El Instituto Nacional de Estadística y Censos dará a conocer el martes la inflación de enero, que según adelantaron consultoras y el propio gobierno, rondará el 3,8%, como en diciembre, y luego de haber alcanzado el 50,9% el año pasado, los privados estiman que “al menos” rondará el 55% este año. 

Atrás quedaron las palabras del presidente Alberto Fernández, quien a celebró que “tuvimos un mes de diciembre con una inflación (3,8%) más baja que en diciembre del año anterior (4%)”. 

“Esperemos que esta senda descendente se sostenga y eso depende de todos”, dijo el mandatario a un grupo de empresarios, agregando un componente al debate sobre cuáles son las causas de la suba de precios no baja del 3% mensual. 

Pero ahora, y a pesar de los acuerdos de precios y que no hubo aumentos de combustible el mes pasado, la inflación volverá a estar en torno al 3,8% muy lejos del 2,3% de enero del 2021. 

De hecho, la economista Marina dal Pogetto advirtió que “este primer trimestre tendremos una inflación en torno al 3,5% promedio mensual”, es decir, algo más del 14% acumulado. 

El ministro de Economía, Martín Guzmán destacó en reiteradas oportunidades que la inflación en Argentina “es multicausal”, pero también, que la suba de precios constante y generalizada “es a nivel mundial”, algo que es cierto. 

Por ejemplo, los Estados Unidos, la principal economía del mundo, cerró el año pasado con una inflación del 7 % anual, la más alta desde 1982, lo que se ha convertido en un “castigo” para una sociedad acostumbrada a tener no más del 3%. 

La Reserva Federal (FED) apuntó que este proceso inflacionario se debió a los “cuellos de botella” ocasionados por la explosión de consumo, en medio de la recuperación de la actividad post-covid. 

Ante esto, el presidente de la FED, Jerome Powell, adelantó que “si vemos que la inflación persiste en niveles altos por más tiempo de lo esperado, si tenemos que subir más las tasas de interés con el tiempo, lo haremos”. 

Sin embargo, al igual que los Estados Unidos, todos los países vecinos, esperan un inflación menor para este año, a la inversa de lo que ocurre en Argentina donde los analistas esperan “al menos un 55%”, según el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que realiza el Banco Central. 

Por ejemplo, en Brasil, donde la inflación alcanzó al 10 % en el 2021, algo que no se veía desde 2015, los analistas privados estiman que la suba de precios se ubicará este año en un 5,03 %, un poco por encima de la meta fijada por el Banco Central de 3,5 %. 

Más inexplicable para el relato oficial resultado el caso de Uruguay donde la inflación acumulada en 2021 se situó en el 7,96 %, y quedó por debajo del 9,41% con el que cerró el 2020. 

Pero a pesar de esto, el Banco Central de Uruguay (BCU) arrancó temprano el año subiendo la tasa de interés en 75 puntos básicos (a 6,5%) y su titular, Diego Labat, adelantó que planea seguir con los aumentos en caso de ser necesario. Un sondeo realizado por la entidad entre analistas privados estima que la inflación de 2022 estará cerca del 6,9%. 

En tanto, Chile cerró el 2021 con un aumento de los precios de 7,2 %, el nivel más alto en 14 años, informó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). 

En ese marco, los analistas privados consultados por el Banco Central trasandino, estimaron que la inflación “comenzará a descender en el segundo trimestre”, para cerrar este año en 3,7%. 

El otro socio del Mercosur, Paraguay, cerró el 2021 con una inflación de 6,8%, el mayor índice desde el 2010, impulsado por los precios de los alimentos y los combustibles, dijo el Banco Central. 

Pero para este año los privados señalan que todo apunta a que será manejable, y que será posible sostener la inflación en torno al 3,9%. 

Queda fuera de todo registro Bolivia, con una inflación anual de solo el 0,9%, y Venezuela, que encabeza el podio, con un 660 % anual, según los cálculos que realiza el Congreso.