“Llegué a Túnez junto a uno de mis jefes de Télam para cubrir el viaje de la entonces presidenta Cristina Kirchner. Ahí conocí a Brieger, que era parte de la delegación. Tomamos un té con galletitas en el hall del hotel y charlamos de temas profesionales. Al día siguiente, me dijo que no podía asistir al encuentro con la mandataria, me pidió que le compartiera el audio y me dio su número de habitación. Subí, con la computadora en la mano, a dejarle el audio como favor de colega. Al llegar a su habitación, veo que tenía la puerta entreabierta. Me lo encuentro desnudo, recostado sobre el respaldo de la cama, tapándose con una sábana, masturbándose mientras me hablaba. No recuerdo cuanto tiempo me quedé ahí ni lo que me dijo. Me fui y nunca más le volví a hablar. En ese momento no le dije nada a mi jefe, no era un contexto cómodo para hablar algo así. El 99% de la delegación eran hombres. Seguí trabajando como mecanismo de defensa. Lo bloqueé. Lo negué. Pasó el tiempo y él aparecía en todos lados. Yo veía que ganaba premios y que cada vez tenía más visibilidad y más poder. Me daba miedo dar la cara y exponerme”, relata una de las 19 denunciantes de Pedro Brieger. 

El testimonio es parte del documento que la Asociación de Periodistas Argentinas dio a conocer en la Cámara de Senadores de la Nación titulado "Informe Cultura del Acoso: Punto y Aparte", en donde detallan el testimonio de 19 mujeres que sufrieron situaciones de acoso sexual por el periodista Pedro Brieger. El texto incluye declaraciones de periodistas, compañeras de trabajo, exalumnas de Brieger en la universidad y de una vecina que vivía en el mismo edificio que él. La conferencia fue encabezada por las periodistas Nancy Pasos y Agustina Kämpfer, quien había expresado públicamente en un programa de televisión en 2010 que Brieger “era un acosador”, mientras él recibía un premio Martín Fierro. 

Disculpas públicas y reparación, ejes de la presentación que hizo un grupo de periodistas contra Brieger

Vivíamos en el mismo edificio, en Belgrano. Yo en la planta baja, él, unos pisos más arriba. Cada vez que nos cruzábamos él me miraba libidinosamente. Un día subí por el ascensor hasta la terraza para colgar la ropa. Él justo había entrado al edificio y subió conmigo. Enseguida me expresó que cada vez que me veía salir con mi bicicleta, le calentaba mi culo subiéndose al asiento. Luego, se abrió la bragueta del pantalón y sacó su pene", afirmó una de las denunciantes, quien fue vecina del periodista.

En voz de las propias víctimas, se buscó dar una propuesta de abordaje para desarmar la maquinaria en la cual se exige las disculpas del denunciadoen cada uno de los medios donde acosó a sus compañeras, además de la judicialización del caso.

“Era redactora del noticiero nocturno y de Visión 7 Internacional. Tenía con él una relación amable, hasta que un día, estando sola en control, él entró y se colocó detrás de la silla en la que estaba sentada. Estaba trabajando, cuando siento que me agarra el cuello y luego mete la mano por adentro de mi pullover y comienza a tocarme. Sentí asco y humillación. Me levanté inmediatamente, fui a la redacción y se lo conté a mis compañeros, que como respuesta se rieron, detalló una de las víctimas en el documento. 

La periodista Nancy Pazos explicó que lo que se busca es un “pedido de disculpas" por parte de Brieger y que "lo reconozcan" los lugares donde trabajó. "Muchas hablamos en el momento y no fuimos escuchadas. Ahora hicimos un trabajo periodístico de investigación, para poner los casos a la luz en este informe, que será presentado a cada una de las instituciones y en las radios y los canales donde trabajó. Es muy importante para todas que pida perdón públicamente, expresó Pazos.

En tanto, Kämpfer remarcó que debieron frenar la recepción de casos para poder hacer esta presentación con “el número de denuncias recibidas”. A partir de ahora, continuarán contactándose con aquellas personas que quieran compartir su denuncia y recolectar todo el material que les sigue llegando “que es mucho más que el que quisieran recibir”. 

Estaba cursando periodismo en TEA cuando lo tuve de profesor de Política Internacional. En cada clase, se paraba delante de mí y me acosaba con las miradas: eran sistemáticas, repetidas y explícitas durante toda la clase: pasaba por mi entrepierna, luego mis pechos y luego mis ojos; y volvía a bajar para empezar su recorrido otra vez. Yo me preocupaba por estar todo el tiempo con las rodillas muy juntas, cuidando cómo me vestía los días que iba a cursar con él. Mis compañeros comenzaron a pensar que teníamos un vínculo íntimo, porque él transmitía eso: se me acercaba para hablarme al oído y decirme cosas inapropiadas, asquerosas, por lo bajo, pero delante de todos. La pasé muy mal y tenía con él dos de las tres clases semanales”, precisó una de las víctimas. 

Durante la conferencia, sostuvieron: No son los únicos casos ni es el único acosador, acá hubo una serie y una sistematización de abusar y ejercer la violencia y tenemos que decir punto y aparte. Con estas actitudes podemos empezar a cambiar esta cultura patriarcal, somos trabajadoras de prensa y sabemos que en las redacciones recibimos violencia”.