Un ex comisario mató a un pibe por una camiseta de fútbol: fue condenado a prisión perpetua
El oficial de la Policía Bonaerense estuvo prófugo durante más de cinco años. La lucha de la familia de Nicolás Vázquez por lograr la condena.
Nicolás Vázquez apenas tenía 18 años en 2013 cuando fue asesinado de un tiro en el cuello por un comisario de la Policía Bonaerense, después de salir de un local de ropa deportiva de Lanús con una camiseta de fútbol que no había pagado.
Después de permanecer varios años prófugo -se presume con la colaboración de sus compañeros de la fuerza- el ex comisario Héctor Amarilla fue detenido en 2019 y hoy fue condenado a la pena de prisión perpetua por homicidio calificado.
Anahí, la hermana de Nicolás, fue clave para impulsar la investigación y conseguir el arresto del comisario y que la causa judicial tomara el rumbo correcto, ya que Amarilla, después de matar al muchacho, se pegó un tiro en una pierna para simular que se había producido un tiroteo.
Amarilla, quien estaba de civil y se encontraba trabajando como custodio del local, persiguió a Nicolás y le disparó un tiro en el cuello, pese a que estaba desarmado y había levantado las manos para entregarse al policía que lo seguía.
“Son muchas las sensaciones encontradas. No sabés si reir o llorar. A pesar de la sentencia, la sociedad siempre señala los casos de gatillo fácil. Se llevó una remera del local de la selección española. Es un hurto no tiene condena”, dijo Anahí a Data Clave.
“Sale del local que está en 9 de Julio, en Lanús, el 25 de septiembre de 2013, a las tres de la tarde, y suena la alarma. Corre dos cuadras y tira la remera. Levanta las manos, pero Amarilla saca su arma reglamentaria y dispara. Lo agarra del cuello y le dispara a menos de 5 centímetros”, agregó Anahí.
“Lo requisa a Nicolás sin vida tendido en el piso y con su arma se dispara en la pierna izquierda para tratar de disimular que hubo un enfrentamiento. Y más tarde le plantan un arma con la numeración limada”, explicó.
La captura del excomisario fue ordenada un año después del crimen a pedido del fiscal 8 de Lomas de Zamora, Nicolás Kazewski, quien se hizo cargo de la causa, ya que inicialmente no había sido acusado por el homicidio.
En un principio un primer fiscal que tuvo a su cargo la investigación creyó la versión del entonces comisario, pero con la incorporación de distintos peritajes balísticos y el cambio del fiscal (Kazewski se hizo cargo del expediente un año después del hecho), el jefe policial pasó de ser víctima a acusado.
Amarilla fue detenido el domingo 3 de febrero de 2019 en un domicilio situado en la calle San Martín al 4500, de la localidad de Rafael Calzada, partido de Almirante Brown, cuando viajó desde Paraguay a conocer a su nieto. Y esa información la aportó la propia familia de Nicolás, que nunca abandonó el caso.
Los efectivos que lo arrestaron pertenecían al Comando Unificado de Fuerzas de Recaptura de Evadidos (Cufre) de Gendarmería Nacional, abocados al Programa Buscar, impulsado por la cartera de Seguridad, luego de que se dispuso una recompensa para dar con el ex comisario.
Durante el juicio oral que finalizó esta mañana, la fiscal Viviana Giorgi había solicitado la máxima pena para el excomisario por el delito de "homicidio doblemente agravado por alevosía y por su condición de funcionario policial".
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Lomas de Zamora hizo lugar al pedido de la fiscalía y de querella y condenó a Amarilla (60) por el delito de "homicidio calificado" a la pena de prisión perpetua.
Por su parte, la defensa de Amarilla reclamó la absolución o que el delito sea encuadrado como un "homicidio culposo", que tiene estipulado penas de entre 1 y 5 años. Pero la acusación de la fiscalía no dejó lugar a dudas y el ex comisario recibió la máxima pena.