Perrotta: “La pandemia impulsó franquicias de ´tiendas fantasmas´ y aceleró crecimiento de las ´low cost´”
En el segundo trimestre de 2020 el "franchising" registró caídas de facturación de hasta el 70%, el cierre de 4500 puntos de venta y la pérdida de al menos 36000 empleos directos. La crisis generó nuevos modelos de negocios, según explica la titular de la Asociación de Marcas y Franquicias.
Golpe, reconversión, y oportunidades. En términos generales, estos tres conceptos bien podrían describir lo ha sido la trayectoria para el sistema de franquicias argentino durante 2020. Como ocurrió en la mayoría de los sectores y sub-segmentos de la economía, el franchising transita uno de sus peores años desde que se tenga registro, con caídas de facturación de hasta el 70% en el segundo trimestre, el cierre de 4.500 puntos de venta y la pérdida de aproximadamente unos 36.000 empleos directos, tal como lo revelan datos de la Asociación Argentina de Marcas y Franquicias (AAMF).
Sin embargo, dada la gran capacidad de adaptación del sistema a la nueva normalidad, a partir del bimestre julio-agosto, comenzó a pegar la vuelta: así lo certifica la apertura de casi 800 puntos de venta en nuevos formatos como “dark stores”, o “tiendas fantasma”, espacios ubicados en zonas de mucha demanda que se dedican exclusivamente a atender clientes de e-commerce; versiones “low cost” (bajo costo) de tiendas tradicionales; o novedosas plataformas online. “Son las versiones de menor inversión y menor necesidad de espacio físico a la calle que las franquicias tradicionales”, explica en una entrevista a Data Clave, Susana Perrotta, la flamante Presidenta de la AAMF. De todos modos, la ejecutiva -que ya lleva tres años en el cargo- admite que “el sistema de franquicias sufrirá una caída de 40% este año”, aunque proyecta que “la expectativa para 2021 es muy buena, en tanto se logre superar la situación de pandemia”.
Como sucede en cada crisis, caracterizada por un alto nivel de desocupación, el sistema de franquicias ofrece diversas alternativas de inversión de menor riesgo del que implicaría emprender en forma independiente, dado que cuenta con el respaldo de marcas y modelos de negocios ya probados. En efecto, el interés en el franchising se evidenció en el reciente “Primer Congreso y Feria Virtual de Argentina”, que reunió a más de 100 empresas entre franquiciantes, proveedores del sistema, consultores especializados y asociaciones internacionales. Allí se presentaron propuestas de todos los rubros y niveles de inversión para todas las regiones del país. La lista incluyó a segmentos como gastronomía, capacitación, indumentaria, tiendas especializadas, y servicios de todo tipo: desde recupero de deudas en mora, hasta desinfección y saneamiento.
Data Clave: ¿Qué impacto sufrió el franchising con la pandemia y la cuarentena?
Susana Perrotta: A finales de 2019, existían aproximadamente 1.100 marcas franquiciantes, unos 30.000 puntos de venta (PDV) y unos 200.000 empleos directos. Hasta agosto pasado cerraron el 15% de los PDV, o sea unos 4.500 comercios. Es mucho menos que el 22% de cierres relevado por FECOBA en la Ciudad de Buenos Aires. Hasta agosto se perdieron casi el 18% de los empleos directos, aproximadamente unos 36.000, aunque vale decir que casi toda esta baja ocurrió entre abril y junio. Sin embargo, cabe destacar que en el bimestre julio-agosto, dada la gran capacidad de adaptación del sistema de franquicias a la nueva normalidad, se abrieron otros casi 800 PDV en nuevos formatos. Lamentablemente, la reconversión no alcanzó a crear empleo neto, aunque sí a atenuar su ritmo de caída.
D.C.: ¿Cuáles son esos nuevos formatos y qué transformación produjo esta nueva realidad en el sector?
S.P.: La nueva normalidad impulsó la aparición de los “dark stores”, o “tiendas fantasma”, que son espacios ubicados en zonas de mucha demanda que se dedican exclusivamente a atender clientes de e-commerce y aplicaciones. También crecieron las versiones “low cost” (bajo costo) de tiendas tradicionales, y las plataformas online o franquicias digitales, que se pueden gestionar desde la casa. En general, son versiones de menor inversión y menor necesidad de espacio físico a la calle que las franquicias tradicionales. Todos estos formatos tienen gran potencial en este contexto. Y muchos de estos han llegado para quedarse, sin dudas, como los dark stores y las versiones low cost. Los institutos de capacitación que se adaptaron rápidamente han logrado, incluso, crecer en estos meses. EDDIS (cursos online de capacitación laboral con certificación universitaria), IAP (Instituto Argentino de Peluquería y Belleza) e Instituto Balcarce (cursos online) son todos muy buenos ejemplos de ello.
D.C: ¿Cuáles son las franquicias que más resistieron a la crisis, y cuáles las más perjudicadas?
