Esperando a Biden, Argentina sentada y el Bitcoin intratable
El dólar blue "se agachó" y anotó su novena baja consecutiva hasta quedar en $157. Leves subas en Wall Street ante primeras señales del presidente electo. Las acciones de mega capitalización parecen haberse convertido en un refugio.
En esta Argentina histérica e impredecible, el dólar blue anotaba su novena baja consecutiva hasta quedar en $157, así ya cayó $38 desde el pico de $195 del 23 de octubre. La brecha cambiaria con el mayorista se redujo, de un máximo de 150%, a menos de 100% en dos semanas. Más allá de que el dólar está bajando a nivel global -lo que, en rigor, no incide en Argentina- la caída del blue se debe, básicamente, a la colocación de bonos, estrategia de muy corto plazo que logra, como dice Roberto Cachanosky, que el dólar se agache. Claro que, cuando vuelva a aparecer, lo hará con más fuerza.
El gobierno no entiende que inflación y suba del IPC son cosas distintas y que, absorbiendo demanda, de pesos -con bonos- genera más inflación porque aumenta la brecha, en tiempo real, con la oferta y que, si no se muestra en el IPC -y el blue- se debe a la recesión y a la represión del gobierno sobre distintos precios.
En fin, mientras el gobierno intenta con estas acciones disimular que la economía se desbarranca, están los datos contra el relato: según su cotización en la bolsa, las empresas argentinas tienen una valuación total de USD17.500 M, cuando en enero de 2018 habían llegado a su récord de US$119.000 M, según el Instituto Argentino del Mercado de Capitales.
De modo que hay que aprovechar esta salida promovida por el gobierno -estos dólares artificialmente baratos, antes de que estallen- y mirar qué puede ser interesante en el exterior. Europa no pinta bien debido a que no terminan con las cuarentenas y otras represiones estatales, pero el “más euro amigable” Biden ha empujado a sus índices bursátiles un 9% en 5 días.
Como estaba previsto, la Fed no movió ficha al término de su reunión que culminó el jueves y decidió mantener las tasas de interés entre el 0% y el 0,25% debido a que “la actividad y el empleo en general se mantienen todavía muy por debajo de sus niveles a principios de año", lo que resulta obvio dado que no terminan de levantar los confinamientos y demás restricciones a la libertad personal.
La idea de la Fed es mantener el precio del dinero en los niveles actuales hasta que se recupere el pleno empleo máximo y la inflación alcance el 2% o esté en camino de superar moderadamente ese nivel durante algún tiempo. Y también insisten en la necesidad de un mayor “estímulo” fiscal para respaldar una rápida recuperación, especialmente en el mercado laboral. De hecho, engulle mensualmente USD80.000 M en bonos del Tesoro y 40.000 M en activos respaldados por hipotecas.
Aunque los resultados definitivos se conocerán después del 5 de enero, cuando se realice la segunda vuelta en Georgia, el número de republicanos y el sesgo conservador de algunos senadores demócratas sugiere que será difícil que se apruebe la agenda económica más radical de la plataforma demócrata, como una suba de impuestos significativa a las grandes corporaciones, lo que sumado al Keynesianismo, estímulos y dinero barato garantizado -burbuja para hoy, inflación para mañana- que Biden promete ha provocado una suba de Wall Street.
La semana pasada el Dow Jones avanzó 6,8%, el S&P 500 7,6% y el Nasdaq 100 ganó 9,4%. Así, el Dow Jones pierde 0,75% en el año; el S&P 500 gana 8,71% quedando a un 1,9% de su máximo histórico y el Nasdaq 100 acumula una rentabilidad del 38,45% a 2,5% de su récord.
Como señala Michael Kramer, de Mott Capital Management, las acciones de mega capitalización parecen haberse convertido en un refugio. Acciones como Apple (NASDAQ:AAPL), Amazon (NASDAQ:AMZN), Microsoft (NASDAQ:MSFT), Facebook (NASDAQ:FB) y Alphabet (NASDAQ:GOOGL) no solo tienen perfiles saludables de crecimiento de ingresos y ganancias, sino que además tienen enormes cantidades de efectivo que garantizan su continuidad contra cualquier crisis. Y Biden podría beneficiar al sector, de hecho, es un secreto a voces que sus capitostes lo han apoyado.
No son sólo los fundamentales son buenos, también su volumen. Por ejemplo, las acciones de Apple y Microsoft son las más importantes de EE.UU. por capitalización de mercado. Y, también, son los componentes más pesados de los índices, incluido el S&P 500 al punto que es difícil que suba o baje sin que participen estas acciones, y a veces son las propician dichos movimientos.
Empresas como Amazon han sido las mayores beneficiarias de las cuarentenas que dieron un tremendo impulso al comercio electrónico que ya venía creciendo fuertemente. Amazon registró un crecimiento de los ingresos del 40% en el segundo trimestre y de más del 37% en el tercer trimestre.
Los ingresos de Alphabet disminuyeron en torno a un 2% en el segundo trimestre, pero se recuperaron rápidamente, aumentando en más de un 14% frente a los 46.200 M del año pasado.
Y, por cierto, siempre está la “insólita” Tesla (NASDAQ:TSLA) que, aunque inestable, sube 7% en la semana
En fin, la volatilidad que mide el índice VIX de la Bolsa de Chicago, ligado al S&P 500, cayó un 33% en la semana (un 7,5% solo el viernes), lo que deja al índice del miedo en los 25,5 puntos, una señal de tranquilidad del mercado ya que está muy alejado de los 82 puntos que registró en el mes de marzo.
Entretanto, el euro sube hasta los USD1,188, y así se aprecia un 6% sobre el billete estadounidense en lo que va de año.
Pero como los inversores conservadores huelen inflación, los valores resguardo siguen subiendo. El oro aumentó un 4% la semana pasada y más de 28% en lo que va de 2020 quedando en los USD 1.953/onza y así se acerca un poco más a su máximo anual e histórico: los USD 2.051,5. La plata sube fuerte, un 8%, el platino un 6%, la soja 4% y el Bitcoin más de 10% superando los USD 15.400