El juez neoyorquino Alvin Hellerstein investiga desde febrero los activos de la empresa Vicentin a partir de un pedido del Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional, el brazo de la entidad encargado de los préstamos al sector privado; entre otras instituciones y organismos internacionales que reclaman a la cerealera argentina deudas por más $33 mil millones.

El magistrado es quien dictaminó en 2014 que la canción “Loca” de Shakira violaba los derechos de autor del músico dominicano Ramón Arias Vázquez sobre la canción “Loca con su Tiguere”, y quien hizo que la artista pagara unos us$16 millones por el ilícito.

Hellerstein autorizó un “levantamiento del velo” para investigar los activos que la empresa está escondiendo, tras pedidos del Banco Mundial, el Banco de Desarrollo holandés, el ING Bank, Rabobank y los franceses Natixis y Credit Agricoles, que pretenden cobrar deudas de Vicentin por $33.137 millones. Esta semana, el juez recibirá más pruebas de que Vicentin ocultó activos para no pagar sus compromisos.

La Corporación Financiera Internacional, órgano del Banco Mundial encargado  de promover el desarrollo económico de los países a través del sector privado, es el segundo acreedor más importante de Vicentin con una deuda exigible de U$S 273 millones, solo detrás del Banco Nación argentino con el que la cerealera tiene deudas por U$S 300 millones.

Alvin Hellerstein es un juez particular: le hizo pagar a Shakira por la canción "Loca" por infringir el trabajo de Ramón Arias Vásquez, quien escribió "Loca con su Tiguere" a fines de los 90 y además, es quien rechazó un acuerdo de us$19 millones para compensar a las víctimas de abuso sexual de Harvey Weinstein en pleno escándalo del #MeToo en Hollywood que terminó con la condena del magnate.

En los hechos, los abogados de Vicentin tienen un problema más grave a nivel trasnacional que en el plano local. El perspicaz juez Hellerstein presiona para ver los activos que la empresa está en posición de liquidar para pagar sus deudas y ya cuenta con elementos nacionales e internacionales para exigir a la empresa la devolución de una parte del monto adeudado a los bancos, que exigen una pronta determinación. El magistrado encargado del futuro de Vicentin ya demostró, en causas conocidas mundialmente, que no le tiembla el pulso a la hora de tomar decisiones.