Saccomano en la Feria del Libro: "Si me invitan, tienen que bancarse que diga lo que dije"
El encargado de dar las palabras iniciales fue el escritor radicado en Villa Gesell, que cargó de lleno contra la industria del papel en la Argentina, llamó al gobierno a apoyar estos eventos y a repensar el sistema de los derechos de autor.
Se inauguró la 46ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires en el predio porteño de La Rural y el encargado de dar el discurso este año fue el escritor Guillermo Saccomano. El novelista, radicado en Villa Gesell desde hace tres décadas, disparó fuertemente contra la industria editorial, el gobierno y el sistema educativo.
"Decir Feria implica decir comercio. Esta es una Feria de la industria y no de la cultura aunque la misma se adjudique este rol. En todo caso, es representativa de una manera de entender la cultura como comercio en la que el autor, que es el actor principal del libro, como creador, cobra apenas el 10% del precio de tapa de un ejemplar", sostuvo el escritor al inicio del discurso y llamó al gobierno a apoyar la realización del evento y a repensar la regulación de la industria del papel y los derechos de autor.
En ese marco, se preguntó: "¿Es una paradoja o responde a una lógica del sistema que esta Feria se realice en la Rural, que se le pague un alquiler sideral a la institución que fue instigadora de los golpes militares que asesinaron escritores y destruyeron libros? En lo personal, creo que esta situación simbólica refiere una violencia política encubierta".
Saccomano nombró a los dueños de la industria del papel en Argentina: "una es Ledesma, propiedad de la familia Blaquier Arrieta, una de las más ricas del país, apellidos vinculados con la última dictadura en crímenes de lesa humanidad" y la otra "Celulosa Argentina, su directivo es el terrateniente y miembro de la Unión Industrial José Urtubey, conectado con la causa Panamá Papers", y aseguró que destinaron su producción "a papel para embalar o para cajas, y no tanto al papel de uso editorial".
Sobre su participación, el escritor aseguró que "la Feria siempre me generó tensión, no sólo porque uno se se topa con un injuriante pabellón Martínez de Hoz, que homenajea al esclavista y saqueador de tierras indígenas, antepasado del tristemente célebre economista de la última dictadura. Decir Feria implica comercio. Esta es una Feria de la industria, y no de la cultura aunque la misma se adjudique este rol. En todo caso, es representativa de una manera de entender la cultura como comercio".
"A esta feria, queda claro, le importan más los libros que más se venden, que, como es sabido, suelen ser complacientes con la visión quietista del poder. Conviene quizá que lo aclare: la literatura que me interesa, trátese de ensayo, poesía, narrativa, ilumina, perturba, incomoda y subvierte", finalizó el discurso.
Tras las repercusiones que provocaron sus palabras, Saccomano aseguró este viernes en declaraciones a Radio 10 que nadie lo llamó para decirle algo sobre sus palabras. "A mi me salió decir ese discurso, tenemos que decir lo que pensamos de manera inteligente", y "si me invitan a estos eventos tienen que bancarse que diga lo que dije, a mi con lo del prestigio chantaje no me van a correr", enfatizó.