Tener empleo no garantiza dejar de ser pobre: índice trepó al 41,8% en el tercer trimestre
Los salarios “corren desde atrás” a la inflación, y muchos ingresos están por debajo de lo que se necesita para no caer en la pobreza.
Entre julio y septiembre el promedio de inflación fue del 7% y todo esto apunta, según los primeros análisis, a que el índice de pobreza se ubicó en el 41,8%, por encima del que había terminado el año pasado.
De esta manera se revierte la tendencia evidenciada durante el primer semestre del año, que con una inflación del 36,2% y la economía creciendo al 6,5 % acumulado, hizo que el Índice de Pobreza bajara al 36,5% desde el 37,3% con el que había cerrado el año pasado.
Desde la Universidad Torcuato di Tella (UtdT) el economista Martín Rozada, quien sigue mes a mes el índice, estimó que con la inflación proyecta se registra “un promedio ponderado de una tasa de pobreza estimada en 38.7% para el segundo trimestre y 41.8% para el tercer trimestre”.
La Directora del CIPPEC, Gala Díaz Langou, advirtió que “la mayoría de las personas que están en la pobreza trabajan, pero eso no les resuelve la posibilidad de salir de esa situación, aunque exista una proporción de personas que, incluso, trabajan en empleo formales”.
“Con todos los desajustes del mercado laboral y con una creciente informalidad, implica que tenemos una población, además de con menos ingresos, más desprotegida socialmente", dijo Diaz Langou a Radio Milenium.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó que el 70 % de la población ocupada, sea esta asalariada o cuenta propista, apenas alcanzaba a reunir $ 80.000 por mes en el segundo trimestre del año. Si uno toma el grupo familiar, el 70% del ingreso se elevaba a $140.000.
En medio de este panorama, varios sindicatos que ya habían cerrado sus paritarias, pidieron la reapertura, como el caso de lo empleados del Seguro, que consiguieron el 110, o Camioneros que reclama el 13%.
El economista Danta Sica destacó que “con niveles tan elevados de inflación, las paritarias se hacen casi mensuales”.
Así y todo “no logran emparejar estos altos niveles de inflación, porque tampoco las empresas pueden calcular sus costos”, dijo Sica en declaraciones a TN.
Un dato adicional: El índice de pobreza bajó al 36,2% en el primer semestre de este año frente al 37,3% con el que había cerrado el año pasado, pero la indigencia, entendida esta como los pobres cuyos ingresos no les alcanza ni siquiera para comprar el mínimo de comida para subsistir, subió al 8,8% desde el 8,2%.
Esto llevó al sociólogo Artemio López a afirmar que lo que pasó fue que “la pobreza bajó porque se transformó en indigencia, que subió”. Este fenómeno es “un sube y baja producto combinado del descontrol en precios de alimentos y salarios de hambre. Estamos mal”.