Mariela Coletta, primera presidenta mujer de la UCR porteña: “Para transformar la vida de la gente necesitamos ser un partido competitivo”
Con apenas 31 años logró generar consensos para presidir el radicalismo de la Ciudad de Buenos Aires. También es la auditora general que controla la gestión de Horacio Rodríguez Larreta. Cuestiona a su partido y busca que empiece a tomar un rol protagónico en la interna de Juntos por el Cambio. Mariela Coletta dialogó en exclusiva con Data Clave de cara a su nuevo desafío: “No tenemos que apostar a la grieta, necesitamos candidatos dialoguistas”.
Mariela Coletta, con apenas 31 años, se convirtió en la nueva presidenta de la Unión Cívica Radical porteña y es la primera mujer en llevar adelante la conducción del partido. A su ves, es la titular de la Auditoría de la Ciudad de Buenos Aires, donde se controla la gestión de Horacio Rodríguez Larreta.
Llegó a la presidencia tras una lista de consenso, aunque su respaldo político viene de Martín Lousteau, actual senador de Juntos por el Cambio. Coletta plantea que el radicalismo "se ha quedado dormido" y que "se comportó como un socio minoritario" en la coalición que tienen con el Pro y la Coalición Cívica.
En una entrevista exclusiva con Data Clave, la flamante titular del radicalismo porteño insta a la "rebeldía" partidaria y a "conformar cuadros políticos dialoguistas" y que generen consensos con el oficialismo para lograr "construcciones colectivas".
"Para transformar la vida de la gente necesitamos ser un partido competitivo", manifestó.
Data Clave: ¿Cómo fueron tus inicios en el radicalismo?
Mariela Coletta: Vengo de una familia que no charlaba de política ni nada por el estilo. Mi primera experiencia fue en el centro de estudiantes en Económicas de la UBA (Universidad de Buenos Aires). Ahí conduce un frente del cual también forma parte Franja Morada. Me acerqué a hacer consultas como cualquier estudiante y terminé generando empatía con los del centro. Tras pasar un tiempo me terminé encontrando a mí misma dándole una mano a algún estudiante que necesitaba ayuda. Eso hizo que yo pudiera conocer un montón de cosas que se podían hacer con información y otras herramientas, ya sea becas o ayudar para que alguien pueda sacar apuntes de fotocopias. Me di cuenta que podía cambiarle la diaria al estudiante de la universidad. Ahí fue que empecé a despertar un interés más allá de mi tarea diaria en el ámbito académico.
DC: ¿Y por qué terminaste militando en el radicalismo?
MC: Primero porque tuve la posibilidad de conocer muy buenas personas en el centro de estudiantes. La Juventud Radical me parecía que era una juventud muy crítica y que mencionaba que el partido era la herramienta necesaria para llegar a espacios de representación. Era una juventud donde también hablaba de renovarse, en un contexto donde el radicalismo no tenía a ningún legislador de la Ciudad. Ellos destacaban la estructura del partido y sus valores, pero consideraban que era necesario llegar a la juventud para plantear algo diferente. Planteaban algo distinto en pleno 2001, donde la política era muy señalada y mal vista. Imaginate que la primera vez que repartí un volante del partido, en Perú y Florida, recibí agresiones verbales con apenas 19 años. Me pareció una locura, pero el mensaje que me quedó fue que para cambiar la realidad hay que involucrarse.
DC: ¿Hoy el radicalismo necesita renovarse?
MC: Aquella generación, que en su momento planteaba la renovación, llevó un tiempo militando hasta que llegó a ser autoridad partidaria del Comité de la Capital. Esa generación, de la cual formo parte, te diría que ya tiene 40 años. El partido lo que no ha logrado es instalar a esas nuevas voces y maneras de trabajar. Recién en el comité pudimos llegar a competir en internas y poner una lista propia de gente joven con ideas renovadas. Es una deuda que tenemos a nivel nacional y donde se plantean liderazgos renovados. También a nivel nacional tenemos un punto muy débil con los liderazgos femeninos, aunque los tenemos. En la Ciudad de Buenos Aires la mitad del padrón son mujeres. Que recién ahora una mujer llegue a presidir habla de que algo en el medio está sucediendo que no permite que las mujeres lleguen a ocupar lugares de conducción.
DC: ¿Qué significa para el radicalismo porteño que una mujer presida el partido por primera vez?
MC: Es un inmenso orgullo como militante y valoro que el partido haya empujado y votado una lista unánime donde una mujer conduzca. Es un paso inmenso. También creo que es la frutilla del postre, porque en la Ciudad venimos trabajando un montón por las cuestiones de igualdad de género. El año pasado capacitamos a todo el partido con la Ley Micaela y aprobamos por primera vez un protocolo de violencia de género. Internamente también discutimos con los representantes de las comunas, que se llaman convencionales en nuestra carta orgánica, sobre qué posición debíamos tomar por la interrupción voluntaria del embarazo. Además de discutirlo, resultó favorable por unanimidad y mandatamos a los diputados nacionales a que voten a favor de esa ley. El partido viene trabajando mucho en ese sentido. La composición de las listas de marzo fue paritaria, y lo mismo la mesa de conducción que actualmente presido.
DC: ¿En qué momento está hoy el radicalismo a nivel nacional?
