El ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, aseguró hoy que: “Existe una apreciación real exagerada del Peso que puede estimarse en alrededor del 20%. Parecida a la que existió en los tres años finales de la convertibilidad”.

Esa apreciación del peso “llevó a una deflación muy costosa porque transformó a la recesión que se había iniciado a fines de 1998 en una verdadera depresión económica, fenómeno que comenzó a erosionar el crédito internacional del país y a alentar la salida de capitales”, alertó Cavallo en un documento publicado en su blog.

Quien fuera ministro de Economía de Carlos Menem, y al final de Fernando de La Rua, diferenció la posición de esos mandatarios con la del presidente Javier Milei, al asegurar que a diferencia de aquel momento, actualmente no hay déficit fiscal lo cual apuntala el esquema al no tener que emitir pesos o tomar deuda.  

“El argumento de que la recesión iniciada a fines de 1998 y la depresión del período 1999-2001 se debió además a la existencia de fuertes déficits fiscales, no se sustenta en los datos”, sostuvo Cavallo.

“Hasta 1998 el déficit fiscal no existió o fue muy bajo. En todos esos años existió superavit fiscal primario”, remarcó el ex titular del Palacio de Hacienda.

Cavallo señaló que “es cierto que desde 1997 en adelante las provincias aumentaron mucho su gasto público y financiaron sus déficits con créditos bancarios a altas tasas de interés flotantes, pero tanto en el caso de la Nación como en las provincias, el aumento exponencial del déficit se debió a la suba de la tasa de interés a medida que el país iba perdiendo el crédito internacional, algo que tuvo más que ver con la pérdida de competitividad de la economía que con la evolución de las cuentas fiscales”.

En ese sentido, aclaró que “aun incluyendo el fuerte aumento de la factura de intereses sobre la deuda pública, el gasto público total se ubicaba en 2001 por debajo del 30% del PBI, cuando hoy aún está por arriba del 35%”.

Cavallo detalló que “los efectos reales de la apreciación exagerada del peso son fáciles de predecir: 1) aumentarán las importaciones no solo de insumos y bienes de capital sino también de muchos bienes finales que sacarán de competencia a la producción nacional que no logre aumentos rápidos de productividad, 2) se desalentará la producción de bienes exportables, tanto del sector agropecuario como de la industria manufacturera y los servicios, 3) el deterioro de la cuenta corriente de la balanza de pagos, hará más difícil la adquisición por parte del Tesoro de los dólares para pagar intereses, aun teniendo los pesos necesarios para comprarlos en el MULC gracias al superávit fiscal primario”.

Ante este escenario Cavallo consideró que “el curso de acción más recomendable es la eliminación temprana de las restricciones cambiarias comenzando por las financieras y avanzar hacia la reunificación en no más de tres meses, anunciando en detalle el funcionamiento del sistema de competencia de monedas con plena autorización para la intermediación financiera tanto en pesos como en dólares”.

“En este caso, el tipo de cambio nominal podría ubicarse a un nivel que induzca la entrada de capitales que el Banco Central debería comprar con recursos del Tesoro para pagar los intereses de la deuda en dólares”, añadió el ministro.

Cavallo consideró que si bien “esta salida del cepo provocaría un salto cambiario no tendría por qué interrumpir el proceso de desinflación”, los temores del equipo económico sobre la volatilidad cambiaria “los ha convencido de postergarlo hasta que concluya la negociación con el FMI y se consigan fondos frescos adicionales”.

Descartada la unificación cambiaria “para después de las elecciones”, el gobierno podría aplicar algunos paliativos ante el retraso cambio, “tales como: 1) reducir las retenciones y aumentar los reembolsos a las exportaciones; 2) reducir transitoriamente los aportes patronales jubilatorios para aliviar el costo laboral sin afectar los salarios de bolsillo de los trabajadores”. 

“El costo fiscal de estas medidas será compensado con creces por su efecto anti recesivo”, aseguró Cavallo.