Sea cual sea el resultado del balotaje del 19 de noviembre, Juntos por el Cambio está obligado a reconstruirse. En primer lugar, porque hizo una muy mala elección el 22 de octubre y se quedó afuera de la definición presidencial. Pero además, equivocó toda la estrategia previa y se fagocitó en las PASO. Luego, no lograron mantener al espacio unido -y mucho menos los votos- por lo que la sangría ya comenzó.

El pacto unilateral del expresidente Mauricio Macri con el candidato libertario, Javier Milei, aceleró la reconfiguración de la alianza opositora, que así y todo, es la fuerza que más gobernadores tendrá en el país. En efecto, los mandatarios provinciales actuales y electos buscan un lugar en la mesa de conducción, cercano a la cabecera. Se impone una renovación tras el traspié electoral y consideran que se ganaron ese lugar en las urnas. 

El caso es que este desorden y acefalía tiene y tendrá un impacto directo en cada región del país. En una mirada detallada, se podría decir que ya lo tuvo: una gran cantidad de intendentes PRO y UCR no jugaron para la candidata de JxC en las generales, Patricia Bullrich. Fueron varios los que hicieron gala de la diferencia a favor que sacaron gracias al corte de boletas. Ni lo disimularon.

Para peor, Bullrich quedó en una posición incómoda y salió a respaldar a Milei de apuro. Pero en el PRO hay un arduo debate sobre esa postura. Incluso horas después de la decisión de la exministra de Seguridad de Macri, Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, el ala moderada del partido amarillo, salió a despegarse de lo acordado entre gallos y medianoche por su otrora líder político.

El núcleo duro del PRO a nivel nacional está roto y de ahí para abajo se reacomodarán las piezas.

En la provincia de Buenos Aires, los halcones ya se jugaron a favor de Milei. Néstor Grindetti se sumó al apoyo, al igual que el diputado nacional Cristian Ritondo. Antes lo había hecho el intendente de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel. Las palomas se mantienen neutrales de momento, aunque se especula con un próximo pronunciamiento de Diego Santilli.

Los radicales bonaerenses no se corrieron un milímetro de la posición que tomó el Comité Nacional liderado por Gerardo Morales, de mantenerse en la neutralidad. Días atrás, los intendentes se reunieron en Trenque Lauquen y si bien evitaron sentar una posición de manera oficial sobre el tema, el acuerdo tácito es no tener una postura oficial, más allá de la preferencia que pueda tener cada uno. 

Y en este popurrí de miradas ante la definición presidencial, pero que en el fondo discute el futuro de la alianza, la Legislatura bonaerense sufrirá una inevitable reconfiguración. A priori, tendrá una composición pareja, aunque con un crecimiento exponencial de los libertarios. Con el acuerdo Macri-Milei como telón de fondo, la pregunta es cómo se terminará de conformar la oposición. 

La nueva conformación de la Legislatura bonaerense obligará a nuevas alianzas y tal vez nuevos bloques.

Mucho tendrá que ver el resultado electoral del 19 de noviembre. No serán pocos los que vean de manera diferente a los libertarios si finalmente llegan al gobierno. Por supuesto, una derrota de Milei acelerará la división que ya se inició por estos días. Sin embargo, no todos están de acuerdo con romper, a pesar de las marcadas diferencias expresadas, incluso en público.

“No debería haber cambios, la voluntad es que el bloque siga como está”, señaló a este medio un legislador PRO cercano a los que se jugaron por Milei. Si bien es optimista, no ignora que la situación es cuanto menos tensa. “No sé si se podrá sostener en el tiempo con todo lo que está pasando, pero la intención es mantener el bloque unido”, acotó.

Otros en el partido fundado por Macri son más cautelosos y señalan que “esperaremos hasta después del 19”. Y no es para menos, ya que La Libertad Avanza aumentó su poder de fuego en la provincia. A saber: en Diputados, sumó 13 bancas, más las 3 actuales, son 16. En el Senado, tendrá sus primeras 5 bancas a partir del 10 de diciembre.

Serán legisladores clave en un parlamento marcado por la paridad. El peronismo tendrá 21 senadores, Juntos 20, mientras que en Diputaos, el peronismo y Juntos quedarán con 37 escaños cada uno.