Máximo Thomsen rompió el silencio desde la cárcel: "ninguno quiso que terminara así"
Uno de los integrantes del grupo de "rugbiers" condenados por el asesinato de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell habló por primera vez.
Máximo Thomsen, condenado a cadena perpetua por la muerte de Fernando Baez Sosa rompió el silencio este martes desde la cárcel. Sostuvo que "nunca" pensó que podía "matar a una persona usando el cuerpo y las manos".
"Es algo que quiero contar hace cuatro años, no necesito mucha preparación para hacerlo", aclaró el joven que además afirmó que solo era un grupo de amigos para irse de vacaciones el que compartía con el resto de los implicados en el crimen.
Thomsen admitió que "tomaba mucho alcohol" como manera para divertirse.
En una entrevista con Canal 13, afirmó que ese 20 de enero "era la primera noche que salimos" y que ya llegó "borracho" al boliche. "Lo que me acuerdo es que yo estaba agarrado de la barra, de espalda a la pista, y siento que alguien se me había caído encima. Era Matías (Benicelli) que me dicen que le habían pegado y nos sacan a los dos. Yo no sabía, pero era Fernando Báez Sosa el que le pegó a Matías una piña en la frente", explicó.
Y agregó: “Yo nunca me peleé dentro del boliche. Nunca tuve contacto visual con Fernando. Afuera mis amigos se vuelven a pelear y cuando terminan cruzamos. De frente vemos alguien que nos hacía burla y era Fernando”.
Thomsen aseguró que fue Enzo Comelli el primero que pegó y luego reconoció: "Yo también le pegué. Recuerdo que entré a tirar patadas. Yo no le pegué una patada en la cabeza a Fernando, fue Ciro Pertossi pero no llego a pegarle".
"No estábamos festejando, nadie se representó el resultado de la pelea", dijo sobre el video donde se los ve abrazarse.
Luego de no recordar si llegó a pegarle en la cabeza a Báez Sosa, entre lagrimas, dijo que "nunca quise que terminara así".
"Yo estuve ahí, le pegué. Es difícil, porque es un cargo de conciencia importante. Cuando uno no lo busca. Fue culpa de nosotros, también culpa mía", puntualizó quebrado emocionalmente.
Por último, Thomsen afirmó que "nadie lo quiso así, ni yo, ni mis amigos. Podemos ser buenas o malas personas, pero ninguno quiso que terminara así. Nadie es quién para quitarle la vida a una persona", concluyó.