Silvina Batakis mira con un ojo el dólar y con el otro los precios. El jueves 14 de julio el Indec dará a conocer la inflación del mes de junio, que terminará en 5,1%, lo que marcará un IPC del 64% para los últimos 12 meses. De no pararse la devaluación del blue, la inflación superará el 85% anual. Y si en septiembre la inflación no baja del 5%, terminaría en el 100% anual. 

La recientemente asumida ministra de Economía sabe que, de seguir a este ritmo, la devaluación del blue terminará empujando por expectativas al oficial y el temor a que la inflación se espirale por la aceleración de la velocidad a la que circulan los pesos, no será miedo sino realidad.  La cada vez más necesaria emisión de pesos con menos reservas externas en BCRA. En un país que cada vez logra menos financiamiento para el déficit que debe ser cubierto con emisión monetaria, las expectativas devaluatorias llevan a una aceleración de la huida del dinero y a coquetear en breve con una inflación de 3 dígitos. 

Pero en el mercado hay expectativas por la reunión entre Joe Biden y Alberto Fernandez que se llevará a cabo el 25 de julio en Washington. La visita del mandatario argentino a su par norteamericano se dará un día antes de la reunión de la Reserva Federal de Estados Unidos, cuando se espera que suba la tasa otros 0,75 puntos porcentuales y la lleve al 2,25% anual. En el gobierno están esperanzados que Biden le de alguna señal de apoyo a Fernández para tranquilizar a los mercados locales. 

Lo cierto es que más allá de las preocupaciones que hace públicas la ministra (el atraso de los salarios frente la inflación, por ejemplo) la funcionaria es consciente de los dos problemas inmediatos que aquejan a la economía criolla: que el BCRA no logra acumular reservas pese al récord de liquidación de agrodivisas y las restricciones a las importaciones que amenazan con paralizar el crecimiento.

Para Batakis ese sería el peor escenario en este contexto, ya que una estanflación (recesión con suba de precios) causada por menores importaciones (algunos hablan de una caída de hasta el 7% en las importaciones ente julio-diciembre, con posibilidad de llegar al 10%) lo que llevaría a aumentar la desocupación destruyendo la poca mejora de empleo que hubo en el primer semestre. Una de las pocas cosas que, dicen en el entorno de Batakis, no dejó roto Martín Guzman cuando se fue.