Se amplía la causa por la secta de la escuela de yoga y piden cuatro capturas internacionales
El juez Ariel Lijo emitió la orden para 4 personas que residen en Estados Unidos. Ya hay 19 detenidos, quienes hicieron un pacto de silencio y se negaron a declarar.
El entramado de la causa conocida como "Secta S.A." se sigue ampliando y se conocen nuevos detalles. Este lunes se negaron a declarar los 19 detenidos y el juez federal Ariel Lijo emitió un pedido de captura sobre otras cuatro personas que residen en Estados Unidos.
Todos los detenidos fueron trasladados a la sede del Juzgado Federal N°4 para declarar, pero se negaron. También se solicitó la captura internacional de Pablo Román Sinigaglia, María Beatriz Bugari, Verónica Angela Iaconno y Gabriel Sorkin, todos con residencia actual en los Estados Unidos.
En la causa se investiga la trata de personas con fines de reducción a la servidumbre -agravado por coerción-, hurto agravado, lavado de activos, asociación ilícita, ejercicio ilegal de la medicina, expendio Irregular de medicamentos y tráfico de influencias, entre otros delitos.
El operativo fue realizado por detectives del Departamento Trata de Personas de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la Policía Federal Argentina junto a personal de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex).
En los procedimientos, los efectivos incautaron cerca de 500.000 dólares, una camioneta Ford Bronco, 30 monedas de plata, juguetes sexuales, videos pornográficos, computadoras y ordenadores portátiles, celulares, historias clínicas, títulos de propiedad y documentación de interés para la causa.
También fueron entrevistadas unas 66 personas, en su mayoría mayores de edad, que serían víctimas y fueron encontradas en un inmueble en Estado de Israel 4.457, en el barrio porteño de Villa Crespo, donde funcionaba una de las sedes.
Según fuentes judiciales, la organización captaba a sus víctimas bajo la promesa terminar con enfermedades y adicciones, así como "buscar el desarrollo de la felicidad". Algunos eran presuntamente incorporados a la organización y reducidos a una situación de servidumbre y, en otros casos, se les ofrecía algunos de los tratamientos “médicos” que hacen en sus “clínicas”, con el propósito de obtener dinero, influencias y/o “coberturas” para sus líderes.
En la actualidad, la organización utiliza a sus adeptas para el ofrecimiento de relaciones sexuales a “personas de poder”, que además se dedicarían a realizar “curas de sueño” consistentes en “empastillar” a los “fieles” de la organización y a otras personas captadas en el extranjero para dormirlos durante días como una forma de castigo para los primeros y un supuesto tratamiento contra las drogas para los segundos.