No indagar en la vida privada y testigos nuevos: las claves del juicio por el femicidio de Lucía Pérez
Las abogadas de la familia, Verónica Heredia y María Florencia Piermarini, dialogaron con Data Clave sobre como encaran este nuevo proceso y las diferencias con el juicio anterior anulado. Una revictimización inevitable y un acuerdo clave con el Tribunal para asegurar la perspectiva de género al momento de juzgar.
El 8 de octubre de 2016 Lucía Pérez, de 16 años, fue abusada sexualmente y asesinada en Mar del Plata. Su muerte potenció el estado de hartazgo generalizado de las mujeres ante la desprotección y la falta de políticas públicas que se plasmó en el primer Paro Nacional de Mujeres a lo largo y ancho del país.
Dos años después, en 2018, su caso llegó a la Justicia y terminó con un fallo vergonzoso: los responsables de su muerte, Matías Farías y Juan Pablo Offidani, solo fueron condenados por “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización”. La sentencia, que descartó el delito de femicidio, fue anulada y tanto la Cámara de Casación y la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires ordenaron que se realizara un nuevo juicio para que los hechos se juzguen bajo una perspectiva de género.
Juzgar con perspectiva de género no se trata de una opción para los jueces, sino un mandato constitucional de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Bajo esa premisa es que se desarrolla en estos días el nuevo juicio, cuyo objetivo es probar el femicidio de la víctima.
Las representantes de la familia de Lucía, Verónica Heredia y María Florencia Piermarini, dialogaron con Data Clave sobre como encaran este nuevo proceso y aseguraron que “en relación al juicio anterior a este que se está desarrollando, podemos decir que hemos observado diferencias. Por ejemplo, en el anterior no se opusieron a las preguntas que buscaban indagar sobre la conducta, sobre las relaciones personales de Lucía. Esta vez, nosotras nos opusimos y el Tribunal hizo lugar, por lo tanto por más que la defensa formuló algunas, no fueron contestadas”.
“Otra diferencia es que una policía, que fue quién tomó conocimiento de la muerte de Lucía en la salita, tomó unas fotos que nunca fueron pedidas a pesar que informó de esto a sus superiores pero en el proceso anterior la fiscalía no las había requerido y cuando se quiso presentar en el debate el Tribunal no permitió el ingreso. Esta vez, junto al fiscal, solicitamos la incorporación de esta prueba, teniendo en cuenta que los jueces no pueden negarse a evidencias que dan crédito a lo dicho por una testigo”, agregaron al respecto.
Si bien existe el acuerdo de no indagar en la vida privada de la víctima para evitar una revictimización, es su familia la que ahora no puede quedar afuera de esto: volver a escuchar los relatos, analizar las pruebas y ver imágenes se trata de un proceso revictimizante y doloroso, pero inevitable.
“Para la familia volver a pasar por este nuevo juicio implica volver al 8 de octubre de 2016, entonces, desde el ejercicio de la representación que nosotras hacemos, acompañamos este nuevo escenario donde parte del patrocinio tiene que ver con no haber permitido que la defensa hurgara sobre la vida íntima de Lucía”, expresaron las letradas al tiempo que destacaron que “es imprescindible poder contar con el relato de la mamá, del papá o del hermano porque son quienes realmente conocían a Lucía y entendemos que para ellos es un proceso doloroso y por eso nuestro deber como letradas en esta causa es acompañar y evitar situaciones que los revictimicen aún más”.
Sobre las posibilidades que la condena reconozca el femicidio, Heredia y Piermarini expresaron que “certeza no tenemos porque no depende de nosotras lo que se resuelva, lo que si entendemos que en esta parte de juzgar se ha tenido en cuenta los parámetros que establecieron tanto Casación como la Suprema Corte bonaerense, en cuanto a tener respeto por la víctima, juzgar conductas previstas en el Código Penal a quienes indicamos como los autores”.
Finalmente, su lectura sobre el desarrollo del proceso es optimista: “lo que venimos observando hasta el momento es que los testigos, principalmente mujeres, importantes y principales según nuestro criterio en relación a la investigación de los hechos, han recordado, en líneas generales y muy detalladamente, todas las vicisitudes que tuvieron aquellos 7, 8 y 9 de octubre de 2016. Si bien el paso del tiempo siempre es algo que va en detrimento porque la justicia debe ser pronta, quienes son testigos han recordado todo”.