Caso Rafael Nahuel: El fuerte enfrentamiento entre la defensa de los Albatros con el juez y la fiscalía
El abogado Marcelo Rochetti acusó al juez Zapata y a la fiscal Litlle de avalar todo tipo de irregularidades.
El Juez Federal de Bariloche Gustavo Zapata procesó a cinco comandos del grupo Albatros de la Prefectura Naval Argentina que se enfrentaron a un grupo de mapuches en Villa Mascardi, donde murió el joven Rafael Nahuel. La decisión provocó una dura reacción de la defensa de los uniformados, al sostener que se cometieron todo tipo de irregularidades.
El juez calificó el delito como "homicidio agravado por su comisión con violencia contra las personas mediante la utilización de armas de fuego, cometido con exceso en la legítima defensa".
Procesó como autor del homicidio a Sergio Guillermo Cavia y como partícipes necesarios a Francisco Javier Pintos, Juan Ramón Obregón, Carlos Valentín Sosa y Sergio García, por el hecho que ocurrió en las afueras de Bariloche en 2017.
El procesamiento causó mucha indignación, ya que según el abogado Marcelo Rocchetti, que encabeza la defensa de los Albatros, la causa se encuentra plagada de irregularidades que son avaladas tanto por el juez de la causa como por la fiscal Silvia Little.
La indignación del defensor arrancó cuando a principios de la causa se acusó a su defendido Francisco Javier Pintos de ser el autor del disparo mortal contra Nahuel. Rocchetti y Pintos sostuvieron hasta el hartazgo que ello no era así. Pintos fue detenido por ello.
El Juez federal se apoyaba en una pericia de la Policía de Río Negro la cual fue cuestionada por el defensor desde el primer momento. No obstante ello, Pintos fue detenido.
Recién cuando la Cámara Federal de Casación Penal intervino y ordenó una nueva pericia, se estableció claramente y sin dejar dudas que el arma de Pintos no había sido el arma homicida, sino que el disparo había provenido de una pistola de un compañero suyo, Guillermo Cavia.
Fue ahí que Pintos solicitó con la asistencia de Rocchetti que se investigue a los peritos que lo habían sindicado como el autor del homicidio, pero tanto Juez como Fiscal miraron hacia otro lado “en cómplice distracción”, según afirmó Rocchetti.
No es un dato menor que tanto Nahuel, que falleció, como sus dos compañeros detenidos, Jones Huala y González, arrojaron resultado positivo del estudio dermotest de sus manos, lo que implica que habían disparado armas de fuego.
Es más, el propio Jones Huala reconoció en el Juicio Abreviado haber disparado contra el personal de Prefectura, pero ello también fue ignorado por Zapata en su resolución.
Tan elevado es el tono del conflicto que Pintos en su indagatoria trató a Zapata de cobarde y de no tener las agallas para enfrentar a los mapuches, lo responsabilizó de la escalada del conflicto y le remarcó que ellos (los Albatros) no estaban de pic nic en Villa Mascardi, sino que estaban allí por orden de un juez federal., que había dispuesto la custodia del predio.
El Juez Zapata sancionó al doctor Rocchetti por los dichos de Pintos en su indagatoria, y Rocchetti, lejos de acatar la sanción descargó toda su furia en una andanada de escritos con la clara intención de llegar a la Casación para que el Máximo Tribunal Penal del país tome conocimiento de los atropellos.
Sugestivamente, ninguno de esos escritos relacionados con recursos de la defensa contra la sanción fue concedido, y más sugestivo aún resulta una resolución del propio Zapata que dice que no quiso sancionar a Rocchetti y que la sanción impuesta no es en realidad una sanción.
En un durísimo escrito Rochetti dijo al Juez: “Deseo manifestar que me encuentro apelando un auto de procesamiento fundado y acomodado en coyunturas políticas y no en las constancias de la causa, absolutamente contradictorio a la línea trazada por la Cámara Federal de Casación Penal, la cual V.S. parece ignorar”.
Finaliza el recurso de apelación diciendo: “ Si en el afán de disciplinar y dirigir la defensa de Cavia, Pintos y Sosa V.S. decide nuevamente sancionarme, recibiré dicha sanción con gusto y en paz de conciencia, porque tengo la tranquilidad de hacer mi trabajo como corresponde, no encontrándome condicionado más que por lo que mi buen saber y entender me marcan como lo debido. Mis pensamientos no se encuentran contaminados por presiones políticas, ejerzo el Ministerio de la Defensa con las agallas que se requieren y soy único responsable de mis actos. Mas no de los de terceros como pretendiose.”.