El justicialismo bonaerense tiene en claro que para poder ofrecer la mejor opción posible de cara a lo que será el futuro electoral tiene que dar una discusión hacia adentro. Hoy por hoy las diferencias internas son muchas y la oferta frente a lo que se pone en juego no es amplia. La discusión entre aquellos que proyectan al gobernador Axel Kicillof como conductor de la oposición nacional y principal referente para dar la pelea en 2027 y sectores como La Cámpora, que no se corre ni un ápice de la idea de liderazgo vertical de Cristina Fernández, expone que hoy el movimiento está por detrás de las figuras.

Unión por la Patria hoy sobrevive a duras penas bajo el marco de una unidad que en el rol de oposición no logra hacer pie y no se sostiene con el control de algunas provincias de peso. Ni siquiera con el poder central bonaerense donde más allá de las declaraciones que se dan a micrófono abierto de parte de un sector del PRO que se referencia en Mauricio Macri, los referentes de La Libertad Avanza y el partido amarillo, con fuerte impronta de la línea que respalda a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ya trabajan de manera conjunta en los territorios.

Ante un armado que avanza, el justicialismo bonaerense la división interna no es una opción. Sin embargo, eso no quita que desde adentro hoy se generen los mecanismos necesarios para dar esa compulsa interna que obligue a muchos que hoy no tienen un espacio de identificación clara a tomar una decisión concreta y posicionarse de un lado o de otro de la grieta interior.

En este marco, según pudo saber Data Clave, el presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, se reunió el pasado jueves con un grupo de dirigentes del Movimiento Evita, entre los que se encontraba su líder, Emilio Pérsico; la intendenta de Moreno, Mariel Fernández; y el exdiputado de la Nación, Leonardo Grosso

La reunión, que no se dio a conocer, dejó algunas certezas claras en relación a lo que se viene. “Armar un espacio propio por fuera de lo que tiene que ver con Axel”, le aseguró una fuente de confianza a este medio. Claro, no se trata de un movimiento fácil. Sobre todo porque en la actualidad hay buena parte de la dirigencia del Evita trabajando para Kicillof. En esa línea se encuentra Gildo Onorato, presidente del Instituto Provincial de Asociativismo y Cooperativismo y referente de peso en el movimiento, quien no está interesado en seguir esa línea.

"No podemos ir para un lado y después hacer reuniones que muestren otra cosa. No se entiende. Axel es hoy quien está dando la discusión y tiene nuestro apoyo", le aseguró a este medio un dirigente del Evita que sigue alineado con el mandatario provincial. 

De esta manera, el Evita enfrenta por estas horas un quiebre interno que podría no tener vuelta atrás entre aquellos que proponen seguir la línea interna de Máximo y los que se ubican con Kicillof. Con un trasfondo principal atrás: La Matanza, donde como se sabe Patricia Cubría, pareja de Pérsico, busca ser la principal candidata local, mientras que el gobernador juega en favor de la dupla de Verónica Magario y Fernando Espinoza.

Máximo se puso al frente de un armado que busca conseguir el apoyo de aquellos descontentos que no se sienten representados con la figura de Kicillof con el fin de “rasparlo y competir para ver quién domina la provincia”, aseguraron fuentes que presenciaron la reunión. “Este grupo cree que bajo el ala de CFK lo van a convencer sin tener que dividir, entendiendo que no es exactamente sano para el peronismo”, agregó.

Se trata de una estructura que va más allá de la Provincia y que también busca construir una corriente panperonista con gobernadores propios y también con dirigencia que no necesariamente provenga del justicialismo.