A principios de junio, el secretario de Relaciones Internacionales de la Cancillería, Jorge Neme reunió, vía zoom, a diversos representantes del sector agropecuario para informales sobre un proyecto.

Argentina podría dar un paso importante en la dirección de dejar de vender granos para animales para convertirse realmente en un productor de cerdo para la exportación a China, el principal consumidor de porcinos con el 50% de la demanda mundial, con todo lo que eso significa: más trabajo en el país y mejores precios de exportación.

“Esto es dejar de exportar maíz a US$ 150 la tonelada, o Soja a US$ 320 para pasar a vender cerdo faenado” cuyo valor ronda los US$ 1.500 la tonelada, si va a Rusia, pero US$ 2.500, si se pone en un puerto de China, explica con optimismo, pero también con cautela, Daniel Kindebaluc, secretario de Coninagro-Entre Ríos, en declaraciones a Data Clave .

Lo cierto es que el plan impulsado por el Canciller Felipe Solá, y el Ministro de Agricultura Ganadería y Pesca, Luis Basterra, se basa en un pre-acuerdo suscripto entre ambas naciones, por el cual China invertiría hasta US$ 3.500 millones a lo largo de tres o cuatro años, para levantar estos criaderos y frigoríficos en el interior del país.

Parte del tentador proyecto que analiza Argentina

Cada granja debe criar hasta 12.000 madres reproductoras, que hoy no hay, para llevar las exportaciones actuales de carne porcina de las 605.000 toneladas anuales a 1.3 millones de toneladas.

“Todo esto es un borrador, porque todavía no hay un plan definido. Son orientaciones generales que hay que tomar con mucha cautela porque si algo tiene Argentina es un status sanitario muy reconocido, muy cuidado, el cual podemos ‘tirar por la borda’ si hacemos explotar la producción”, advirtió Juan Garzón, Economista jefe del IERAL-Fundación Mediterránea, en declaraciones a Data Clave.

Garzón apuntó a la debacle sanitaria que se produjo en el 2018 en China cuando sufrió un fuerte brote de Peste Porcina Africana (PPA) y debió sacrificar unos 200  millones de cerdos.

Esto generó que el gobierno de Pekín buscara nuevos proveedores en distintas partes del mundo, para evitar que otro colapso sanitario ponga en juego el normal aprovisionamiento.

“Dos, tres, cinco granjas….puede ser, ¿pero 20 granjas? Eso puede generar cualquier clase de problema, ambiental, de infraestructura, de competencia interna…”, advirtió Garzón quien se declara un hombre “en favor de las inversiones”.

Para tener una dimensión del impacto, en la actualidad, existen unos diez frigoríficos en el país que se dedican a la faena de porcinos.

Un documento al que tuvo acceso exclusivo Data Clave da cuenta que cada establecimiento deberá contar de manera ineludible con 100 hectáreas como mínimo, en un terreno consolidado no inundable, con provisión de 1,5 millones de litros de agua por día, y con capacidad de 12.000 hectáreas de maíz y unos 5.000 de soja.

También deberán contar con un camino consolidado o asfaltado, cercanía a una red ferroviaria, suministro eléctrico rural e internet, y estar cerca de poblaciones que puedan dar mano de obra a los frigoríficos.

Kindebaluc apuntó a que “mientras se les exija las mismas condiciones sanitarias que se le reclaman a los locales y tengan que pagar los mismo impuestos, no debería haber problemas. Tiene que haber igualdad de condiciones”.

La “idea” según reconocieron diversas fuentes, es llevar a estas granjas a provincias como Salta, La Pampa, o San Luis, para que la soja o el maíz que se producen en esas regiones, alejadas de la “zona núcleo” y generalmente, con márgenes de ganancia muy acotados, se destine a estos criaderos.

Luego, “el costo es el mismo para trasladar desde Salta una tonelada de soja, que se cobra US$ 320, que una de cerdo que se gana US$ 2.500”, destacó Kindebelauc

Solá, quien ya ocupó en la década del 90’ el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, decidió la semana pasada tomarse hasta noviembre para definir los alcances de este acuerdo e incluir cláusulas de protección ambiental ante los temores de los productores agropecuarios pero especialmente de las organizaciones que protegen el medio ambiente.

A comienzos de agosto, el jefe de gabinete de Felipe Solá, Guillermo Justo Chaves, y el propio secretario de relaciones económicas internacionales, Jorge Neme, recibieron a la agrupación “Jóvenes por el Clima”, a la periodista Soledad Barruti y al abogado ambientalista Rafael Colombo, con quienes dialogaron sobre el posible acuerdo, y quedaron en tomarse hasta noviembre para incluir cláusulas de protección del medio ambiente.

Fuentes de la Cancillería insistieron en "no hay ningún riesgo ambiental", que el proyecto apunta a "un desarrollo federal que genera arraigo y dinamiza la economía", a partir de exportaciones de mayor valor agregado, lo que mejora la balanza comercial.

Además, aseguran que las tecnologías que se van a utilizar -tendrán financiamiento chino- convierten los residuos generados en subproductos alimenticios, fertilizantes naturales y energías renovables.

El cerdo en Argentina

Argentina ocupa el 13° lugar en el mercado mundial del cerdo, de acuerdo a un informe elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).

El informe fue realizado por las economistas Desiré Sigaudo y Emilce Terré quienes tomaron como base los datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (Usda) y elaboraron el ranking global vinculado a la producción porcina.

Tanto en producción como en consumo, los líderes son China, Unión Europea y Estados Unidos, que concentran más del 75% del mercado. Argentina, con una producción estimada en 605.000 toneladas para este año, se ubica decimo tercera, con un 0,5 % de participación.

En tanto, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, informó que las exportaciones argentinas de carne de cerdo marcaron un nuevo récord durante junio, al comercializarse 4.454 toneladas (peso producto) por un valor de US$ 6,7 millones.

De esta manera, los envíos del primer semestre totalizaron 17.856 toneladas, con un incremento de 55% interanual, por un valor de US$ 26 millones, con China como principal destino, seguido por Rusia y Hong Kong.

Asimismo, la producción de carne de cerdo creció 5,7% entre enero y junio, en comparación con igual período del año pasado, impulsada principalmente por el mayor peso de los animales y, en menor medida, por el incremento de cabezas faenadas.

En tanto, de acuerdo con los datos estimados por la Subsecretaría de Ganadería y Producción Animal, el consumo registró el máximo histórico en junio, al alcanzar 16,16 kilos per cápita anuales. El promedio del primer semestre 2020 (14,04 kg/cápita/año) se encuentra casi en los mismos niveles de su equivalente 2019, agregó la cartera agropecuaria en un comunicado.