Formosa otra vez: debía hacer cuarentena en su casa pero la llevaron con sus bebés mellizos a un centro de aislamiento
Valeria y sus hijos de 5 meses fueron trasladados en un patrullero a un hotel a más de 200 kilómetros de la capital provincial. El gobierno de Insfrán cambió las reglas del juego por la visita de Pietragalla, pero siguen existiendo arbitrariedades.
Una madre y sus dos bebés mellizos de solo 5 meses volvieron a Formosa desde Chaco luego de meses de pelear por las autorizaciones de ingreso a su provincia, que sostiene estrictas restricciones a la circulación en pos de sostener la estadística de bajos contagios y mortalidad de coronavirus en el territorio.
Con 22 años, dos bebés de 5 meses, hisopado negativo y toda la documentación pertinente, Valeria optó por hacer cuarentena en su domicilio al volver a Formosa, amparada en el protocolo que la provincia oficializó el 3 de febrero y que publicó la gobernación en su sitio oficial: las personas que tuvieran menores a su cargo, al ingresar, tendrían derecho a esa opción, evitando los centros de aislamiento.
La modificación en el reglamento sanitario formoseño se dio luego de la visita de Horacio Pietragalla, secretario de Derechos Humanos, y del exhorto de distintos organismos nacionales e internacionales de Derechos Humanos a la provincia para flexibilizar su política y garantizar las libertades individuales.
Al volver de Chaco, la joven estuvo cuatro horas en el puente fronterizo Libertad. Su mamá quiso acercarle un bolso con pañales antes del traslado, pero las fuerzas de seguridad del límite interprovincial no se lo permitieron y le sacaron el bolso de las manos, contó.
Las autoridades desconocieron su derecho a elección, los trámites y los documentos presentados y la subieron a un patrullero sin cinturones de seguridad junto a los bebés, donde fue sujetando una silla suelta para uno de los mellizos y sostuvo al otro en brazos en el viaje por “una ruta llena de baches”, según reveló.
La trasladaron al Hotel Plaza en Ibarreta, una localidad situada a más de 200 kilómetros de la capital. La dejaron allí, en una sala sin cunas y con un baño que no estaba en condiciones para garantizar la higiene de los bebés. Le dijeron que debía permanecer allí por catorce días, pese a que ella había optado por el aislamiento domiciliario.
En diálogo con Todo Noticias, Valeria expresó su angustia por la situación: “Me siento mal, tengo mucha bronca, mucha rabia y muchas ganas de llorar. Porque la verdad es que yo fui con los permisos y los hisopados negativos para poder volver a mi domicilio. Cuando llegué fue mi mamá del otro lado del puente a recibirme, pero no me dejaron que la salude ni que la vea”.
El caso circuló y volvió a encender las alarmas y a poner a Formosa bajo la lupa, luego de que también se hiciera público el caso de Lucas Vera Chamorro, que estuvo 22 días en el centro de aislamiento del Colegio Nacional de la capital formoseña, con horarios para salir al patio y para asearse, como en un régimen carcelario.