El profesor del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, Dante Romano, advirtió que “el clima seco lleva al ritmo de siembra más lento de la historia en Argentina” y esto “hace pensar que tendremos poco maíz temprano y sus cotizaciones se disparan”.

A nivel internacional, “el trigo está atrapado por mayor producción y demanda a la baja por la situación macro, mientras que en Argentina el clima seco reduce la producción y sus precios se disparan”, apuntó Romano, a través de un informe.

La producción de granos de la campaña 2022/23 alcanzará las 127,7 millones de toneladas, con una merma del 1,6% respecto a la anterior, con un área sembrada que se mantendrá en 34,5 millones de hectáreas, según estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

El economista jefe de la Bolsa, Agustín Tejeda Rodríguez, señaló que la contribución de las principales cadenas agrícolas será menor en 2023 debido en parte al impacto de la sequía, y que la única variable con crecimiento será la inversión de los productores, prevista en US$ 25.600 millones.

Sin embargo, esta “inyección” de dinero, 6% más que en la campaña 2021/22 no obedece a una mayor compra de fertilizantes si no “especialmente por los gastos en insumos, que aumentarán un 32% por el alza de los precios internacionales".

En una síntesis del aporte que el sector agroindustrial realizará a la economía argentina para el año próximo, además de las 127,7 millones de toneladas producidas, se prevé un consumo doméstico de 75,8 millones de toneladas, con exportaciones por US$ 40.900 millones, 9% menos que este año, y una recaudación por US$ 17.515 millones, un 9,1% menos que la campaña 2021/22.

"Menores cantidades y precios más bajos, determinan una menor contribución", apuntó Tejeda Rodríguez .