El reciente anuncio del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires sobre el nuevo diseño de los colectivos porteños despertó una ola de críticas. La iniciativa, que incluye el ploteo de los laterales de las unidades con un color azul uniforme y el fileteado porteño, busca estandarizar el diseño y modernizar la flota. Sin embargo, la decisión generó rechazo entre choferes y usuarios, que ven en esta medida una amenaza a la tradición cultural.

El anuncio fue hecho por el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, quien destacó que el cambio apunta a “modernizar y dotar de más seguridad al transporte público”. Pese a ello, sectores críticos consideran que esta uniformidad atenta contra los colores distintivos que identifican a cada línea desde hace décadas.

Tradición en jaque: la pelea por el diseño de los colectivos porteños

En redes sociales, la oposición al cambio se hizo notar con la creación de peticiones online y publicaciones que se viralizaron rápidamente. Entre estas acciones se encuentra una petición en la plataforma Change.org, que exige la conservación de los colores históricos. Para muchos usuarios, la identidad visual de los colectivos forma parte del patrimonio cultural de la ciudad.

Por su parte, choferes y trabajadores del transporte también expresaron su descontento. Alegan que el cambio no solo genera confusión para los pasajeros, sino que también elimina una parte importante de la historia porteña. Una parte significativa de la crítica también se centra en la falta de consulta previa a los sectores involucrados.

Instagram de diegoalvolante

El diseño propuesto incluye la incorporación del fileteado porteño, una técnica tradicional reconocida como patrimonio cultural, que ahora será aplicada en los costados de las unidades. No obstante, para muchos, esta decisión no compensa la pérdida de los colores característicos que diferencian a cada línea.

El plan también incluye otros cambios, como la instalación de cámaras de seguridad y sistemas de pago electrónicos múltiples, que buscan mejorar la experiencia del usuario. Sin embargo, la estética de los colectivos se llevó el protagonismo del debate.

En 2023, una propuesta similar fue descartada tras el rechazo de la población. La memoria de aquel intento refuerza ahora la posición de quienes se oponen a esta nueva medida. En un contexto donde la modernización suele ser bien recibida, el apego a la tradición parece haber encontrado un terreno firme de defensa.

El Gobierno de la Ciudad no dio señales de retroceder en la implementación del ploteo, previsto para iniciarse en 2025. Mientras tanto, el debate entre modernidad e identidad cultural sigue abierto, y los próximos pasos podrían definir un nuevo capítulo en la historia del transporte porteño.