La economía argentina en caída libre: escasas señales de recuperación a corto plazo
El Índice Líder de la Universidad Torcuato Di Tella refleja apenas un 3,57% de chances de salir de la recesión en los próximos seis meses, pese al optimismo del equipo económico.
A pesar del optimismo que muestra el equipo económico del gobierno de Javier Milei, la economía argentina sigue enfrentando desafíos profundos y parece lejos de una recuperación inmediata. El Índice Líder, elaborado por el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), es uno de los principales indicadores que mide las probabilidades de que la economía cambie de ciclo en los próximos seis meses, y sus últimos resultados no son alentadores.
De acuerdo con el informe del CIF, el Índice Líder de agosto se encuentra 14,67% por debajo del nivel registrado en el mismo mes del año anterior y ha mostrado una caída de 0,26% respecto a julio de este año. En términos de probabilidades, el informe señala que hay solo un 3,57% de posibilidades de que la Argentina salga de la recesión en los próximos seis meses.
Este índice se basa en una serie de indicadores económicos clave, entre ellos, el Merval, la recaudación de IVA, el precio de la soja, las ventas de autos 0km, y la producción industrial de minerales no metálicos y siderúrgicos, entre otros. En agosto, solo cuatro de estos indicadores presentaron un comportamiento positivo: la base monetaria, la producción siderúrgica, la confianza del consumidor y las ventas de vehículos nuevos. Sin embargo, el resto de los indicadores continúan en terreno negativo, lo que sugiere que la economía todavía enfrenta serios obstáculos.
El informe contradice las proyecciones iniciales de varios economistas que, al comienzo del mandato de Milei, pronosticaban una recuperación en forma de "V" para la economía argentina. En la actualidad, el consenso entre los expertos es que, en el mejor de los casos, se trata de una "V" con uno de sus brazos en un ángulo menos pronunciado, lo que refleja una recuperación más lenta y menos vigorosa de lo esperado.
Lorenzo Sigaut Gravina, economista de Ecolatina, señaló que las perspectivas de crecimiento para 2025 están condicionadas por la disponibilidad de divisas. “El crecimiento del 2025 está vinculado a si hay divisas. Venimos de dos años de caída, así que hablar de crecer 5 puntos es recuperar lo perdido en 2023 y 2024. No sería tan descabellado, pero crecer genuinamente 5 puntos es más difícil”, explicó.
Sigaut Gravina advirtió que si el gobierno no logra refinanciar su deuda, el Banco Central podría verse obligado a utilizar sus escasas reservas de divisas para cumplir con los pagos. Además, indicó que 2025 será un año electoral, lo que podría generar incertidumbre entre los inversores y ralentizar la recuperación económica.
El panorama a futuro tampoco parece favorable. La consultora Epyca, en un reciente informe, destacó que el gobierno enfrenta una creciente necesidad de divisas. En este contexto, el ministro de Economía, Luis Caputo, ha pedido públicamente que los argentinos contribuyan con el blanqueo de dólares y ha iniciado conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en busca de nuevos desembolsos que permitan recomponer las reservas del Banco Central y estabilizar la economía.
Según la consultora, en los primeros seis meses de 2024, el PBI argentino cayó un 3,4%, pero los sectores no relacionados con la agricultura o la minería experimentaron un desplome aún más severo, del 7,3% interanual. Esto genera preocupación, ya que una interpretación errónea de las estadísticas económicas podría llevar a la adopción de políticas inadecuadas.
Por su parte, la consultora Labour, Capital & Growth (LCG) advirtió que la falta de divisas seguirá siendo un problema crucial para el país. En su análisis, LCG señaló que la apreciación del dólar y la posible eliminación del Impuesto PAÍS para fin de año aumentarán la presión sobre las reservas internacionales. Además, destacó que los temores del mercado no están relacionados con una insolvencia por falta de capacidad de pago, sino con la dificultad de acceder a los dólares necesarios para cumplir con los compromisos de deuda en moneda extranjera.
Ante este panorama, el ministro Caputo ha tratado de llevar tranquilidad a los mercados, asegurando en un reciente discurso en la Bolsa de Comercio de Rosario que “esta vez no va a haber crisis” y descartando la posibilidad de una nueva corrida cambiaria. Sin embargo, las dudas persisten, y los analistas coinciden en que la recuperación económica no será rápida ni fácil.
Mientras el gobierno busca alternativas para refinanciar la deuda externa y estabilizar la economía, el rol del FMI y la entrada de nuevas divisas serán cruciales en los próximos meses para evitar una crisis cambiaria y facilitar una eventual recuperación económica en 2025.