En 2022, Diego de Campos fue denunciado por abuso sexual agravado en el Juzgado Federal N°10 del juez Julián Ercolini, que el viernes hizo efectiva la convocatoria a indagatoria a realizarse el 9 de octubre por videoconferencia. 

¿Quién es Diego de Campos? Tal como contó Data Clave, es el Capellán General de la Policía Federal. Un hombre de fe con rango policial, que recorre el país supervisando al resto de capellanías policiales, y la figura más preponderante de la fe dentro del organismo de seguridad. Pero además tiene un peso real y simbólico dentro de la fuerza, es un hombre de poder con aceitados vínculos con la política, la justicia y los medios.

El denunciante es un joven integrante de la Policía Federal cuyo nombre se mantiene en reserva, que actualmente está con tratamiento psicológico por lo traumático de lo vivido. El testimonio afirma que el capellán insistía ante la superioridad para que fuera este agente quien esté asignado a su custodia, aún saltando algunos legalismos básicos: “Me contactó tres veces para hacer el pase a la dependencia que él tenía a su cargo. Yo siempre me había negado, hasta que me notificaron sin mi consentimiento que debía estar en la custodia del aquí denunciado”

“Con la indagatoria confirmada, la lupa pasa al ministerio de Seguridad que debe definir que hace al máximo representante del credo en la fuerza federal con una indagatoria por abuso sexual a uno de su propios subordinados”, dijo a Data Clave el abogado querellante de la causa Jorge Cancio. 

Y explicó: “La causa estuvo trabada durante dos años desde su denuncia por un discusión de la competencia. Actualmente esta en la justicia federal pero debe definir la Corte Suprema si corresponde o no a la justicia nacional. Mientras tanto, el primer juez que interviene en la causa sigue tomando medidas”.

Detalles de la denuncia

"Me obliga a integrar un supuesto círculo de confianza. Me imponía poder desde el credo y su cargo policial, siempre hablando de su hermano el doctor Manuel de Campos, juez nacional. Y ostentaba que estaba apoyado por el Papa Francisco. A sabiendas de que yo me había confesado con él como cura, igual así delante mío hacía chistes sexuales, contaba sus intimidades, comentarios obscenos", afirma la denuncia contra de Campos.

En este contexto de intimidación verbal, las situaciones fueron creciendo hasta las acciones concretas. Se denuncian tres casos de abusos sexuales. 

Dos hechos de manoseo, uno fingiendo una caída en donde el capellán toca el glúteo del denunciante. Un día después apareció el segundo abuso: “En una de las guardias me dice de ir a su despacho me dijo de ir a tomar un café. Cuando llego el pasillo era muy angosto y ahí siento que me toca. En ese momento no había ninguna excusa posible y le contesto ¿Qué hacés? Te dije que no me cabe”.

La última situación habría sucedido dentro del coche oficial con el que el sacerdote se desplazaba y del que el custodio era chofer. En la causa relata el episodio de esta manera: "La tercera vez lo tenía que buscar al capellán en su domicilio en Recoleta y llevarlo al Departamento Central. Cuando estoy estacionando el auto se acerca y me toca el pene diciéndome: "Tengo algo chiquito que cuando lo tocás se vuelve grande" y ahí detengo el auto y le grito: "¿Qué hacés, hijo de puta?!!".

A partir de estas tres situaciones el custodio sufrió persecución laboral, cambios de turno, quejas. En una ocasión el sacerdote le ofreció una cantidad de dinero en efectivo que sacó de un cajón que superaba ampliamente varios sueldos del agente, con la propuesta de que lo use para tomarse unas vacaciones con su familia. Como se negó a aceptarlo, aumentó el hostigamiento.