Un Francos negociador, destrabó la Ley Bases y consiguió las últimas firmas para al menos llegar al recinto
El bloque de La Libertad Avanza aceptó cambios al bloque radical pero quedó sujeto a dos dictámenes de minoría que amenazaron sus intenciones de despachar el proyecto ómnibus. El jefe de gabinete asistió a la oficina de la presidencia luego de que las comisiones entraran en un cuarto intermedio sin fecha de vuelta. El rol activo de Victoria Villarruel sumó en el tramo final. Qué se lleva el senador que mejor vendió su firma.
El bloque de La Libertad Avanza finalmente pasó a la firma la media sanción del proyecto de Ley Bases y Principios para la Libertad de los Argentinos luego de varias semanas de chocar contra los reclamos de la oposición dialoguista.
El presidente provisional del Senado y titular de la comisión de Legislación General, Bartolomé Abdala, anticipó que el oficialismo iba a circular el dictamen del proyecto Bases. Las firmas se fueron sumando pero tropezaron rápidamente con la decisión de dos senadores de no acompañar y presentar iniciativa propia.
El senador por la Unión Cívica Radical (UCR), Martín Lousteau y su par de Santa Cruz, José María Carambia, presionaron con un texto propio que iba a sumar para la cuenta pero solo al momento de presentarlo, algo que podría demorarse hasta una semana. Solo en el momento de hacer efectiva la presentación de estos dictámenes y la totalidad de las firmas en el papel, (28 en total sumando las tres comisiones), iba a comenzar a correr el plazo de siete días para poder llevar el tema al recinto. La idea de tener una sesión la semana próxima quedaba descartada.
A la espera de estos dos dictámenes, otros senadores postergaron su definición y complicaron la recolección de firmas del oficialismo: Maximiliano Abad (UCR), Pablo Blanco (UCR) Edgardo Kueider (UF) y Guadalupe Tagliaferri (PRO). Dos de ellos serían clave.
Con el cuarto intermedio solicitado en el plenario de comisiones, volvió el fantasma de una nueva postergación. “Y ahora como seguimos”, se preguntaron por los pasillos lo enviados del gobierno nacional apostados en el despacho de la secretaria parlamentaria, equipo que encabezó José Rolandi, vice jefe de gabinete. A los pocos minutos, llegó su nuevo jefe, Guillermo Francos, y se apostó junto a la vice Victoria Villarruel en el principal despacho del palacio.
Allí se acercó en primera instancia Carambia acompañado de Tagliaferri, ambos con firma para destrabar el número en la comisión de Legislación General, la más complicada para el oficialismo. El santacruceño, vendió caro su voto con la jugada en tándem con Lousteau y consiguió lo que pide desde el principio. Un cambio clave para su provincia. Que en el capitulo de Hidrocarburos se incluya una modificación a la ley de minería de 1993 y el tope de regalías para las provincias pase del 3% al 5%.
Al conclave se sumaría más tarde el entrerriano Edgardo Kueider del peronismo federal para estampar una firma que fue esquiva todas estas semanas para las intenciones oficialistas. Con estos tres senadores Francos se llevó a Casa Rosada el dictamen asegurado. Antes ya se habían comprometido las senadoras patagónicas Mónica Silva (Rio Negro) y Lucila Crexell (Neuquén), ambos referentes de sus respectivos gobernadores.
Resta ahora definir el paquete fiscal. En La Libertad Avanza confían que se estamparan las firmas mañana porque ya no estaban los senadores para hacerlo luego del extensa rosca premium por Ley Bases. El jefe de gabinete dejó un ultimo compromiso antes de irse, que en Diputados se respete lo acordado y no se vuelva a la letra original. El primero en celebrar el dictamen fue el titular de la Cámara baja, Martín Menem, atento a las negociaciones.
Ambos textos podrían quedar listos para llegar a una sesión la semana próxima. Sin embargo nada esta definido, la mayoría de las firmas de la oposición dialoguista son en disidencia y podrían varían con el vaivén de contenidos que tiene la ley. La preocupación por el formato de la votación en particular recorre los pasillos al igual que sucedió en Diputados. El debate promete tensión hasta el final.