¿Cheap talk o mala comunicación?
Desde que se reestructuró la deuda con los acreedores internacionales no hubo ningún cambio. La estrategia de pretender y no cumplir no da buenos resultados.
Dentro de la teoría del rational choice, en la interacción de agentes existe el concepto de cheap talk. El mismo hace referencia a cuando los participantes conversan brindando información y no cambia los resultados esperados de la interacción por parte de cada actor.
El Gobierno está abusando del cheap talk y la teoría advierte que esto podría, lejos de mejorar las relaciones, empeorar negociaciones (Alkan-Sertel ,1981*). Concretamente, el ministro de Economía, Martín Guzmán, se presenta a partir del viernes en Nueva York para mostrar a los inversores que no hay acuerdo con el FMI, que no tenemos un plan económico, que no hay cambios legislativos importantes, que no hay reformas estructurales. Básicamente, que nada cambió en estos meses desde que se reestructuró la deuda con acreedores internacionales.
Podría pensarse que el discurso del Gobierno es distinto afuera del país; si no estas conversaciones serían en vano. Pero tener un doble estándar interno-externo es difícil actualmente y, al mismo tiempo, es más peligroso. Pretender, pero no cumplir definitivamente es una estrategia miope que no da buenos resultados en el corto plazo. Así, que estas conversaciones sean en vano, es el escenario más probable.
La estrategia de pretender y no cumplir es la que vivimos puertas adentro. Inflación desacelerando al 30%, canje exitoso y recuperación de la actividad, empleo y salario para 2021. Muchas pretensiones, que habrá que ver si alguna podrá cumplirse, aun cuando argumentos para el relato siempre podrán encontrarse. El no cumplir es lo que en política económica se traduce como pérdida de credibilidad. Años de no cumplir, son los que llevan, en alguna medida, a que haya cimbronazos en la política económica.
El cheap talk no solo está en la política económica. La cadena nacional del Presidente en su mensaje de 12 minutos lejos de tener anuncios concretos, fue un discurso entre paternalista y de justificaciones acerca de dificultades globales para hacerse de vacunas, algo que al ciudadano de a pie no le interesa. Las conferencias de prensa con una clase política "unida" para enfrentar un virus que hasta el momento se desconocía, quedaron muy atrás. Todo indica que la segunda ola de contagios está muy cerca, y por el momento el Gobierno, en soledad, también recurre al cheap talk en este aspecto. El problema, además de sanitario, es que los resultados de esta estrategia se conocerán en un plazo muy corto, incluso antes de las elecciones.
Ante la falta de medidas concretas, solo resta esperar cómo evoluciona el metabolismo social argentino. Esas reacciones de cada célula o actor de un organismo o sociedad siempre existen y reaccionan a estímulos. Quizás la cercanía al período electoral es uno de esos estímulos, o quizás sea la política la que se está sobrestimando.
En nuestra opinión, sin grandes novedades, todo lo que se puede esperar del año político está descontado en el accionar actual y esto no quiere decir que el tipo de cambio no se pueda tensar mientras el año avanza. A fin de cuentas, actualmente no sabemos si la estrategia de comunicación es contraproducente o si realmente los mensajes vacíos serán gratuitos.
*Alkan and Sertel, 1981. Alkan A., Sertel M.R. . The Pretend-but-Perform Mechanism in Sharecropping