Porqué la ciudad de Nueva York decidió demandar a las redes sociales más populares
El alcalde sostuvo que son responsables de provocar una crisis de salud mental en los más jóvenes. Dijo que son sometidos a un contenido dañino y adictivo.
Las redes sociales supuestamente llegaron para convertirse en una nueva forma de comunicarse, encontrar viejos amigos o enterarse de lo que pasa en el mundo. Pero en rigor son un lugar donde se manifiesta el odio más exacerbado, se publican contenidos que poco aportan pero igual generan un adicción en los usuarios más activos.
Basta ver con lo que ocurrió esta semana con la cantantes y actriz Lali Espósito, luego de los ataque que le dirigió el presidente Javier Milei por haber cobrado desde varios municipios a cambio de sus shows. Impulsados por el presidente de ultraderecha sus seguidores se dedicaron a hostigar a la artista.
El propio Milei es un fanático de las redes y la base de su popularidad es un uso intensivo de las redes. Pero ahora que no es más un panelista televisivo pasa muchas horas al día a darle me gusta a publicaciones o a polemizar. Seguramente no tiene temas más urgentes de los que ocuparse. Todo está fenómeno.
La preocupación sobre los efectos que generan las redes en los usuarios, en especial en los más jóvenes, es un tema de discusión entre los psicólogos, quienes advierten que pueden provocar ansiedad, estrés o una baja en la autoestima.
En esa línea, la ciudad de Nueva York presentó esta semana una demanda contra las redes sociales más populares (TikTok, Instagram, Facebook, Snapchat y YouTube) por considerar que están provocando "una crisis de salud mental entre los menores en toda la nación".
La demanda se presentó ante el Tribunal Supremo de California, el estado donde tienen su sede la mayoría de estas redes sociales, con la firma del alcalde de Nueva York, Eric Adams, y de los funcionarios a cargos de los de los Departamentos de Educación y de Salud.
“La ciudad se une a cientos de distritos escolares de todo el país para presentar litigios que buscan obligar a los gigantes tecnológicos a cambiar su comportamiento y recuperar los costos de abordar esta amenaza a la salud pública. La ciudad gasta más de $100 millones en programas y servicios de salud mental para jóvenes cada año”, sostuvo el gobierno neoyorquino.
"Durante la última década, hemos visto cuán adictivo y abrumador puede ser el mundo en línea, exponiendo a nuestros niños a un flujo continuo de contenido dañino y alimentando nuestra crisis nacional de salud mental juvenil", dijo el alcalde Adams.
“Nuestra ciudad se basa en la innovación y la tecnología, pero muchas plataformas de redes sociales terminan poniendo en peligro la salud mental de nuestros niños, promoviendo la adicción y fomentando comportamientos inseguros. Hoy, estamos tomando medidas audaces en nombre de millones de neoyorquinos para detener a estas empresas. responsables de su papel en esta crisis, y estamos aprovechando nuestro trabajo para abordar este peligro para la salud pública. Esta demanda y el plan de acción son parte de un ajuste de cuentas más amplio que dará forma a las vidas de nuestros jóvenes, nuestra ciudad y nuestra sociedad. en los años que vendrán”, agregó.
En la demanda se responsabiliza a las redes por:
- Usar algoritmos para generar feeds que mantengan a los usuarios en las plataformas por más tiempo y fomenten el uso compulsivo.
- Usar mecanismos similares a los juegos de azar en el diseño de aplicaciones, que permiten la anticipación y el anhelo de "me gusta" y "corazones", y también proporcionan flujos continuos y personalizados de contenido y anuncios.
- Manipular a los usuarios a través de la reciprocidad: una fuerza social, especialmente poderosa entre los adolescentes, que describe cómo las personas se sienten obligadas a responder a una acción positiva con otra acción positiva.
- Estas plataformas aprovechan la reciprocidad, por ejemplo, informando automáticamente al remitente cuándo se vio su mensaje o enviando notificaciones cuando se entregó un mensaje, alentando a los adolescentes a regresar a la plataforma una y otra vez y perpetuando la participación en línea y las respuestas inmediatas.