El conflicto salarial entre los tripulantes de cabina de Aerolíneas Argentinas y la empresa estatal, actualmente en proceso de privatización, se agudiza cada semana. La escalada de tensiones no solo se debe al incumplimiento de la recomposición salarial frente a la inflación, sino también al futuro incierto que presenta la aerolínea bajo un eventual manejo privado.

A lo largo de los últimos meses, la paritaria del sector quedó completamente rezagada respecto de la inflación acumulada en el país. Según el gremio de aeronavegantes, la inflación hasta septiembre de 2024 alcanzó el 209%, mientras que los aumentos salariales otorgados apenas suman un 65,85%. Esto implica un retraso salarial de 86,5%, generando un profundo malestar entre los trabajadores.

El gráfico proporcionado por el gremio muestra cómo se ha dado esta disparidad mes a mes. En septiembre, por ejemplo los tripulantes de cabina no recibieron ningún ajuste salarial, lo que dejó a sus salarios aún más rezagados frente al aumento de precios. Desde febrero de 2024, cuando lograron un 16% de aumento frente a una inflación del 13,2%, no han tenido subas significativas.

La privatización de Aerolíneas Argentinas, impulsada por el gobierno de Javier Milei, añade una capa de complejidad a las negociaciones. Si bien el objetivo oficial es reducir el déficit de la empresa, la transición genera incertidumbre en cuanto a las condiciones laborales y la estabilidad de los puestos de trabajo. Los aeronavegantes, representados por la Asociación Argentina de Aeronavegantes, han advertido sobre la posibilidad de más medidas de fuerza, incluyendo paros escalonados, si no se resuelve el conflicto salarial en breve.

El debate sobre el futuro de Aerolíneas Argentinas está en pleno auge y el desenlace de la privatización será clave en las próximas semanas. Por ahora, los tripulantes de cabina continúan con medidas de protesta mientras evalúan la evolución del conflicto.