El matrimonio rebelde: un casamiento como los de antes en Salta
Un hombre y una mujer sellaron su unión indisoluble ante los ojos de Dios y de las autoridades, que intervienen para denunciar a todos los presentes. La transmisión por redes y la situación judicial del cura. Qué dicen los participantes.
El hartazgo social hizo que en los últimos meses las personas empezaran a imponer sus propias reglas pese a las restricciones y a las sanciones en el marco de la emergencia sanitaria. En Salta, una pareja celebró su boda y realizó una fiesta con invitados pese a la prohibición de realizar ceremonias religiosas y contra todos los protocolos: en las imágenes que difundieron quienes estuvieron en el evento, da la sensación de que el tapabocas y el distanciamiento social son de otro tiempo.
Sofía Lanusse y Vicente “Tito” Arias fueron contra las reglas y organizaron un casamiento como los que solían celebrarse en el mundo prepandemia: el altar, el sacerdote, los fotógrafos, los invitados, la comida, la aglomeración y la fiesta. Todo se transmitió por las redes sin ningún tipo de filtro. Como cada una de las situaciones que se presentaron desde marzo en el país con los “rompecuarentena”, los videos de la celebración generaron indignación en usuarios de redes sociales y en salteños que, por la situación epidemiológica de la provincia, permanecen en aislamiento.
La boda tuvo lugar en la parroquia de Ciudad del Milagro y estuvo a cargo del cura Raúl Fleckestein, quien podría recibir una sanción de las autoridades pero zafar del castigo divino: desde el arzobispado confirman que no corresponde sanción eclesiástica alguna. En tanto, la Procuración trabaja de oficio desde el fin de semana y podría demandar a todos los presentes: los invitados podrían enfrentar una situación menos compleja que los cónyuges, ya que la ley prevé multas para quienes “organicen o promuevan” los eventos. Se habla de sanciones por un total de hasta $135 mil y se evalúa el caso de Fleckestein, pero todavía no hay resolución oficial.
El argumento de los cónyuges es que todos los participantes son personas recuperadas de coronavirus. Unas 20 personas habrían asistido al evento, sin respeto por la distancia social en ningún momento y solo algunas con barbijo, según evidencian las imágenes. Sin embargo, la versión de que era una fiesta de recuperados de covid-19 no tendría validez ni sustento legal ya que de todas formas se infringieron las reglas aprobadas en la última prórroga de la emergencia sanitaria.
La Iglesia donde se celebró el matrimonio permanece cerrada y todavía no se pronunció ningún referente de la institución. La fiscalía, a priori, no aportó información sobre la causa. El viernes, el COE provincial anunció las nuevas aperturas a nivel provincial, pero las ceremonias religiosas y las reuniones sociales continúan prohibidas.