Los gráficos muestran que recién para el 2017 Argentina lograría equilibrio fiscal y que hasta entonces, es decir, dos años entrados el gobierno que continúe al de Alberto Fernández, habrá que refinanciar no solo la deuda de US$ 44.00 millones que el país contrajo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), sino también de los privados.

La presentación que hicieron hoy el presidente Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán se basó en que “para nosotros la solución (al tema de la deuda) no es el ajuste, es crecer”, según palabras del mandatario.

La reducción del déficit fiscal, que permitirá tener superávit para pagar lo que se debe “no se logrará por vía del ajuste, sino por el crecimiento”, dijo Fernández y puso como ejemplo el 2021 en que el déficit fiscal se redujo a la mitad del 2020 “gracias al crecimiento y a que  cobraron más impuesto. Ese es el camino a seguir”.

“Ese tiempo que estamos reclamando. Ellos (el FMI) deben darse cuenta que dieron ese prestamos que era viable”, dijo el mandatario.

De manera más técnica, aunque sin muchas precisiones, Guzmán planteó que “la diferencia entre lo que plantea el Fondo y el Gobierno argentino es esencialmente un programa de ajuste de gasto real versus un programa que le dé continuidad a esta recuperación fuerte a la economía."

Y acá vino la apelación “al todos” ya que “es importante que como Nación estemos alineados en defender los intereses de Argentina. Esto es sencillo: estamos negociando cada cosa que va a ser importante en los próximos 10 años” en el país.

“Lo que pide el FMI es diferente de lo que hemos presentado y la diferencia consiste en un programa que con alta probabilidad detendría el crecimiento, y es un programa de ajuste real, versus un programa de recuperación fuerte”.

En eta dualidad, es que el Gobierno planteo los temas. Una serie de consignas como “crecer para pagar” sin ajuste del Estado, que mantendrá su rol “anti-cíclico” para mantener el desarrollo de la economía.

Más duro resultó, a su turno, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, quien sin medias tintas dijo que “algunos de los responsables” de ese endeudamiento “están ausentes en esta mesa, y me temo que estén planeando no acompañar, cualquier acuerdo, como hicieron con el Presupuesto, Me parece institucionalmente gravísimo”.

“Lo mínimo que se les puede pedir es que apoyen la solución”, dijo el último ministro de Economía, de Cristina Fernández de Kirchner.

En lo que hace a la solución de la deuda con el Fondo, apuntó a que “no hay un buen acuerdo, hay el mejor acuerdo posible” y que un programa tan malo como el que el Fondo le dio a Mauricio Macri “necesita de soluciones extraordinarias” como la que ahora presenta el Gobierno.

El único que puso una nota “distinta”, fue el mandatario del Chaco, Jorge Capitanich, quien preguntó qué pasará en ese tiempo con la deuda interna, que ya llega a los US$ 44.000 millones, con el aumento de tarifas y los salarios.

Fernández se encargó de decir que “no habrá tarifazos” que se impulsará la recuperación de los salarios “y el resto te lo responderá Martín (Guzmán) luego”.

Con estas consignas, el lunes, el ministro Guzmán intentará convencer a los líderes parlamentarios de la oposición para que apoyen su propuesta de crecer para pagar, sin ajustar, sin hablar de inflación, ni de cómo crecerán las exportaciones.