La Fiscalía Federal de Río Grande, a cargo de Marcelo Rapoport, solicitó la detención y declaración indagatoria de diez militares por la aplicación de torturas a conscriptos durante la Guerra de las Malvinas. La decisión se da en el marco de una causa que investiga calificados como crímenes de lesa humanidad cometidos por las autoridades castrenses en las Islas Malvinas.

Los imputados ocuparon cargos jerárquicos en la Brigada de Infantería III y en el Regimiento de Infantería 4, y se les imputan torturas contra tres soldados conscriptos. El fiscal sostuvo que los hechos delictivos “no fueron acontecimientos aislados e inconexos, ni respondieron a móviles personales de sus ejecutores”

En ese sentido, la Fiscalía señaló que “las torturas en Malvinas fueron una práctica generalizada a la que fueron sometidos los conscriptos por parte de las autoridades militares como una forma de ‘controlar’ los problemas vitales que generaba entre la tropa la falta de distribución de víveres y abrigo” y remarcó que “la falta deliberada de alimentos por la no distribución de los mismos fue la causa directa de las muertes de algunos soldados".

“Ello demuestra que cada uno de los hechos delictivos que integran esta presentación no sólo contó con ejecutores directos, sino también con personas que ordenaron la comisión de esos crímenes y generaron las condiciones para su ocurrencia, sostuvo Rapoport.

La causa inició en 2006, luego de la denuncia de un exsoldado, pero enfrentó demoras significativas. Desde 2021 que no tuvo avances, a raíz de un fallo de la Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal, que determinó que otros hechos similares a los impulsados ahora no eran delitos de lesa humanidad y que, por ende, se encuentran prescriptos. Ante esto, el Juzgado Federal de Río Grande, a cargo de Mariel Borruto, optó por esperar un pronunciamiento de la Corte Suprema antes de continuar.

Cómo fueron los hechos denunciados en la Guerra

La presentación de Rapoport comprende dos hechos, con tres víctimas, que ocurrieron en Monte Kent y Monte de las Dos Hermanas, en la Isla Soledad. 

El primero se registró a fines de mayo de 1982, cuando dos cabos castigaron a dos soldados estaquéandolos porque uno de ellos se quedó dormido en un cambio de guardia. Ambos fueron atados por la espalda, uno con otro, con sus piernas y brazos extendidos, parados, y mantenidos en esa posición durante toda una noche. Las dos víctimas cayeron prisioneros de guerra de los ingleses entre el 10 y el 12 de junio, y viajaron de vuelta al continente en el Buque Canberra. Arribaron a Puerto Madryn y de allí fueron enviados a la guarnición militar de Campo de Mayo, donde estuvieron 4 o 5 días “engordando”. La fiscalía describió que allí los hicieron firmar unos papeles y les impusieron un “pacto de silencio” respecto a lo vivido en las islas.

El otro hecho lo tuvo como víctima a un soldado, que en su testimonio narró constantes malos tratos y discriminación por su condición de indígena. Explicó que a fines de mayo de 1982 fue castigado sin razón aparente y fue estaqueado: lo ataron de pies y manos sobre una roca, con la ropa puesta pero desabrochada la chaqueta. En la guarnición de Campo De Mayo también debió firmar unos papeles “para no hablar” respecto a lo ocurrido en las islas.