La emergencia ferroviaria ya no es una sospecha para quienes usan a diario los trenes. Desde el lunes, los maquinistas trabajaron a reglamento como medida de protesta ante lo que describen como “una de las peores crisis del sector”, en una medida que se extendió hasta este martes. Luego del mediodía, el servicio comenzó a funcionar con normalidad pero la problemática está lejos de ser solucionada.

“Nuestros trenes necesitan repuestos y reparaciones con urgencia. Las vías requieren obras para garantizar la seguridad y confort de los pasajeros. Además, los sistemas de comunicación y señales deben ser actualizados inmediatamente”, sostuvieron los trabajadores.

La decisión de trabajar a reglamento respondió al estado crítico de la infraestructura ferroviaria. Esto implicó que los conductores cumplían estrictamente con las normativas vigentes, lo que generó retrasos en los servicios. Según expresaron, la medida buscó garantizar su seguridad y la de los pasajeros, dado el deterioro de los recursos disponibles. "Nos vemos en la obligación de extremar las precauciones en la circulación de trenes por su seguridad y el cuidado de nuestra herramienta de trabajo", indicaron.

Este reclamo expuso problemas de larga data en el sistema ferroviario argentino, que atraviesa una falta crónica de inversión y mantenimiento. Las vías representan un peligro latente para miles de usuarios. Además, los sistemas de señalización y comunicación obsoletos dificultan la coordinación y aumentan los riesgos de accidentes.

Este conflicto se suma a una lista creciente de tensiones en el transporte público, que ya enfrenta críticas por los aumentos de tarifas y la falta de servicios en horarios pico. El presupuesto para mantenimiento ferroviario sufrió recortes significativos este año, agravando aún más la situación.

En este contexto, los sindicatos ferroviarios ya han solicitado una reunión urgente con el Ministerio de Transporte para abordar el problema, mientras analizan posibles medidas a seguir si no hay respuestas inmediatas.