MC: Creo que el partido tuvo momentos donde se quedó dormido. Ha tenido un perfil bajo durante mucho tiempo y se ha comportado como un socio minoritario. El radicalismo a lo largo del tiempo apuntó a ocupar lugares legislativos, y nosotros lo que queremos desde la Capital es que se aspire a un poco más. Lo legislativo es importante, pero no es suficiente. Lo que buscamos a nivel nacional es el desafío de disputar espacios de conducción y gestión. La vida de la gente se cambia desde la gestión. Nosotros lo que queremos desde la Ciudad es aportar rebeldía, esa actitud mucho más fuerte de hacernos más competitivos y poder ganar lugares. Nosotros hablamos de querer transformar la vida de la gente, pero después nos pasa que no resultamos competitivos electoralmente.
DC: ¿El radicalismo está cooptado por el Pro? ¿A quiénes les pertenece el mayor caudal de votos en Juntos por el Cambio?
MC: Creo que los votos no son de nadie. Nadie puede apropiarse de los votos. Lo que hay que hacer ahora es trabajar en candidatos que promuevan el diálogo. No podemos poner candidatos extremistas con posiciones duras y meramente opositoras. Necesitamos candidatos más dialoguistas, que sean caldo de cultivo para hablar más y poder llegar a consensos con el oficialismo y los distintos actores. Sino vamos a tener siempre una política débil. Si apostamos a la grita nunca vamos a llegar a construcciones colectivas.
DC: ¿Hay un radicalismo de izquierda y de derecha? Es decir, no parece ser lo mismo lo que expresa Alfredo Cornejo que lo que expresa Martín Lousteau…
MC: Yo lo que creo es que tiene que haber candidatos moderados. Lo que hay que hacer es evitar la confrontación y buscar mucho más la construcción de consensos.
DC: ¿Martín Lousteau es el apuntado para próximo jefe de Gobierno de la Ciudad?
MC: Sin dudas que es el perfil que puede llevar adelante la práctica del diálogo. Martín, más allá de los espacios que ha ocupado en su historia, siempre ha dicho lo mismo en cuanto al diálogo y la búsqueda de consensos puntuales. Uno escucha eso y con el correr de los años todavía no avanzamos en esto. Él tiene toda la capacidad para liderar un distrito como la Ciudad de Buenos Aires. Hemos trabajado en el 2015 con ese objetivo. De todos modos, para 2023 falta mucho y entendemos que la situación que se viva en Argentina en ese momento determinará cuál será el mejor lugar. Para la Ciudad es un muy buen candidato, la conoce mucho y tiene una visión de futuro de cómo construirla. Pero todo proyecto en la Ciudad se debe acompañar con un proyecto nacional.
DC: ¿Cuál es tu visión de la Ciudad de Buenos Aires?
MC: Yo soy auditora general de la Ciudad y la gestión de Horacio (Rodríguez Larreta), por cuestiones también de mi trabajo puntual, me toca seguirla con una visión muy pormenorizada en cuanto a detalles. La verdad es que en el 2015 y 2017 desde nuestro espacio fuimos muy críticos de la Ciudad. Nos pasó que en 2019 nos sentamos en la Auditoría y empezamos a observar y trabajar en esas posturas diferentes que mantuvimos anteriormente. Puedo garantizar que la Ciudad cumplió los planteos que les hicimos en más de un 60%. Políticas claves como mortalidad infantil, educación, seguridad y vivienda. Hubo un montón de temas que para nosotros eran prioritarios y que en ese entonces no estaban en agenda. Sobre el final de la primera gestión de Larreta pudimos ver que muchos planteos se terminaron cumpliendo.
DC: ¿Es transparente la gestión de Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad?
MC: Yo creo que sí. Lo importante es que siempre haya alguien para controlar. Yo puedo garantizar eso desde lo técnico y a través de los mecanismos de control que impulsamos en la Auditoría. Sobre todo también hay transparencia política. Cuando uno en la coalición tiene un partido que puede marcar diferencias, puede también ser más transparente y rendir cuenta de lo que está llevando adelante. Creo que hay que controlar vía los dos sentidos: desde lo político y lo técnico.
DC: El Frente de Todos plantea que no hay medidas concretas para comerciantes en tiempos de pandemia…
MC: Es un poco sesgada la crítica. El ministerio de Desarrollo Económico de la Ciudad está trabajando permanentemente con comerciantes y están todos los días en la calle. En cuanto al aislamiento, hay un diálogo constante con ellos para intentar perjudicarlos lo mínimo posible. En la Legislatura también creo que se está trabajando para ayudar a los comerciantes.
DC: ¿Larreta es distinto a Macri? Macri no bajaba al llano a dialogar con organizaciones sociales en la Ciudad y tampoco impulsaba el área de Desarrollo Social…
MC: Creo que Larreta llevó el cambio de política a la práctica. Si vos te fijas, desde nuestro espacio siempre planteamos la vivienda y las condiciones de la vida con la gente. Era central esa discusión para nosotros y la Ciudad empezó a trabajarlo sobre el final de su primera gestión. Lo que hicieron fue tomar mucho de eso y destinar un montón de partidas a las políticas de vivienda. Creo que Horacio lo puso en práctica, pero a partir de la crítica que marcamos desde nuestro espacio.
DC: ¿El radicalismo piensa en ir con lista propia a 2023? ¿Aspiran a tener a un candidato a presidente?
MC: Desde la Ciudad estamos formando cuadros de gestión a través del Plan de Acción Política, que es lo que aprobamos en el partido radical en la nueva conducción. A nivel nacional estamos trabajando para tener la mayor cantidad de candidatos posibles con la posibilidad de alguna oferta presidencial. Yo estoy convencida de que las PASO son las mejores herramientas para definir los candidatos. Me encantaría que el radicalismo logre una lista propia con candidatos para competir.