El presidente Javier Milei aseguró que no tomará vacaciones este verano. Según explican en su entorno, no le gusta desconectarse del trabajo y el propio mandatario dijo varias veces en entrevistas que no disfruta de los viajes. Sin embargo, el relato del mandatario contrasta con los 18 viajes internacionales que realizó desde que asumió, acumulando 59 días fuera del país en su primer año de gestión.

Entre los destinos más recurrentes de Milei está Estados Unidos, al que viajó en siete ocasiones. Participó en foros de la derecha libertaria como la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), se reunió con figuras como Donald Trump, Elon Musk y empresarios norteamericanos, y asistió a eventos con influencia política pero sin resultados claros para el país.

El mandatario también se desplazó a Brasil para encontrarse con Jair Bolsonaro, a España para asistir a eventos de Vox, y a Italia, donde en diciembre participó en un foro internacional organizado por Giorgia Meloni, la primera ministra italiana. Entre los pocos viajes oficiales, se destacan reuniones con presidentes europeos y el Papa Francisco. Sin embargo, la mayoría de estos desplazamientos no incluyeron acuerdos ni propuestas concretas para la Argentina.

El cálculo es contundente: un día por semana fuera del país desde que asumió, de acuerdo al trabajo que realizó el politólogo Pablo Salinas.

X de Pablo Salinas

Su agenda refleja más participación en la red internacional de la derecha libertaria que esfuerzos para fortalecer relaciones estratégicas en el marco de las necesidades argentinas. 

Mientras tanto, dentro del Gabinete, las órdenes para estas vacaciones fueron claras, los ministros y funcionarios tienen restricciones estrictas respecto a sus vacaciones. Karina Milei prohibió destinos como Miami, Punta del Este, Nueva York y algunos puntos turísticos de Europa, para evitar imágenes que puedan generar descontento en medio del ajuste económico que atraviesa el país. En contrapartida, lugares como Brasil están habilitados por ser más económicos y accesibles.

“No se trata de un falso chauvinismo, pero estamos atravesando el mayor ajuste de la historia y no podemos dar mensajes de frivolidad”, justifican desde Balcarce 50. Sin embargo, esta austeridad no parece aplicar al propio Presidente, quien utilizó parte de sus viajes para promocionar libros, participar en actos libertarios y sostener su perfil internacional, muchas veces sin un impacto evidente en las políticas públicas.

El contraste entre los mensajes de ajuste y la cantidad de kilómetros recorridos por Milei alimenta las críticas de la oposición, que señala una gestión desconectada de las urgencias de los argentinos. 

Por el momento, el único viaje confirmado para 2025 es su asistencia a la asunción de Donald Trump en enero. La relación con Trump y el mundo libertario sigue siendo el eje de la agenda internacional de Milei, incluso en un contexto de tensiones internas y demandas sociales insatisfechas.