Pocas reservas en el BCRA: por qué el mercado espera más tensiones y cuándo el Gobierno prevé un alivio
El dólar blue saltó desde los $210 a principios de junio hasta los $338 a los que se vende actualmente. El tipo de cambio es el reflejo del escaso poder de fuego del Banco Central. La necesidad de "pasar el invierno" con un "puente verde". El foco en la liquidación del agro y las importaciones de energía.
Tras varias semanas de crisis cambiaria, los mercados esperan que las corridas continúen en los próximos días con su consecuente impacto en inflación y actividad. Por su parte, el Gobierno espera que esta semana aflojen las tensiones, pero tiene en la mira el escaso nivel de reservas en el Banco Central que complica cumplir el acuerdo con el FMI y aumenta las expectativas de devaluación. Existe una apuesta a "pasar el invierno".
El dólar blue se mueve en su récord de $338, mientras que el CCL a $326 y el MEP a $315. Por caso, el informal había comenzado junio a $210 y había cerrado ese mes a $239, una foto de lo que fue el salto de la brecha cambiaria. En ese contexto, las reservas netas cerraron este viernes en US$3.488 millones, sumando solo US$ 1.162 millones en lo que va del año y ubicándose casi US$ 3.000 millones por debajo de la meta de acumulación de reservas del tercer trimestre pactada con el FMI (US$ 4.100 millones).
“Pero si tomamos las reservas netas a precios corrientes (recordemos que las reservas internacionales netas que mide el Fondo toman los precios del 2 de marzo) y no contabilizamos los DEGs del FMI (que no se utilizan para intervenir en el mercado, sino para pagar servicios de deuda del propio FMI), las reservas netas que miden el verdadero ‘poder de fuego’ del BCRA se tornan negativas en poco más de USD 1.300 millones”, advirtió la consultora de Martín Rapetti.
Parte del problema es la poca capacidad de la entidad que conduce Miguel Pesce y las miradas están puestas en los US$ 14.000 millones que tiene “retenido” el agro, según entiende el Gobierno, y los altos niveles de importaciones de energía de los últimos meses pero también de los próximos dos, época de mayor consumo energético. “Si bien los exportadores del sector sojero y cerealero venían liquidando a buen ritmo, cada vez tienen menos incentivos para seguir vendiendo”, señaló Equilibra.
Por su parte, la consultora Sarandí detalló que el BCRA registra compras netas solo en el orden de los U$S 900 millones, “que son 8,4 veces menos que los U$S 7.500 millones adquiridos en igual momento del año pasado”. En la autoridad monetaria afirmaron este fin de semana que “no habrá un desdoblamiento cambiario” para incentivar al agro a liquidar su cosecha y que es de esperar que "a partir de esta semana empiece a aflojar la presión extra sobre el mercado que se registró las últimas semanas".
Se podrían esperar para los próximos días algunas flexibilizaciones en el margen, sin tanto impacto pero como gesto de buena fe a las empresas sin generar la paralización de algunas actividades por faltantes de insumos. Fuentes del BCRA confirmaron que también se mantiene la intención de "perfeccionar la normativa regulatoria en función de resolver resultados no buscados que afecten el proceso productivo". Asimismo, aclararon que se sigue "coordinando la política monetaria y cambiaria" con los ministerios de Economía y de Desarrollo Productivo.
Sin embargo, el Gobierno espera “pasar el invierno” con un “Plan Puente Verde”, tal como lo definió la consultora Sarandí: “el BCRA descansa sobre la posibilidad de llegar al mes de septiembre, cuando se reducen los pagos externos por combustible dado el final del invierno, mientras que el sector cerealero deberá aumentar las liquidaciones para dotar de implementos de cara a la próxima campaña”.
Parte de esta problemática es la que llevó la ministra de Economía Silvina Batakis a su gira por Washington en la que buscará apoyo de los organismos que responden a Estados Unidos para el reclamo argentino en el BID. Resulta que estaba previsto con fecha límite al 30 de junio último un desembolso de US$ 500 millones por parte del organismo que conduce Mauricio Claver Carone, uno de los funcionarios del FMI cuando firmó con Argentina el acuerdo de 2018, quien rechazó la posibilidad de “bajar” ese dinero a un país “insolvente”.