S.P.: En general, los rubros que menos sufrieron son los vinculados a productos esenciales como alimentos, donde destacamos a supermercados, dietéticas, carnicerías, etc.; las farmacias; las casas de colchones; las pinturerías; las casas de muebles; y los comercios decoración. También lograron moderar el impacto las franquicias cuya mayor proporción de sus ventas ya estaba volcada al e-commerce, o las que más rápidamente lo desarrollaron. Otra variable interesante es la ubicación: los comercios en zonas de oficinas han tenido, y en su mayoría siguen teniendo, un impacto mucho mayor que los que se ubican en zonas residenciales. Esto se debe al gran impacto del home-office.
D.C.: Al día de hoy, ¿cómo describe la fotografía del sector en términos de facturación comprado con 2019?
S.P.: En 2019 se estima que las franquicias generaron el 2% del PBI nacional, o sea unos u$s 8.000 millones. La caída en facturación respecto a 2019, alcanzó el 70% en el segundo trimestre como promedio general, mientras que la caída se redujo al 48% entre julio-agosto, según el último relevamiento. Actualmente, si bien no hemos realizado nuevos relevamientos cuantitativos, estimamos que el retroceso promedio ronda el 35%. Pero es muy importante remarcar la gran dispersión de estas variaciones según rubro de actividad y localización geográfica, lo que hace que los promedios no sean realmente representativos, sino sólo orientativos. Por ejemplo, hay actividades que siguen completamente cerradas como los cines, salas de entretenimientos, catering y etc. Incluso dentro de un mismo rubro como la gastronomía, hay restaurantes en zonas turísticas que ni siquiera han abierto o recién están reiniciando operaciones y tienen caídas del 80%. Por otro lado, rubros más volcados al delivery como las heladerías o las pizzerías estaban en agosto con una retracción del 35%. Hay una clara recuperación respecto del peor momento del segundo trimestre. El relevamiento del julio-agosto ya lo muestra claramente. A partir de septiembre, con la progresiva flexibilización y ahora con el DISPO, la recuperación se sostiene, pero aún no tenemos estadísticas actualizadas.
D.C.: En el año 2002 luego de la brutal crisis económica post convertibilidad que dejó miles de desempleados, el sistema de franquicias vivió un boom, ¿cree que puede repetirse este escenario en la actualidad?
S.P.: Es cierto que las franquicias se nutren de la desocupación en la medida en que los desempleados tienen pocas posibilidades de reinsertarse en un trabajo en relación de dependencia. Pero al estar hoy tan deprimida la situación de consumo, no se puede comparar con el crecimiento de principios de los 2000. De hecho, el saldo del año es negativo aún en términos de aperturas-cierre y más aún en cuanto a puestos de trabajo. Los nuevos formatos de franquicias, adaptados a la situación, son más pequeños y requieren menos cantidad de personal. La expectativa para el 2021 es muy buena, en tanto se logre superar la situación de pandemia.
D.C.: ¿Qué caída estima que sufrirá el sector en 2020, y cuál es el repunte que proyecta para 2021?
S.P.: Estimamos que el promedio del nivel de actividad del 2020 respecto a 2019 caiga un 40%, con gran disparidad por rubro. Sobre esta base, reitero que la expectativa para 2021 es muy buena, siempre y cuando no exista un rebrote violento y sea necesaria una cuarentena estricta.
D.C.: ¿Qué oportunidades existen hoy en el sector para potenciales franquiciados?
S.P.: Siempre hay oportunidades durante las crisis. Desde la apertura de nuevos formatos adaptados a la nueva normalidad, hasta la adquisición de fondos de comercio a precios muy atractivos, significativamente por debajo de lo normal.
D.C.: ¿A partir de qué monto se puede acceder a una franquicia hoy?
S.P.: La variedad de valores es enorme. En la Feria Virtual de Franquicias vimos montos desde $60.000 hasta los $25 millones, pasando por todos los montos intermedios y todos los rubros.
D.C.: ¿Cuál es el tiempo promedio estimado de recupero de la inversión?
S.P.: El plazo de recuperación de la inversión también es variable. Entre las 70 marcas presentes en la Feria Virtual hubo inversiones que estiman el recupero en apenas dos meses y otras en hasta 4 años. Lo más frecuente es que esté entre los 18 y 24 meses.
D.C.: ¿Qué sugiere tener en cuenta a la hora de invertir en una franquicia?
S.P.: Son múltiples los factores a tener en cuenta. Primero que nada, el nivel de inversión tiene que estar al alcance de quien busca una franquicia, aunque existen opciones de financiamiento con bancos y, a veces, por parte de los mismos franquiciantes para ayudar a completar los montos totales de inversión. Otro factor crítico es la afinidad entre el tipo de negocio y el franquiciado. No cualquier persona es para cualquier rubro. Emprender con una franquicia es, en algún modo, elegir un modo de vida. Por ejemplo, si no nos gusta levantarnos temprano, no tiene sentido poner una panadería. Esta cuestión es muchas veces minimizada, y sin embargo es tan importante como el nivel de inversión, ya que se trata de un proyecto de largo plazo. También es sumamente importante darse tiempo para conocer al franquiciante, quien será el socio estratégico del franquiciado una vez que se una a la cadena. Sugiero también hablar con otros franquiciados para corroborar cómo es la experiencia, el retorno de la inversión, el nivel de apoyo, etc.