y Ucrania.
Si el panorama se complica, habría más medidas de restricción: el agua caliente solo podrá calentarse a 60 grados, se prohibirían las estufas radiantes o las tiendas de aire caliente. Los saunas y las piscinas, en tanto, tendrían que permanecer frías. Así lo establece la Ley Federal de Abastecimiento Económico Nacional, a la que el Departamento de Asuntos Económicos (EAER) se remite explícitamente en un documento oficial, aunque todavía es un proyecto de ordenanza.
Si bien explican que no habrá una caza generalizada de los "delincuentes energéticos" y la policía no recorrerá casa por casa, puede haber "controles selectivos", dijeron las autoridades locales. Pero los controles -advierten los medios locales- no son imposibles: por caso, si te denuncia un vecino enojado o un policía de barrio demasiado celoso.
"Violaciones de la ley nacional de suministro siempre son delitos o incluso crímenes en varios casos y deben ser castigados por los cantones", dijo Spörndli, citado por el diario suizo Blick. Mientras tanto, los que violen esta regla involuntariamente también serán castigados, pero con multas de menor cuantía. "El proyecto del decreto está basado en el hecho de que la mayoría de la población cumple las leyes", añadió, de acuerdo con RT en español.
Lo que sucede es que Suiza es de los países europeos con menor grado de autosuficiencia energética, es decir, deben importar combustible para abastecer la mayor parte de su demanda. La generación de electricidad interna solo representa alrededor del 25% de las necesidades. El 75% restante se importa en forma de petróleo crudo, productos petrolíferos, gas y carbón.
Suiza no dispone de yacimientos de gas explotables y depende totalmente de las importaciones. El gas representa alrededor del 15% del consumo nacional de energía (en la Unión Europea es del 22%) y aproximadamente la mitad procede de Rusia.
El gas natural se utiliza principalmente para la producción de calor y durante el invierno calienta alrededor de uno de cada cinco hogares suizos. En este contexto, además se prevé que los consumidores suizos vean aumentar las facturas de energía en alrededor de un 27% en 2023, con amplias oscilaciones según el municipio.