En la localidad riojana de Nonogasta el futuro inmediato de la curtiembre local es lo que se roba la atención de todos los habitantes por estas horas. La agenda, a contramano de lo que ocurre a nivel nacional, no pasa por la cuarentena, la pandemia, las marchas opositoras o la fabricación de la vacuna. Nada de eso. La preocupación está centrada en lo que pueda llegar a ocurrir con la empresa que, hasta 2005, pertenecía a la familia Yoma. El problema escaló y llegó incluso a la Casa de Gobierno provincial, desde donde Ricardo Quintela y su equipo de asesores buscan "la mejor salida posible"

La firma brasilera Curtume CBR, que es dueña de la planta de Chilecito desde 2008, podría hacer efectiva su salida en los próximos días. Ante la obvia caída de las exportaciones por las medidas sanitarias restrictivas, la curtiembre pasa por uno de los peores momentos económicos de su historia. En los primeros días de julio de este año, los capitalistas de Brasil pararon la fábrica y se retiraron del país hasta nuevo aviso. 

Desde entonces, 780 trabajadores desconocen cuál será su porvenir. Todavía cobran los sueldos a través de la inclusión de la nómina de empleados en el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción, que ofrece el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación y con el que se paga el 50% de los salarios. Hay por lo menos otros 200 trabajadores que dependen, de forma indirecta, de los cuero que allí se producen. 

Asamblea de trabajadores de la curtiembre, paralizada desde el 1 de julio.

La crisis se hizo brutal por la pandemia y la imposibilidad de exportar pero no específicamente por la cuarentena. Sucede que, hasta el año pasado, el 95% de la producción viajaba a China, India y Hong Kong. La demanda se derrumbó cuando esos países se vieron afectados por el coronavirus y, a la par, empezaron a crecer las deudas de la empresa riojana. "Serían necesarios 5 millones dolares en un año para reactivar la curtiembre y solucionar endeudamiento", explicó a Data Clave un dirigente provincial con conocimiento de los números de la fábrica. Existen hoy dos fantasmas que dan vueltas que preocupan a los trabajadores y suenan cada vez más fuerte: una posible reducción de personal de casi 50% y la chance concreta de trasladar la planta a Brasil. 

Federico Salazar, titular del Sindicato de Empleados Curtidores y Afines de La Rioja (SECALAR), encabezó en los primeros días agosto una asamblea con los empleados. "Nos garantizaron los sueldos del este mes y con una proyección para reactivar la fábrica de unos 3 mil cueros se necesitan unos  460 trabajadores. El resto quedarían suspendidos y habría que ver la manera de empezar a trabajar porque si la planta esta parada no van a seguir a delante”, comunicó Salazar en ese encuentro. 

Quintela, gobernador de La Rioja, busca activamente una solución que no afecte a los casi mil riojanos que viven de la curtiembre. El ministro de Trabajo, Empleo e Industria, Federico Bazán, es quien más se ocupa de encontrar la salida del problema. Cuentan en la provincia que incluso barajaron como alternativa ir a buscar a Emir Yoma para pedirle que vuelva a adquirir la empresa. Desde el entorno del excuñado de Carlos Menem le aseguraron a Data Clave que no hubo ninguna oferta formal. También anticipan que, en caso de existir alguna propuesta, la respuesta será negativa. 

Emir Yoma manejó, junto a sus hermanos Jorge y Karim, la curtiembre que llevaba su apellido hasta 2005. La firma entró en concurso de acreedores en 1998 y hasta ese año se especulaba con una sociedad con la marca Nike que nunca llegó. Para el 2004, Yoma S.A. le debía al Banco Nación unos 180 millones de dólares. En ese momento y a partir de esa deuda, el presidente Néstor Kirchner pretendía llevar adelante una expropiación. Es un secreto a voces que quien frenó esa intención y lo convenció de no avanzar en ese sentido es el actual presidente y entonces Jefe de Gabinete, Alberto Fernández