El cierre de listas de cara a las próximas elecciones legislativas volvió a tensar la relación política entre dos de los máximos referentes en Tigre. Es sabido que el intendente Julio Zamora y el exjefe comunal y actual presidente de Cámara baja en el Congreso, Sergio Massa, no tienen vínculo. Y pese a que no lo disimulan, en estos dos años de unidad peronista pudieron convivir, al menos, a los golpes. Hasta ahora.

Sucede que, según pudo averiguar Data Clave, Massa está empecinado en lograr que desde Nación lo dejen de lado a Zamora en el armado de la primera sección electoral con el claro objetivo final de que el dominio territorial recaiga en su esposa, la actual presidenta de AySA, Malena Galmarini, quien aspira a ser intendenta en el futuro más cercano.

Pero no es fácil. El presidente Alberto Fernández dejó en claro que no quiere provocar el enojo de Zamora por temor a que esto pueda generar un resultado adverso a nivel electoral. Y en ese escenario, el primer mandatario debe volver a ponerse en el rol de equilibrista para poder mantener una unidad que, tarde o temprano, se terminará de quebrar.

En concreto, Massa busca correr nuevamente a Zamora del juego. Y para esto ya dinamitó buena parte del gabinete del intendente y, a la par, se quedó con la mayoría de los concejales del Frente de Todos en el HCD local. De los 15 ediles propios, hoy solo 6 responden al jefe comunal. Lo que demuestra, a la vez, el poco poder político que exhibe hoy Zamora.

El objetivo del presidente de la Cámara baja es que Fernández avale el corrimiento de manera natural. Sin embargo, el presidente optó por la paridad. Y es por esto que, tal como sucedió ayer en Guernica, con la inauguración de una planta depuradora que beneficiará a más de 30 mil vecinos, le da una cuota de protagonismo a Galmarini.

Preocupación en Gobierno por crisis política en Tigre: ¿es con todos?

Reincidentes

Un mes atrás, Zamora reasumió la presidencia del PJ a nivel local luego de llamar a las bases a pronunciarse en su favor con el fin de reposicionarse nuevamente ante una elección donde Massa tiene más protagonismo.  Lo consiguió, claro. Pero ya sin Roberto Passo, el secretario General de SUTACA, quien lo había sucedido por dos años al frente del partido.
Los motivos, son claros. Su esposa, Gladys Pollán, fue desplazada de sus funciones en el Ejecutivo tras tomarse una foto con Galmarini. “Para Zamora todo es traición. Pensá que está recibiendo mucha presión del lado de Massa. Dentro del municipio hay gente que responde a Sergio de toda la vida. Se entera de cada movimiento de Julio. Lo tienen muy agarrado. No lo ahogan, pero aprietan”, cuenta una fuente inobjetable de la política tigrense.

Al momento de su destitución, Pollán atacó con dureza antes de volver a calzarse el traje de concejal. “Voy a seguir trabajando en la planificación del futuro de Tigre desde el fortalecimiento de la Comisión de Urbanismo del HCD. No hago las cosas por cargos. Las hago en función del futuro. Castigar a quienes dialogamos cuando se pregona el diálogo es una muestra de debilidad y autoritarismo. El diálogo debe ser de todos y con todos los que integramos el Frente de Todos”.

Pero para el líder del Frente Renovador tampoco es fácil. Según exponen desde la oposición “hay mucha más bronca contra Massa que contra Julio. El problema es que hoy hay un intendente sin poder. Y por más que Massa eso lo vea como una posibilidad también sabe que la imagen de Malena acá en Tigre es muy mala”.

Vale recordar que más allá de los vaivenes, la relación entre Massa y Zamora se terminó de quebrar en 2019 justamente horas antes del cierre de las listas. En ese momento, el actual intendente se plantó ante la posibilidad de que Galmarini se erija como candidata. Pero el precio fue alto. Tuvo que ceder bancas en el HCD y funcionarios en el ejecutivo.

Ahora, Massa busca volver a reposicionarse ante la pérdida de poder de Zamora. “Te firmo que Massa prefiere a Massot antes que a Zamora”, le dice a este medio un referente local. “Va por todo. Prefiere colarse a través de Massot y jugarle en contra”.

El cruce entre Zamora y Massa no hace más que ir en detrimento del Frente de Todos. Y es que la interna opositora, con Massot como primer candidato a concejal por el radicalismo (a través de Emilio Monzó), y Segundo Cernadas, por el PRO, ya se anuncia disputada. Claro, el actor lleva la delantera por experiencia previa ya que tiene más conocimiento entre los tigrenses y está al frente del HCD en la actualidad.

Lo que resta por saber es en qué momento se terminará de desatar el último hilo que mantiene aún con vida la unidad de un peronismo que a nivel local, debido a las posturas individuales de Zamora y Massa, no hace más que agrandar a la oposición