Todos los caminos conducen a Santiago Caputo: el operativo desgaste para tapar el papelón de Milei
Los funcionarios del Gobierno salieron en fila a apuntar contra el asesor presidencial tras su intervención en la entrevista con Jonathan Viale. En plena tormenta por el criptogate, la estrategia oficialista busca desviar la atención y ubicar a otro responsable en el ojo de la tormenta.
El escándalo que desató la filtración del video de la entrevista de Javier Milei con Jonathan Viale dejó en evidencia un intento del Gobierno por redirigir los golpes hacia un nuevo objetivo. Con el criptogate explotando en la cara del oficialismo y el Presidente en el centro de la escena, la maquinaria comunicacional del Ejecutivo buscó instalar una interna y poner en la mira a Santiago Caputo, el operador más cercano al libertario.
Desde la Casa Rosada no se privaron de exponerlo. La imagen de Caputo interrumpiendo a Milei para corregir su discurso fue el detonante de una ola de críticas que, en su mayoría, provinieron de puertas adentro del propio Gobierno. Guillermo Francos, jefe de Gabinete, se sumó a los cuestionamientos y aseguró que el asesor "habría aprendido una lección" tras su intervención en la nota. "Nadie es superpoderoso", soltó en una entrevista radial, sin filtro y dejando en claro que las críticas no eran espontáneas, sino una decisión calculada.
El operativo desgaste quedó más que expuesto con las declaraciones de Manuel Adorni, el vocero presidencial, quien en un intento de justifiación terminó hundiendo aún más al asesor. "Caputo tiene el defecto de la excelencia. En busca de la perfección, cometió un tecnicismo. Yo no lo hubiera cortado", afirmó en A24. Una critica disfrazada de respaldo que dejó entrever la intención de descargar sobre el estratega la responsabilidad del papelón.
En los pasillos de la Rosada, la movida no sorprendió. La idea de sacrificar a Caputo en el altar del escándalo forma parte de una jugada premeditada para amortiguar el golpe sobre el Presidente y su hermana, Karina Milei, la otra gran jefa de la estructura libertaria. En ese esquema, el asesor quedó expuesto como el fusible a quemar.
Karina Milei, que mantiene una relación tirante con Caputo, tampoco se mostró conforme con la intervención en la entrevista y habría avalado la decisión de marcarle la cancha. El "Jefe", como la llaman dentro del Gobierno, ya venía acumulando diferencias con el consultor, especialmente por el control que mantiene sobre el discurso presidencial. El episodio con Viale fue la excusa perfecta para hacerle sentir el rigor y recordarle quién manda.
En los sectores más próximos a Caputo, aseguran que el asesor entendió rápido la jugada y optó por no enfrentarse. A su entorno, les transmitió que la orden era clara: asumir la culpa y evitar una escalada que pudiera generar un cortocircuito aún mayor. "Su renuncia está siempre a disposición", dejaron trascender fuentes cercanas, aunque por ahora su lugar en la estructura sigue firme.
El criptoescándalo sigue sumando capítulos y la estrategia del Gobierno de cambiar el foco hacia una supuesta interna interna no logró apagar el incendio. A medida que avanzan las investigaciones y crecen las críticas, la Casa Rosada busca reacomodar las fichas para evitar que el sismo político termine sacudiendo a la cúmpula libertaria.